CRUZ SIERRA. 01/01/2012 España se introduce en el quinto año de su crisis económica -primero del ajuste real- y se sigue pudiendoe decir claramente que aún no ha tocado fondo, y eso que ya en 2008 vislumbrábamos no solo el fondo sino también algunos ‘brotes verdes'...

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VALENCIA. De izquierdas o de extrema derecha, socialdemócratas, democristianos, comunistas o nacionalistas, monárquicos, republicanos y es posible que hasta independentistas, es más que probable que la mayoría de la población que habita esta parte de la Península Ibérica haya recibido con cierto alivio las primeras medidas anunciadas por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Nos movemos, luego seguimos existiendo... De salida, el nuevo Gobierno ha decidido mantener las condiciones de vida de los pensionistas, el único segmento de sociedad que apenas puede valerse ya por si mismo para reivindicar casi nada ante el Estado. España se está haciendo un país para viejos y no es comprensible que se les/nos haga la vida cada vez más difícil a un segmento social por el que todos, absolutamente todos los ciudadanos, vamos a pasar más tarde o más temprano (salvo que no lo hagamos nunca por motivo de fuerza mayor...).

Como ‘contrapartida', Rajoy y su dream team económico ha congelado por primera vez en la historia moderna de este país el salario mínimo, una cifra a partir de la cual se calculan otros niveles retributivos. Desde luego no es una buena noticia para los que reciben ese salario, pero vivimos momentos excepcionales que exigen medidas drásticas (al menos no se ha rebajado este nivel salarial como ha ocurrido con el de los funcionarios). Duro, pero no terminator..

Quizás la decisión más llamativa de Rajoy -por el modelo elegido para hacerlo y porque nunca se refirió a ella antes de las elecciones- ha sido la subida de impuestos, una medida que en contra de lo mantenido por Zapatero, siempre ha sido considerada de izquierdas, especialmente si se hacía a través del IRPF, es decir de forma ‘progresiva' para que sigan pagando más quienes más tienen.

Mejor esta subida y la del IBI para viviendas de ‘lujo' que una subida indiscriminada para todos a través del IVA (aunque nadie garantiza que finalmente haya que recurrir a ésta cuando nos hayamos acostumbrado a las otras). Por fin medidas fiscales inteligentes, con lo razonablemente fáciles que son de diseñar, aprobar y ejecutar.

Que uno sepa, a nadie le agrada pagar más impuestos, pero la mayoría estamos dispuestos a hacerlo prácticamente sin rechistar si con ello avanzamos hacia la salida del túnel. Desde luego, son solo los primeros brochazos de un paquete de reformas que se antoja bastante más ‘violento'. Pero en principio, nada que objetar. Era lo mínimo que podíamos esperar y lo hemos recibido. Congratulations.

POR, PARA Y DE ALBERTO FABRA

Lástima que nuestro flamante ‘premier' valenciano, Alberto Fabra, no pueda ofrecer un saldo similar de sus 157 días al frente de la Generalitat, por mucho que en su particular balance hecho por si mismo sobre si mismo realice un panegírico de su obra (en parte realidad, al césar lo que es del césar) de este tiempo tirando a irreal, insuficiente y, desde luego, sobresaliente en autoestima y autosobrevaloración. 

Es fácil deducir que este balance realizado por los servicios de agitprop de Presidencia es un ejercicio de cara a la galería interior del partido, pero mientras los dirigentes del PP valenciano siguen con su florituras, las reformas necesarias siguen realizándose únicamente sobre el papel y el DOGV sigue limpio de traumas reformistas.

Y es que resultan ciertamente penosos -aunque encomiables- los contínuos viajecitos de Vela y Verdeguer (Hernández y Fernández, Rinconete y Cortadillo) en la clase turista del AVE 'camino Madrid' a obtener alguna caridad gubernamental con la que hacer frente a los vencimientos del mes. Con la ayudita del IBI y alguna otra migaja, las administraciones locales y autonómicas podrán ir tirando, pero siempre con angustia, siempre ahogadas. Mientras, en la calle Quart siguen jugando a la pequeña, más bien enana,  política partidaria.

Ni se han suprimido los organismos anunciados (no los necesarios, desde luego), ni se han aplicado los urgentes ajustes en las instituciones necesitadas de ellos, ni se ha dado un giro sensible a la gestión de ésas y otras entidades públicas que están cayendo en barrena. Las sombra del pasado se alarga sobre la gestión de Fabra, aunque el presidente intente desembarazarse de tan penosa herencia con algunos ajustes superficiales en el Consell. No era, desde luego, Paula Sánchez de León quien estaba poniendo zancadillas a los cambios, por mucho que tampoco fuera la más fervorososa de ellos.

En todo caso, ni las medidas de Rajoy, ni mucho menos las ‘no medidas' de Fabra van a servir para otra cosa que para un pasajero alivio que precisa de otras muchas, mucho más drásticas, si lo que se busca de verdad es detener la espiral dramática de la crisis económico-financiera que arrastra al país entero en general y a la Comunidad en particular.

LOS ÍDOLOS CAÍDOS

No están a salvo en esta España de 2012 que ahora comienza ninguno de los iconos que pensábamos intocables: ni la gran banca estaba tan bien gestionada ni era tan sólida como creíamos, ni la Monarquía era intocable e incorrupta (como el brazo de aquél), ni el cambio de Gobierno nos asegura la remontada de nada.

Solo permanece en pie un mito de la política española: el modelo de Estado. Y cualquier día de estos alguien lo pondrá en entredicho, empezando por las diputaciones y acabando por no se sabe dónde (bueno, sí se sabe, pero mejor no mentar a la bicha). Por citar los supuestamente más firmes. Del resto ni les cuento.

Lo peor es que, probablemente, nos esperan lagos lustros sin alternancia en el poder: el gran centro-izquierda nacional -el agrupado en torno al PSOE- avanza con paso firme hacia su autodestrucción como alternativa de Gobierno a imagen y semejanza de su filial valenciana, ese PSPV-PSOE de triste figura que 16 años después y no-sé-cuántas-derrotas sigue hoy controlado por un señor llamado Joan Lerma y sus seguidores, sin que aun se haya abierto el verdadero debate sobre las respuestas y el tono que un partido ‘progre' debe ofrecer al conjunto de la sociedad de nuestros días, es decir, la del siglo XXI.

Si solo Rubalcaba y Carme Chacón (¿alguien sabe qué modelo de partido defiende esta joven exministra de cuyo paso por el Gobierno solo recordamos su voz ronca poniendo firmes a una compañía del Ejército?), si solo ellos, decía, son la oferta del PSOE para intentar ganar las elecciones en 2015 o incluso antes, estamos apañados. Tenemos Rajoy para rato (recuerden, el poder corrompe y el poder absoluto, la repera: vean al PP local).

Sin alternancia en el poder, perdidos el respeto a la Casa Real, a la Banca y a los banqueros, con una deuda pública (autonómica) y privada (bancos y cajas) de no te menees y que no sabemos cómo vamos a pagar por muchos impuestos que paguemos, así como una falta de actitudes y sobre todo de educación, inasumibles, solo podemos prever un año infernal para todo el país, posiblemente dramático para la mayoría. Y en el mejor de los casos, infernalmente mediocre.

Vienen muy mal dadas. En el plano político, en el económico y en el laboral. Y no mejor en el plano internacional. La Unión Europea se retuerce sobre si misma en busca de la disciplina fiscal que quiere imponer ese dúo dinámico que responde a la marca Merkozy. Pero ni siquiera los gigantes alemán y francés están libres de peligro. Al final podría llegar la gran solución que algunos analistas mundiales tienen descrita desde hace al menos un cuatrienio: el default total vía acuerdo multilateral de suspensión de pagos. Ya veremos.

Así que 'solo' nos queda la esperanza, de nuevo, del factor humano, el mismo que nos hunde y nos salva pendularmente a lo largo del mundo y de la historia, porque como grupo, los humanos estamos jodidos. Confiaremos en los individuos que nosn rodean, en nosotros mismos, en los dirigentes con talento (sí, incluso con talante), en el vecino, en el compañero de trabajo y en nuestro empresario. Porque ni el partido, ni el Estado, ni siquiera el Banco de España nos van a sacar las castañas del fuego (ni saben ni pueden). Así que con mayas o sin ellos es muy posible que dentro de un año por estas fechas todo lo que nos rodea sea muy diferente. Casi es preferible, no?