Pues a mí me parece muy bien que el Rey quiera recabar la opinión que sobre la crisis tienen políticos y agentes sociales. Como me parece igualmente bien que haga un llamamiento al entendimiento, a colocar los intereses generales por encima de cualquier otra consideración.
Don Juan Carlos ha demostrado ser sensible ante la grave situación económica de nuestro país, ante la angustia de miles de ciudadanos en paro, de familias que no saben cómo afrontar el futuro inmediato porque ninguno de sus miembros tiene trabajo. Es más, creo que si el Rey hubiera permanecido impasible ante la situación que vivimos, entonces sí que habría que reprocharselo. Por eso no entiendo la actitud del PP y de sus terminales mediáticas.
Creen los populares que el llamamiento del Rey al consenso beneficia a Zapatero, incluso aseguran que don Juan Carlos ha propuesto un gran consenso a instancias del Gobierno. En mi opinión se equivocan.
El Rey ha hecho lo que debe de hacer un Jefe del Estado con una función arbitral, preocuparse por los problemas y llamar a la clase política a que, a través del diálogo, busque una solución. Por tanto la iniciativa del Rey es impecable. Es más, si no lo hubiera hecho podríamos pensar que la Corona se mantiene al margen de los problemas, de las preocupaciones, de la angustia y el sufrimiento de los ciudadanos.
Los populares demuestran una actitud un tanto paranoica haciendo lecturas torticeras de la actitud de don Juan Carlos. Seguramente, al PP lo que le viene mal es tener que ponerse en la tesitura de ayudar al Gobierno. Rajoy y los suyos ven a Zapatero y al Gobierno como fruta madura a punto de caer del árbol. Por decirlo claramente, el PP se ha instalado en la maxima de cuanto peor le vaya al país mejor les irá a ellos, más fácil tendrán ganar las elecciones. De ahí que rechacen cualquier atisbo de consenso.
Claro que tampoco Zapatero y el PSOE están por la labor de llegar a ningún acuerdo con el PP. También el presidente se ha encasillado en sus posiciones. El PP dice que no pactara nada salvo que el Gobierno asuma el programa económico popular. Y el Gobierno dice que ellos tienen su propia receta y que no están por la labor de hacer caso a nadie, que lo único que quieren es un cheque en blanco de la oposición. Así, que unos por otros el pacto se antoja difícil por no decir casi imposible.
Pero volviendo a la actitud de ciertos sectores de la derecha para con don Juan Carlos, y si echamos la vista atrás, cabe deducir que hay sectores de la derecha que son poco o nada monárquicos, lo que resulta una paradoja. Y esos sectores acusan al Rey de sentirse más a gusto con los socialistas que con ellos.
Yo no sé, ni me interesa, quien le cae mejor o peor al Rey, pero lo que sí me parece relevante es que hasta el momento ha cumplido con su papel institucional. Es más, creo que la inmensa mayoría de los ciudadanos más que monárquicos son juancarlistas, y que el día en que el Rey falte no está claro el futuro de la Monarquía, pero hasta el momento, ya digo, don Juan Carlos viene cumpliendo con el papel que le marca la Constitución. Por eso, no entiendo el enfado ni las retinencias de la derecha ni los mohines de cierta izquierda porque el Rey se haya interesado públicamente por la situación tan delicada por la que atraviesa nuestro país y haya llamado al diálogo. Otra cosa bien distinta es que hubiera apuntado que había que hacer tal o cual cosa, o dar sus propias recetas para abordar la crisis. Pero no es lo que ha hecho.
Por eso no entiendo esos ataques sibilinos a la figura del Rey. Creo sinceramente que don Juan Carlos no se ha salido del guión.
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