VALENCIA. La Conselleria de Economía e Industria publicó en el DOCV del pasado 26 de diciembre, en plenas fiestas navideñas, el pliego de condiciones para sacar a concurso la consultoría que deba diseñar la reforma del sector público empresarialn de la Comunidad Valenciana. Es comprensible hasta cierto punto que el conseller Enrique Verdeguer, nuevo en esta plaza, haya necesitado su tiempo para conocer y hacerse con los resortes del siempre complejo -por excesivo- conjunto de las empresas públicas valencianas, un sistema plagado de interrelaciones, zonas oscuras e intereses políticos procedentes de largos años de inercias, opacidad y amiguismo, productos de la mayoría absolutas sucesivas obtenidas por el PP gobernante.
Pero se antoja demasiado plazo, seis meses desde que fuera nombrado y dada la grave situación del déficit financiero de la Generalitat, que el conseller haya invertido tanto tiempo hablando y pensando en la reforma de ese sector solo para acabar planteando dos concursos -el arriba comentado y el de RTVV que aun no ha salido- que den forma a unas reformas que ya deberían estar sobre la mesa. Algo está ocurriendo y nadie informa de ello: ¿no han funcionado los servicios jurídicos encargados de articular la reforma, puestos supuestamente bajo la responsabilidad de Isabel Villalonga, una funcionaria procedente del núcleo duro del campismo y que, según diversas fuentes, se trasladará ahora a la Delegación del Gobierno como asesora de Paula Sánchez de León?
¿O no lo ha hecho el departamento que dirige el secretario autonómico del sector público empresarial, Bruno Broseta, sobre cuya mesa y ya durante el gobierno del anterior conseller de Industria, Vicente Rambla, ya existía un análisis y diagnóstico del sector público empresarial que ahora, por lo visto, se ha revelado como inútil? ¿Peca de lentitud extrema el conseller o alguien está torpedeando una reforma sobre la que se apoyará el éxito o fracaso de la gestión del actual presidente Alberto Fabra?
El Consell padece una necesidad imperante de aumentar sus ingresos y recortar gastos de forma galopante y hasta la fecha solo ha conseguido dar algún que otro tijeretazo y anunciar un plan de recorte de 1.000 millones, cargado sobre las espaldas de los funcionarios y claramente insuficiente. Aumentar ingresos y recortar gastos son dos responsabilidades que en su mayor parte recaen de lado de la Conselleria de Economía de Verdeguer, una vez que la de Hacienda, con José Manuel Vela, ha anunciado su propia cirugía entre la Función Pública bajo su área de responsabilidad.
Ahora le toca el turno a Verdeguer, responsable de las empresas públicas y del Instituto Valenciano de Finanzas que debe financiar las necesidades financieras de la Generalitat. Ésta cuenta con un sector público empresarial sobredimensionado e ineficaz, y dentro de él se en encuentra uno de los mayores ‘monstruos' engendrado a lo largo tres lustros de gobierno del Partido Popular: RTVV, el ente televisivo más grande, caro e inútil de todos cuantos pueblan España, tanto públicos como privados. ¿Y todavía ahora, en enero de 2012, en la 'zona cero' de la crisis, se está preparando un concurso para hallar una consultora que diseñe su reforma?
Este proceso necesitará sus plazos de adjudicación para que posteriormente la empresa adjudicataria inicie los trabajos de recogida de información, la compacte, analice y empiece a emitir sus conclusiones, las cuales algunas serán válidas y otras no, según decida el Gobierno valenciano hasta dónde puede y quiere llegar con la reforma.
Un proceso que puede perfectamente alargarse durante todo ese año que ahora comienza y en el que el Consell ni siquiera puede garantizar el pago de la nóminas públicas si no es con nuevos recursos a un endeudamiento cada vez más difícil. Puede que muchos pequemos de impaciencia a la hora de esperar el desarrollo de las reformas anunciadas, pero los males que afectan a la economía y las finanzas de la Administración autonómica vienen ya de lejos y resulta paradójico que a estas alturas todavía estemos preguntando aquello de "¿qué me pasa, doctor?"...
Es verdaderamente lamentable que en toda la GV no haya personas capaces de sabaer qué se debe de hacer con las empresas y fundaciones públicas. ¿Qué clase de políticos incompetentes tenemos?
El Conseller Verdeguer, gran trabajador necesitaria informarse bien.Algo normal, digo yo. Por otra parte, parece que , tanta prisa por parte de algunos en los despidos, es hasta alarmante.
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