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Alarte contra las cuerdas

ANSELM BODOQUE (*). 13/02/2012 Arrinconado por las circunstancias externas, por sus errores y por los adversarios internos, Alarte está contra las cuerdas. ¿Sobrevivirá o será derrotado? La respuesta, el 24 de marzo

VALENCIA. La vida interna de los partidos sería algo socialmente irrelevante si fueran organizaciones exclusivamente privadas. Pero no lo son. Los partidos sólo tienen sentido si son instrumentos de representación de intereses ciudadanos contrapuestos, de liderazgo colectivo y de impulso de políticas públicas diferenciadas.

Como afirma el viejo axioma liberal, el poder corrompe y, cuanto más absoluto es, mayor es la corrupción. Y no es que convierta a las personas en ladrones de lo público o inmorales, se trata de que quien gobierna tiende a considerar el poder que ocupa ocasionalmente como algo de su propiedad y no sometido a control público. Cuando eso ocurre, la democracia se degrada. Algo que, además de la corrupción delictiva, viene pasando entre nosotros por la acumulación de poder en el PP y la debilidad de la oposición.

Por eso, es un drama carecer de una alternativa de gobierno digna de ese nombre y por lo mismo es relevante lo que sucede en el PSPV-PSOE; ya que, mientras sea la principal fuerza de oposición, tiene la obligación de estructurar un proyecto político realista para competir por el poder municipal y autonómico.

Algo que los valencianos, incluido el PP menos sectario, necesitamos. Lo que obligaría a los socialistas a cambiar de raíz muchos aspectos de su cultura política, organización, discurso y maneras de entender la política; a estar menos pendientes de sus miserias internas y más preocupados por sus votantes y los problemas de la ciudadanía.

PERSONAS, GRUPOS Y FAMILIAS

De momento, el congreso federal del PSOE ha dejado a los socialistas valencianos un poco más descolocados de lo que estaban. De entrada, ha perdido la candidata que propugnaban la mayoría de los delegados valencianos; la opción vencedora era la minoritaria en el PSPV y la defendida por Jorge Alarte; Leire Pajín, el principal referente valenciano en Madrid hasta ahora, ha sufrido un castigo notable; mientras que, en la historia reciente del socialismo español, éste ha sido el congreso federal en el que posiblemente los socialistas valencianos han proyectado una imagen más pobre.

Más aún, las asambleas provinciales para elegir a los 87 delegados del PSPV al congreso del PSOE pusieron de manifiesto la alta fragmentación del socialismo valenciano. Hay, al menos, una decena de grupos y familias, generalmente de alcance local o provincial, que se agregan en torno a cinco alternativas: los afines a los tres candidatos anunciados hasta ahora (Alarte, Romeu y Mata), más el lermismo y los partidarios de Leire Pajín. Una realidad compleja, que genera más fácilmente mayorías en contra de un candidato que a su favor.

NADIE TIENE LA MAYORÍA

Se dice que Alarte es poco valorado en la sede central del PSOE, que sus intervenciones en el Comité Federal han sido irrelevantes y que no genera entusiasmo en Rubalcaba y su equipo. Rumores. Pero lo cierto es que durante la confrontación entre Chacón y Rubalcaba, no ha conseguido proyectar su figura en el PSOE español ni ha llegado a formar parte del núcleo central de ninguno de los contendientes.

Su apoyo, en la recta final del proceso, a Rubalcaba refuerza, ahora, su posición. Pero, este hecho no cambia que la mayoría de los delegados valencianos, incluso una parte de los que votaron por Rubalcaba, se agruparon en candidaturas hostiles al liderazgo de Alarte, quien sólo lideró a un tercio de los congresistas. Un bagaje insuficiente para afrontar con garantías de éxito el próximo congreso del PSPV-PSOE.

Las semanas que faltan para el 12 Congreso Nacional del PSPV-PSOE (23-25 de marzo) pueden cambiar la distribución de delegados del pasado congreso federal. Pero lo más probable es que las cifras sean similares. En consecuencia, la influencia de los cinco bloques de base personalista oscilaría entre el 30-35% de Jorge Alarte, el 25-30% de Ximo Puig, el 15-20% de Leire Pajín, el 10-15% de Francesc Romeu y el 5-10% de Manuel Mata. En solitario, nadie tiene la mayoría.

Así las cosas, los grupos que encabezan Puig y Pajín tienen una posición central a la hora de configurar una nueva mayoría interna o seguir apuntalando de manera precaria al actual secretario general. O, dicho de otro modo, Alarte no tiene apoyos propios suficientes para seguir dirigiendo el PSPV. Depende de otros y su fuerte no ha sido sumar apoyos estables.

LA CUENTA DE RESULTADOS ES NEGATIVA

Sin duda, uno de los principales deméritos de Alarte ha sido su incapacidad para ampliar el sistema de apoyos con el que llegó a la secretaría general de su partido, para rodearse de personas competentes y crecer políticamente. La arrogancia, inconsistencia y mudez de parte de su dirección han contribuido a su difícil posición actual, tanto o más que las estrategias equivocadas, los cambios de criterio y la poca eficacia a la hora de organizar y motivar a la militancia propia.

De hecho, si el PSPV-PSOE fuera una empresa, el primer punto del orden del día de su congreso sería el análisis de algunos datos más que preocupantes: en las elecciones autonómicas de 2011 ha perdido el 20% de sus votantes y en las generales pasadas un 36%; una cuarta parte de su militancia ha abandonado el partido desde 2007 y buena parte de la existente no es tenida en cuenta y es irrelevante; en 2007, gobernaba para un 25% de valencianos en los ayuntamientos y ahora sólo lo hace para menos de un 14%, se han perdido relaciones de colaboración con sectores significativos de la sociedad civil y las deudas del partido se han multiplicado.

Aunque las causas de la debacle no sean exclusivamente producto de la gestión de la dirección del PSPV-PSOE, con un cuadro de resultados de ese calibre, cualquier organización, debería llevar a cabo un cambio profundo en su equipo de dirección y sobre todo en su forma de trabajo. Pero los socialistas son un caso aparte, Alarte está contra las cuerdas; pero quienes lo cuestionan no están de acuerdo necesariamente entre ellos. Y, mientras tanto, a nadie parece importarle conocer las causas de la postración socialista y la forma de superarla y de hacer posible un proyecto político alternativo en beneficio de la Comunidad Valenciana.

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