VALENCIA. Al Gobierno de la nación no parece que vaya a temblarle el pulso. Mariano Rajoy y sus ministros dan muestras de saber la gravedad de lo que está ocurriendo y de que están tomando medidas para hacer frente a todo ello. Otra cosa es que conozcan claramente la naturaleza de lo que tienen ante sí y qué estrategia aplicar. Aun no hemos escuchado explicación convincente sobre qué hay más allá de los recortes y barreras que van a situarse a partir de ahora en nuestras vidas.
Muchos nos tememos que, sencillamante, no lo saben, que todo lo que se avecina es una especie de experimento a ver cómo sale el plan. Pero lo cierto es que tampoco hay una alternativa clara, por mucho que desde la izquierda se rasguen las vestiduras con esta ola de ajustes que recorre Europa.
Las subidas del IRPF, a la que más adelante seguirá la del IVA, y los recortes masivos de gastos del Estado contribuirán claramente a taponar el chorro de gasto público y reducir el déficit, pero no va a crear ni un miligramo de riqueza. Más bien al contrario, el número de parados está condenado a aumentar cuando comiencen los recortes de funcionarios interinos, en las empresas públicas y se ejecuten los grandes ERE que aun faltan en el sistema financiero y otros sectores. Más parados y menor riqueza en la sociedad. Desde luego, adiós definitivo al Estado de Bienestar.
Por su parte, la Administrción autonómica, aunque con retraso y aun con titubeos, ya ha abierto la espita de los recortes. La situación valenciana, no por ya conocida deja de ser cada vez más preocupante. La falta de liquidez y la acumulación de deudas a proveedores y vencimientos de deuda ha situado a esta comunidad autónoma a un paso de la quiebra.
Nunca desde que empezó la transición, allá en el año 1975, el País Valenciano ha dependido tanto del Estado y de las decisiones que se toman en Madrid. La Generalitat ha renunciado a su autonomía como consecuencia de su debilidad. El comportamiento fuera de toda lógica de Francisco Camps, con el silencio cómplice cuando no con el aplauso de la llamada sociedad civil durante los últimos años de su mandato, ha suscitado un rechazo exterior a las formas de gestión y de hacer política en este territorio.
Por si ello no hubierra bastado, los numerosos casos de corrupción no resueltos que afectan a vistosos estamentos de la clase dirigente valenciana, algunos de ellos, como el saqueo de Emarsa o el impresentablemente alargado proceso judicial de Carlos Fabra, no contribuyen, precisamente, a enderezar esa imagen.
Ese aislamiento politico, una dolorosa ‘novedad' en las relaciones de esta Comunidad con el exterior y cuyo mejor reflejo ha sido la ausencia de valencianos en el nuevo Gobierno de Rajoy aun siendo la Comunidad Vazlenciana uno de los principales graneros de votos del PP, se ha visto potenciado igualmente por el descontrol de la deuda pública autonómica y la falta de capacidad de la Administración regional para hacer frente a sus pagos, mostrando una falta de solvencia "imperdonable" en un mundo donde los mercados son los dictadores a los que se han venido entregando ciegamente esos mismos dirigentes desde hace tres lustros.
Ahora, de cara a 2012, la pérdida del poder financiero regional y de buena parte del capital humano que ello representa, plantea un serio handicap para la recuperación ¿Quién va a tirar de la economía, de la política, de la esperanza este país? Tal vez ahora la tan cacareada sociedad civil con la que se les llenaba la boca a muchos dirigentes mientras se autoproclamaban sus representantes, deba ser la responsable de encabezar la resistencia al pesimismo.
Es ahora cuando se necesitaría una verdadera sociedad civil fuerte, unida y estructurada, casi una utopía, para acabar con la (inútil) espera a que una Generalitat arruinada o un Estado con importantes grietas rescate a la sociedad. Se antoja una espera interminable.
La honradez, la buena gestión, el talento, el sentido común, la solidaridad... esas 'pequeñas' cosas 'sin importancia' sin las cuales la denominación se queda en una absurda cáscara vacía, ¿entiende usted, Juan?
Precisamente es la denominación de la comunidad, de la lengua, etc. lo que forma la base de todo lo demás. Si eso no importa, ¿ qué va a importar cualquier otra cosa ?
Sr. Cruz., si observa alguno de los comentarios a su crónica tendrá la respuesta a por qué la sociedad civil valenciana ni está ni se la espera. Si a su análisis profundo de la dificil situación en que está la Comunitat Valenciana a algunos sólo les preocupa que haya utilizado el término país que podemos esperar de una sociedad que sólo se preocupa de chorradas como la denominación de nuestra comunidad o de nuestra lengua. Más autocrítica y menos victimisno es lo que necesita esta sociedad civil para poder revertir la situación.
¿Pais Valenciano?....
Es Bancaja, no Bancaixa que quedó hace años, sin que nadie dijera nada, para consumo interno. Como tampoco se ha dicho nada que Bancaja utilice los días feriados de la Comunidad de Madrid en su sistema informático, de manera que el día de la Almudena es inhábil a efectos de toda transacción y Olivas, Tirado, el eterno, y demás calladitos que no peligre la dieta.
bu!.. País Valenciano :S
JMIGUEL, si además ves las operaciones crediticias de alguna de estas familias involucradas en Banco Valencia y Bancaja te darán sonrojo. La "crema" por ética no puede tener esas operaciones en estos tiempos en los que no hay crédito para nadie. Para mis recuerdos ya he hecho una fotografía desde mi casa desde dónde se ve el rótulo del Banco de Valencia en el edificio de Pintor Sorolla.
Un ejemplo de lo que es la "Sociedad civil" en esta Comunidad: Consejo de Administración del Banco de Valencia. En él hay representación de algunas de las "mejores familias valencianas". Han invertido en el banco y se supone que están ahí para defender su inversión. También se supone que, formando parte de la "crema" de la sociedad valenciana y siendo Banco de Valencia una joya regional, también están ahí para defender ese papel. ¿Cuál fue su actuación? Pues la genuflexión, la desidia y la sumisión a los sres. Parra y Olivas. Ambos puestos por el poder político. Esa es la "crema" de la sociedad valenciana. Ahí tenemos la luz y guía de nuestra sociedad y así nos va. Aún espero que alguno de ellos dé la cara y confiese su incompetencia y su inanidad. Postdata: el sr.Olivas sigue de presidente de Bancaixa. ¿Quién está en el Consejo de Administración de esa entidad tolerándolo?
Buenos dias Cruz: el titulo de tu artículo menciona la "Sociedad Civil" esa Sociedad Civil Valenciana constituida por autonomos,pequeños empresarios,vendedores,comisionistas que mañana pasada ya las fiestas afrontaremos el 2012 como mejor podamos. No debemos esperar nada de "papá estado" no debemos esperar nada del "grifo" de los bancos en cuanto a creditos,no debemos esperar nada de los politicos. En realidad solo debemos esperar de nosotros.....mismos,.- Pasaremos esta situación Cruz los Españoles en general nos crecemos antes la adversidad y aquellos que no se crezcan hay que ayudarlo a que lo hagan nadie vendrá en nuestra ayuda.- Espero que, en el 2013 podamos seguir escribiendo nuestras opiniones en este digital será una muestra que hemos logrado salir adelante.Un saludo Alejandro Pillado Valencia 2012
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