VALENCIA. ¿Qué es la represión financiera? Este concepto actualizado por Carmen Reinhart nos muestra claramente lo que está sucediendo en nuestro sistema financiero con la aquiescencia de los gobiernos de turno, la del CNMV, y el Banco de España.
La represión financiera abarca temas como las preferentes vendidas a abuelitos como plazos fijos y convertidas a la fuerza en acciones, las cuotas participativas metidas con calzador si querías financiación, los cada vez mayores gastos de mantenimiento de las cuentas corrientes, el dinero prestado por el BCE al 1% que determinados bancos prestan al 8% en otros lares mientras hunden la economía europea, facturas en los cajones que tendremos que pagar entre todos.
A la estela de las crisis financieras o las guerras, los gobiernos y los bancos centrales recurren cada vez más a una forma de "imposición" que ayuda a liquidar el excedente enorme de la deuda pública y privada y alivia la carga del servicio de esa deuda.
Estas políticas, conocidas como la represión financiera, por lo general implican una fuerte conexión entre el gobierno, el banco central y el sector financiero. En los EE UU, como en Europa, significa tipos de interés reales negativos, lo que equivale a un impuesto sobre los tenedores de bonos y, en general, sobre los ahorradores, a la merma del estado de bienestar y a quitas y esperas para cobrar las deudas.
Otras manifestaciones son los préstamos dirigidos al gobierno por las entidades nacionales en cautividad (como los fondos de pensiones o los bancos), techos o suelos explícitos o implícitos en tipos de interés, la regulación de los movimientos transfronterizos de capital, y (generalmente) una coordinación más estrecha entre gobiernos y los bancos, ya sea explícitamente a través de la propiedad pública de algunas instituciones o a través de mensajes e insinuaciones por parte de los bancos centrales (compra de deuda pública nacional por parte de la Seguridad Social o de los bancos).
El último ejemplo de esta represión es el intento de los bancos-en su faceta de agente de pagos de quedarse con los pagos de la Administración a los acreedores, si éstos a su vez tienen alguna deuda pendiente con los primeros.
Todo este escenario implica a la vez un proceso de desglobalización financiera (la reaparición de sesgo nacional en las finanzas) y la reaparición de más regulación en los mercados financieros (prohibición de ventas en corto) .Y ya sabemos que a más proteccionismo menos crecimiento.
Origen: El sobreendeudamiento público y privado
Los niveles elevados de deuda pública en los EE.UU. y en otras naciones será probablemente el legado más duradero de la crisis de 2007 junto con la crisis financiera.
A lo largo de la historia, la relación deuda-PIB se han reducido de varias maneras: planes de crecimiento económico, ajuste fiscal reestructuración de la deuda privada y / o del público, e inflación.
Actualmente la carga de la deuda no se limita al sector público, como lo fue inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad existe un alto grado de apalancamiento en el sector privado, especialmente en el sector financiero y los hogares. Esta carga de la deuda y la fragilidad financiera que crea son una característica común de la mayoría de las economías avanzadas, junto con el alto desempleo.
La represión financiera. Un impuesto diferente
Equivale a un impuesto que tiene interesantes características: A diferencia de recortar los ingresos, incrementar las tasas sobre el consumo (miren su recibo de luz y agua y comprobarán como el margen de reducción es pequeño), introducir impuestos, etcétera; la "represión" de este impuesto está determinada por factores tales como el reglamento financiero y el rendimiento de la inflación, que son más opacos.
Teniendo en cuenta que la reducción del déficit por lo general implica recortes de gastos altamente impopulares y / o aumentos de impuestos, el "sigiloso" camino de la represión financiera-fiscal es una alternativa más aceptable políticamente.
Aquí seguimos como en tiempos de Larra. El Estado, como eje vertebrador de la sociedad, no existe cuando la justicia se eterniza y nadie va a la cárcel robe lo que robe, Cuando entra un gobierno nuevo, cambia hasta el apuntador y el partido de turno invade cualquier resquicio de poder.
Bienvenidos los interinos y la eliminación de los funcionarios de carrera, ya que es más fácil que los primeros se plieguen a ojos cerrados a los designios de los ineptos y ladrones metidos a políticos. Bienvenidos los subsidios a las entidades financieras a los que los gobiernos adoran como becerros de oro, no sea que las famosas libretas hablen y destapen las subvenciones, prebendas , negocios y préstamos impagados de los padres de la patria
¿Para qué sirve hacer sacrificios, desapalancarse, si el ahorro huye a montar negocios a Alemania dado que aquí las palabras de los políticos tienen la fiabilidad de Pinocho?. ¿Cómo teniendo unos salarios claramente inferiores a la media europea y un sistema de relaciones laborales ultra-flexible nadie invierte?
Es necesario replantearse la estructura del Estado y la caterva de vividores que cada vez que se desplazan diez metros, lo hacen en coche oficial, con varios guardaespaldas y secretarios. A mí me da lo mismo que me roben e insulten en castellano, o que lo hagan en valenciano.
¿Para qué sirve el Senado? ¿Para colgar cuadros de expresidentes a 100.000 euros la barba? ¿Es necesario que los partidos políticos tengan más cargos que militantes y que siempre veamos las mismas caras en todos ellos? ¿Por qué parte numerosa de la cúpula directiva del PP valenciano está imputado y la del PSPV recurre a militantes históricos en su proceso de renovación?¿Por qué los recibos del agua y la luz y otros servicios públicos suben varias veces por encima del coste de la vida? ¿Por qué las Diputaciones tienen que financiar a los clubs de fútbol de Primera División?
De esta crisis no salimos sólo con reformas y recortes. Es necesario un cambio de mentalidad, volver a la separación de poderes, al rápido funcionamiento de la justicia y al convencimiento de que la mayoría, independientemente de nuestra ideología, vamos en el mismo barco que quieren hundir los que viven de lo ajeno. Nos une mucho más que lo que nos separa y debemos cumplir nuestras obligaciones y ejercer nuestros derechos como ciudadanos, trabajadores, empresarios, consumidores, vecinos, depositantes, accionistas, ectéctera.
¿Qué hacer en nuestras inversiones?
Ahora que ya somos griegos y que de los actuales políticos poco hay que esperar (el discurso del "y tú más ", no arregla las cosas), mi consejo es que en estos momentos turbulentos elijan una entidad solvente que seguramente le pagará menos por sus depósitos pero que dada la falta de recursos del Fondo de Garantía de Depósitos le servirá para dormir más tranquilos.
Preservar el capital y que no te engañen (debido a la desprotección que sufrimos en todos los ámbitos) es lo más importante en estos momentos a la espera de que en este país algún día el que la haga la pague. Cuando esto ocurra las ganancias de invertir en activos españoles será inmensa pues nuestro país tiene grandes activos que no emergen porque la actual estructura socio-política se lo impide, la libre competencia no existe y los empresarios lo son, pero mayoritariamente con dinero del Estado.
La prima de riesgo a 400 puntos básicos es un grave problema y demuestra que las inyecciones de liquidez si no va acompañada de otras medidas además de ser una esquilma al ahorrador para dárselo al despilfarrador endeudado, premian a los multimillonarios directivos bancarios por hacerlo mal, con el consentimiento de todos.
El regreso a los 70 y después a los 50 está más cerca de lo que parece y Grecia a la vuelta de la esquina.
El caso español: no sabemos ni la deuda que tenemos, ni lo que cuestan las cosas, ni quién financia a quien
Cada vez nos parecemos más a Grecia y el ajuste fiscal, será doloroso en el corto plazo y políticamente difícil de administrar. Decir que no seremos intervenidos y no hacer nada o cargar la salida de la crisis sobre los débiles no servirá de mucho. Hay que replantearse todo, de la A a la Z y cuánto más tarde peor. Para muchos, si no la mayoría de los países avanzados, las preocupaciones sobre las cargas de la deuda va a dar forma a las decisiones políticas durante los años próximos. Y en España mucho más.
La economía mundial y en mayor medida la española, está gravemente sobreapalancada y no existe ninguna salida rápida sin un esquema para transferir riqueza de los acreedores a los deudores, ya sea a través de cesaciones de pago, represión financiera, o inflación, así que cuando menos exijamos responsabilidades.
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(*) Enrique Roca es analista financiero.
cuanta razon tiene E. ROCA , yo lo diria a la pata la llana entre los bancoqueros-cajeros y sus delegados los politicos , nos estan acabando de rematar, No olvido que la sociedad tambien tiene su culpa cuando casi todo el mundo se apuntaba al milagro del ladrillo pocos dieron señales de alarma.
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