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economía a lo claro

Europa: calderilla contra la recesión

JAVIER GILSANZ / Ilustración: ENRIQUE ORTEGA. 02/02/2012 "Los líderes europeos no acaban de ver las orejas al lobo y mira que está cerca. Se han vuelto de Bruselas con su mensaje de austeridad y la palabrería del empleo. Pero ya no sirve. La recesión avanza y basta con ver nuestras tiendas, nuestros bares, nuestras empresas: no hay demanda, no hay ventas..."

MADRID. Un fantasma recorre Europa, el fantasma de la recesión. Una amenaza que ya está aquí: las principales economías, desde Alemania a España pasando por Italia, Francia o Reino Unido, han decrecido en el último trimestre de 2011. Y el FMI pronostica que Europa caerá en 2012, superando los 25 millones de parados.

Este negro panorama ha hecho que la última Cumbre europea haya hablado de crecimiento y de empleo, por primera vez en dos años y 17 Cumbres. Un mínimo avance, ya que los dirigentes europeos se han centrado en aprobar una reforma de los Tratados para prohibir el déficit público en las Constituciones y sólo han dedicado palabras y los restos de los Fondos estructurales a crear empleo. Frente a la recesión, más ajustes y ni un euro nuevo para el empleo.

Algunos llevamos más de un año diciendo que por el camino de los recortes, impuestos por Merkozy y los conservadores de Bruselas, Europa acabaría estancada y en recesión. ¡Que viene el lobo! Y aquí está: España decreció un 0,3% en el cuarto trimestre de 2011, como Alemania (-0,25%), Gran Bretaña (-0,2), Italia, Francia y por supuesto, Grecia y Portugal. Y lo peor: el FMI ha pronosticado que la Europa del euro decrecerá -0,5% en 2012, con caídas fuertes en España (-1,7%), Italia (-2,2%), Portugal y Grecia y crecimientos mínimos para Alemania (0,3%), Francia (0,2%) y Gran Bretaña (0,9%), recesión que también continuará durante el año 2013 en España (-0,3%) y en Italia (-0,3%). Con ello, el paro en Europa superará los 25 millones de parados a fin de año, 5,8 millones de ellos en España.

Con estos datos sobre la mesa, los dirigentes europeos debían haber centrado la Cumbre de esta semana en cómo crecer y salir del agujero, en cómo crear empleo. Pero no, sólo han hecho declaraciones grandilocuentes a favor del empleo, los jóvenes y las pymes y ni un euro nuevo para reanimar la economía. Sólo van a dejar que se adelante el gasto de los recursos no consumidos del Fondo Social Europeo 2007-2013, unos 22.000 millones, de los que 2.700 corresponderían a España. Servirían básicamente para programas de formación a parados, sobre todo jóvenes. Calderilla para un problema que afecta al 22% de los jóvenes europeos y al 48% de los españoles, que están en paro. Y la misma fórmula, utilizar Fondos estructurales no gastados (otros 60.000 millones), para financiar proyectos de pymes.

Poco y poco concreto. Lo que sí ha sido concreto es el acuerdo para consagrar el ajuste y la austeridad presupuestaria en la Constitución de los 27 (sólo lo rechazan Gran Bretaña y la República Checa): déficit máximo del 0,5% (Rajoy, en España, ha ido más lejos y ha aprobado el déficit cero, rompiendo el pacto constitucional con el PSOE). Y el que no lo cumpla, será sancionado por el Tribunal de Justicia Europeo con multas del 0,1% del PIB (1.000 millones € en el caso de España). Además, sólo los que rebajen el déficit podrán resguardarse bajo el paraguas del nuevo Fondo de Rescate europeo, todavía no aprobado.

El problema es que "hacer los deberes", reducir el déficit público, es mucho más difícil con recesión, ya que bajan los ingresos y suben las necesidades. Merkel y los conservadores de Bruselas lo saben, pero no quieren suavizar los objetivos, bajar la guardia, aunque los ajustes nos estén llevando a la parálisis. Pero lo tendrán que hacer, porque la realidad es tozuda y muchos países no van a poder cumplir con el déficit del 4,4 % en 2012 y el 3% en 2013. El primero, España, que tendría que recortar 38.000 millones en 2012 (o más si entramos en recesión), algo imposible. Tampoco podrán cumplir Grecia y Portugal y por eso han vuelto los ataques de los mercados con la deuda lusa. Y lo tienen muy difícil incluso Italia y Francia, a pesar de sus planes de recortes y aumento de impuestos.

Mal de muchos, podría forzar a Merkel y a los fundamentalistas de Bruselas a suavizar los recortes en la Cumbre de principios de marzo, ampliando un año los objetivos y dejando el 3% para 2014. Eso sería un alivio para unas economías en recesión, pero no resolvería el problema de fondo: hay que crecer y crear empleo. Y sobre todo, lo necesita la Europa del sur, en especial España, que tiene el doble de paro: 22,9% frente al 10,3% de la UE (y el 5,5% de Alemania o el 4% de Austria). Estamos en una situación insostenible, que exige medidas para reanimar la economía europea y española, fomentando el empleo con urgencia, no seguir con los recortes que nos han conducido a la recesión.

Esto pasa por hacer un Plan Marshall en Europa, movilizando recursos públicos para fomentar la contratación, rebaja de cotizaciones, formación, I+D+i, infraestructuras y educación, como ha hecho Obama en EEUU. Hay que mejorar la liquidez y el crédito, para que haya más financiación y más barata. Y los países del norte, con Alemania a la cabeza, tienen que fomentar su consumo y sus importaciones, para tirar de la Europa del sur. Y del resto del mundo, preocupado porque la recesión en Europa nos meta en una recesión mundial.

Los líderes europeos no acaban de ver las orejas al lobo y mira que está cerca. Se han vuelto de Bruselas con su mensaje de austeridad y la palabrería del empleo. Pero ya no sirve. La recesión avanza y basta con ver nuestras tiendas, nuestros bares, nuestras empresas: no hay demanda, no hay ventas. No es un tema de reforma laboral, ni financiera. Es un tema de confianza en el futuro, de decisión para que la política tire de la economía, de medidas de estímulo y no más recortes. Porque el malestar social es creciente, como han visto los líderes europeos con la huelga general en Bélgica. Y ya hay 115 millones de pobres en Europa. Por este camino, vamos de ajuste en ajuste hasta el fracaso final. Los 6 millones de parados.
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Javier Gilsanz es periodista y autor del blog Economía a lo claro
Ilustración: Enrique Ortega

 

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