X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA

Razones para preocuparse

MIGUEL A. RODRÍGUEZ (*). 07/02/2012 "Una suspensión de pagos de Grecia podría tener consecuencias de las que nos podemos estar lamentando un largo tiempo..."

MADRID. El viernes pasado se publicaban unas cifras de empleo estadounidenses que supusieron una enorme sorpresa para el mercado. Nadie esperaba un número tan alto de creación de empleo en el sector no agrícola, por encima de 240.000 para el mes de enero, y una reducción en la tasa de desempleo hasta el 8,2%.

Los que llevamos muchos años siguiendo estos datos sabemos de la volatilidad de ellos, del poco valor que tienen las predicciones, también que para confirmar una tendencia se necesitan varios meses consecutivos en el mismo sentido.

Así pues, una sorpresa que tampoco lo es tanto, tratándose del famoso por su imprevisibilidad 'Non farm payroll'. Pero esta vez el hecho adquiere especial relevancia porque solo unos pocos días antes, el presidente de la Reserva Federal (FED), Ben Bernanke, daba a conocer tras la reunión mensual del banco central que preside, que estaban dispuestos a sacar la artillería pesada de su política monetaria porque no estaban satisfechos con la recuperación económica y concretamente con el ritmo de descenso del desempleo.

Está claro que no estaban informados de los datos que la oficina de Estadísticas Laborales publicaría unos cuantos días más tardes. Al menos es una buena señal el que no se filtre esta información, pero yo creo que alguna pista deberían tener ¿no?

Para muchos economistas -e incluso para miembros de la FED-, parecía evidente que, al menos de momento, la economía estadounidense había retomado la senda de la recuperación y que tanto las políticas monetarias como las de estímulos llevados a cabo por el Gobierno estaban empezando a dar su fruto. ¿Qué es lo que le preocupaba a la Reserva Federal?

Está claro que era algo más. La exposición del Gobierno americano a la deuda griega supera los 2 billones de euros y, por otro lado -y más importante-, los fondos de inversión americanos del mercado monetario mantienen un nivel de riesgo considerable con bancos europeos que a su vez se vería afectados por una quiebra desordenada de Grecia.

El efecto de una quiebra griega creo que está siendo infravalorado por los inversores, lo podemos apreciar claramente en la cotización del euro contra el dólar. La agencia Fitch ha manifestado que un evento de este tipo podría afectar y hasta bloquear el sistema de pagos internacionales. Todo ello sin tener en cuenta el inevitable efecto contagio, con el inmediato ataque a la deuda portuguesa y por tanto, a la española e italiana. La intervención del BCE tendría que ser inmediata.

Ahora vamos sabiendo que las conversaciones sobre el acuerdo que allanaría el camino para que la Comisión Europea desembolsara el segundo paquete de ayudas a Grecia no estaban tan avanzadas ni eran tan satisfactorias como nos habían dicho. Y eso sí lo sabía Bernanke que con sus declaraciones logró hacer caer al dólar -si tiene que subir por la quiebra griega que lo haga desde niveles más bajos- e hizo saber al mercado que siguen teniendo munición para actuar cuando sea necesario. La Reserva Federal es un banco central proactivo y no tiene reparos en actuar de manera preventiva.

LA INTRANSIGENCIA DE ANGELA MERKEL

El banco central más influyente del mundo no está tan preocupado de la recuperación de su propia economía como de las consecuencias desastrosas que la quiebra de un pequeño país europeo podría acarrear a la economía mundial.

De momento la solución parece lejana. Merkel se muestra intransigente con las condiciones para el desembolso de las cantidades del segundo paquete de rescate.

Quizá alentada por los últimos sondeos en su país que muestran que el 80% de la población germana estaría de acuerdo con una salida griega del euro.

Y, por otro lado, los partidos griegos parecen no querer aceptar la dura realidad que ya tienen encima y se niegan a realizar los recortes exigidos.

Me parece en cualquier caso que el camino de la dureza y de la presión no lleva a ningún sitio y que un default de Grecia podría tener consecuencias de las que nos podemos estar lamentando durante largo tiempo. De momento, me temo que hay razones para preocuparse.

_____________________________________________________

* Miguel Ángel Rodríguez es analista asociado de XTB

Comparte esta noticia

comentarios

Actualmente no hay comentarios para esta noticia.

Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad