VALENCIA. La decisión de intervenir Bankia, que es el concepto adecuado para definir el anuncio de ayer por el gobierno sobre esta entidad, hay que considerarla como la primera acción valiente, aunque tardía, que se ha adoptado en España para hacer frente a una profunda crisis del sistema financiero debida, en gran medida, a la quiebra de la mayor parte de las cajas de ahorro. Tras un tiempo perdido irremediablemente negándose a reconocer lo evidente, De Guindos parece haber tomado la decisión de coger el toro por los cuernos y proceder al saneamiento de las entidades sin viabilidad.
Quizá se haya visto obligado por las circunstancias, porque la decisión de Bankia de presentar unas cuentas ante la CNMV sin auditar no podía quedar sin respuesta, a riesgo de convertir la crisis de Bankia en la de la toda la banca española. Pero el hecho es que el ministro de Economía ha cortado por lo sano la agonía y ha articulado un plan de saneamiento obligando a dimitir a quien fuera vicepresidente del Gobierno, director del Fondo Monetario Internacional y seguía siendo un hombre fuerte de la derecha politico económica española. No obstante, la intervención estatal tendrá un coste todavía no conocido para los contribuyentes puesto que éste dependerá de cómo se articule ese plan todavía no concretado.
Desde la perspectiva valenciana, la decisión de poner en lugar de Rato a un banquero adquiere connotaciones específicas. El sustituto de Rato, José Ignacio Goirigolzarri, es un banquero puro y duro, de la escuela vasca, que no va a ceder un ápice ante las presiones, por otro lado de potencia efectiva minúscula, que pueda recibir. A él lo ha colocado en su puesto el Gobierno para resolver la suspensión de pagos de una entidad sistémica. Se puede afirmar, por tanto, sin temor, que las cuotas territoriales, tan queridas por estos pagos, no le van a representar una atadura de ninguna clase. Si Rato parecía duro para los intereses valencianos de Bancaja, no se sabe qué limites podrá tener ahora el nuevo 'jefe'...
'Solvencia' y 'negocio' serán a buen seguro sus guías. Cabe esperar que en esta nueva etapa las interferencias políticas desaparezcan. Claro que ello exigirá que Bankia, que no es otra que Bancaja y Caja Madrid, dejen de ser el refugio dorado de los políticos del PP y sus amigos. Los mismos que confundiendo la banca con el mercado político han provocado la crisis más grave del sistema financiero de los últimos cincuenta años.
No se entiende, por tanto, la alegría detectada en los menguados ambientes financieros valencianos. Yerran al creer que su problema era Rodrigo Rato. Su problema era, y es, la creciente baja valoración de unos activos y el espectacular aumento de la mora que consta en el balance de Bankia procedentes de Bancaja. Esa es la tarjeta de presentación de la banca valenciana ante Goirigolzarri. Y no es para sentirse orgulloso de ella. Por tanto, sería un error que siguieran pensando en términos de cuotas de poder, en lugar de ponerse a las órdenes del nuevo presidente para tratar de enderezar una entidad que ellos han contribuido en muy poco a mejorar.
La situación de Bankia es extraordinariamente compleja. La continuidad de la crisis, agravada por una política miope de recortes a diestro y siniestro sin una estrategia planificada, ha puesto en cuestión valoraciones de activos que parecían dominadas por la prudencia y ha elevado la morosidad de las familias más allá de las estimaciones realizadas.
Es esta prolongada duración de la crisis y el acentuamiento de su gravedad al entrar la economía en recesión, la que explica la variación a la baja del valor de los activos tóxicos y no una manipulación contable como irresponsablemente se ha llegado a sugerir. El valor de los bienes que tiene la banca, como cualquier patrimonio personal, no es invariable. Está sometido al efecto de los ciclos y uno recesivo como éste lo reduce exponencialmente de forma considerable a medida que pasa el tiempo sin expectativas razonables en el horizonte.
Por otro lado, de continuar esta política irresponsable del Gobierno anunciando a cada paso que estamos ante la "última trinchera frente al desastre" –la última ayer la ministra Pastor señalando que el resultado de los aeropuertos "no puede ser peor"- la situación puede todavía empeorar mucho más. Es imprescindible levantar diques ante el pánico -el social y el de los mercados- y el Gobierno no está ayudando con un alarmismo extremo pra justificar sus recortes.
En estas circunstancias, pretender acercarse al nuevo presidente de Bankia para reivindicar el tan valenciano “qué hay de lo nuestro”, sería el mejor camino para que ese 25% de propiedad de Bankia que conserva Bancaja sirva exclusivamente para acariciarlo ante los miembros de la Asamblea General. Y a puerta cerrada para evitar el sonrojo.
Muy buen editorial. Pero se queda a medio camino. Todos los que proceden de las exintas cajss de ahorro o nombrados por el poder político en base a sus relaciones (¿cómo es que nadie ha establecido la clara vinculación de Antonio Tirado con Carlos Fabra?) a la calle y a los tribunales por quebrarlas (más por omisión que por acción que las acciones las tomaba el Conseller de Economía de turno). SI se hace eso con los consejeros de Bankia, BFA y bancaja, la prima de riesgo baja a la mitad. Seguro.
Se mire como se mire y guste o no guste, Bancaja estaba peor, mucho peor, que Caja Madrid -que estaba mal- en ladrillo y suelo se mire por donde se mire (inmuebles adjudicados, mora, valor de activos), etc. Si Antonio editor y los accionistas del BdV no se hubieran "emborrachado" no de ladrillo sino de suelo de valor 0 patatero por muchos años, no estaríamos -ni ello estarían-como estamos. Lo vamos a ver en cuanto el nuevo jefe tome el mando. Caruana firmó un informe sobre la valoración del Banco. Debió ser que no agradó por completo a los accionistas porque en caso contrario hubieran hecho una copia para cada valenciano dado el ruido que montaron para que los valoraran el banco a 0
Segun este editorial el problema del ladrillo es solo de Bancaja. ¿esta libre caja Madrid? Lo que es cierto es que Rato decidio , por razones de poder, dejar caer el BV. Lo ha puesto a cero, aunque la valoracion de los interventores le daban un porcentaje. Pero ademas no quiso escuchar las razones para "valorizar" BV con la venta de AGUAS, Nordkap y otras participaciones. ¿Cuanto ha costado conseguir la vinculacion con el BV de miles y miles de empresarios y ahorradores? La CV es la unica que exporta mas que importa. ¿Cuanto valdrá esto cuando las cosas cambien? Rato a tu casa y a tus Consejos de Administracion.
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