VALENCIA. Históricamente, la Familia Real española ha disfrutado de una rigurosa protección, casi un blindaje, por parte de los medios de comunicación españoles. El papel moderador del Rey, su indiscutible protagonismo en la Transición democrática, su condición jurídicamente inviolable, y evidentemente su poder e influencia, son factores que los medios tuvieron muy en cuenta a la hora de excluir al Rey, y de rebote a la Familia Real, de cualquier forma de escrutinio mediático. Así, el tratamiento informativo de la Monarquía fue, casi siempre, amable y discreto, sin una sombra de crítica. La información que ofrecían los medios de referencia era, y es, a menudo indistinguible de la que mostraba la prensa del corazón.
Esto tuvo dos efectos colaterales: la existencia de una activa rumorología, siempre o casi siempre por debajo del radar de los medios, en lo relativo al Rey y la Familia Real; y que se pusiera sobre la mesa, desde muy pronto, la posibilidad de que los miembros de la Familia Real, o las personas cercanas a ella, pudieran obrar impunemente, o casi impunemente, mientras gozasen de la protección real y del silencio mediático.
A esto hay que añadir que en el pasado, en las ocasiones en que aparecieron algunas críticas o burlas de la Familia Real, la respuesta se pareció mucho a matar moscas a cañonazos. En 1994, el Gran Wyoming invitó al programa que entonces presentaba en La 2, "El peor programa de la semana", al escritor catalán Quim Monzó. Monzó había sido entrevistado poco antes en un programa de TV3, en el que osó hablar en tono de burla de las Infantas. Pues bien: el programa fue suspendido por TVE (y después cancelado) y la entrevista con Monzó nunca llegó a realizarse.
Más recientemente, en 2007, El Jueves publicó una portada sobre el príncipe Felipe y su mujer, Letizia Ortiz, que fue considerada injuriosa por parte de la Casa Real y de la Fiscalía. Esta última actuó de inmediato, pidiendo (y obteniendo) el secuestro de la publicación y, más adelante, la condena de los editores de El Jueves. Por supuesto, la difusión de la revista, a raíz de esa reacción a todas luces sobredimensionada, se multiplicó. Y la portada en cuestión, distribuida a través de Internet, probablemente es la más conocida de la ya larga historia de El Jueves.
Entre ambas historias median trece años, pero también dos diferencias fundamentales: la primera, que las críticas por la censura de El Jueves fueron mucho más patentes que en el caso de "El peor programa de la semana"; la segunda, que así como nunca pudo realizarse la entrevista de Wyoming con Monzó, todos acabaron viendo la portada de El Jueves. Es decir: ahora es más complicado controlar el flujo de la información, como por lo demás resulta obvio.
Del balonmano al "talonmano"
Y así llegamos al caso de Iñaki Urdangarín, yerno del Rey y marido de la infanta Cristina, que supone un cóctel verdaderamente explosivo:
-Implica un abuso evidente de su posición de privilegio para hacer negocios con empresas y Administraciones públicas complacientes (con la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia siempre en cabeza).
-Los contratos de Urdangarín suponen un despilfarro económico en un tipo de cosas (congresos "a lo grande", certámenes de vela, el Open de Tenis) que causan indignación vistas desde el contexto de crisis económica actual.
-Y por último, y aquí está la clave maestra de todo el asunto, se trata de alguien perteneciente a la Familia Real, tan intocable como privilegiada
Así que, con este caldo de cultivo, nos encontramos con una situación, cuando estalla el asunto, en la que unos medios se alimentan a otros, al ver que van surgiendo revelaciones cada vez más graves, y en un mayor número de sitios.
A la cabeza, los medios digitales, siempre preocupados por conseguir visitas; y la información sobre la Familia Real, precisamente por su escasez, también es valiosa en ese aspecto: muchos confidenciales, como Voz Pópuli o El Confidencial, se nutren de ella. También periódicos como Público y El Mundo, que siempre han tenido menos interés en respetar el mencionado pacto tácito de la Transición. Se apuntan, asimismo, medios cercanos a posiciones ultraderechistas y que, por razones diversas, no sienten simpatía por la institución monárquica, como Libertad Digital o Intereconomía-La Gaceta. Más adelante, aunque con renuencia, incluso los diarios monárquicos ABC y La Razón, y también El País (que históricamente ha otorgado a la Familia Real un tratamiento informativo más que complaciente) se suman a la extensa cobertura mediática del asunto.
El escándalo va ganando en dimensión y profundidad, hasta que la última semana se produce la gran explosión. Primero, Urdangarín salió a la palestra haciendo declaraciones telefónicas a la agencia Efe, que aparecieron la noche del sábado 10, poco antes del partido Madrid-Barcelona (es decir, con el propósito de que quedasen "enterradas" por el derby y el fin de semana).
El lunes, la Casa Real juzgó insatisfactorias estas declaraciones, y por boca de su portavoz, Rafael Spottorno, catalogó su comportamiento de "no ejemplar", e incluso hizo esta valoración de Urdangarín y su vínculo con la Familia Real: "Los que tenemos hijos... ninguno de nosotros podemos decir mi hijo no es mi hijo, seguirá siéndolo, a lo mejor no nos cae muy simpático o lo tenemos que reprender, pero no deja de ser nuestro hijo". Además, se apartó a Urdangarín de la Familia Real mientras no arregle estos problemas, y se anunció que a partir de ahora la Casa Real hará público el desglose de sus cuentas de gastos.
El claro alejamiento y censura de Urdangarín por parte de la Familia Real se combinan con el crescendo informativo, en el que aparecen revelaciones de que Urdangarín, como otrora 'El Bigotes', hizo negocios con la gente más diversa. Los medios disfrutan elaborando titulares sensacionalistas, como "Urdangarín tiene negocios con un príncipe saudí acusado de violar a una modelo española" (La Gaceta), o desvelando informes médicos de Urdangarín (Libertad Digital), en los que puede verse cómo el yerno del Rey se libró de la mili... por padecer "sordera completa".
La Familia Real ha hecho claros esfuerzos esta semana por desvincularse de las actividades del duque. Pero la cosa no es tan sencilla. Es evidente que Urdangarín lograba estos contratos y trato preferencial empleando su condición de yerno real. Como en el pasado también lo hizo el exyerno, Jaime de Marichalar, que acumuló puestos en consejos de administración de varias empresas (para, después de divorciarse de la infanta Elena en 2009, perderlos prácticamente todos). También es obvio que el tratamiento especial de la Familia Real por parte de los medios de comunicación, o al menos de los satélites de la misma, se ha terminado.
#prayfor... El Mundo desvela cuestiones ya desveladas
El pasado viernes, como colofón a la "semana grande" de Urdangarín, el diario El Mundo publicó una serie de revelaciones sobre los contratos de Nóos con la Generalitat Valenciana que al parecer involucraban directamente a Esteban González Pons, entonces conseller de Relaciones Institucionales y portavoz del gobierno autonómico, como firmante del convenio con Nóos.
Dos cuestiones llaman la atención de esta noticia. La primera, como bien supo ver @almuojul, entre otros usuarios valencianos de Twitter, que no es tan noticia. La mayoría, por no decir la totalidad, de elementos aportados por El Mundo (el pago a Urdangarín de 382.000 euros por la organización de unos Juegos Europeos que nunca se produjeron; el coste total del convenio con Nóos; el papel de González Pons...) aparecieron publicados profusamente en la prensa valenciana hace más de un mes.
La segunda cuestión atañe al papel central que El Mundo le otorgaba a Esteban González Pons en este asunto. Como conseller de Relaciones Institucionales, es cierto que se encargó de firmar el convenio. Por otra parte, el propio González Pons aclaró al diario El Mundo que su papel en el asunto se limitó a cumplir una resolución del Consejo de Gobierno de la Generalitat... a propuesta del entonces president Camps.
En resumen: responsabilidad, la hay, pero no tanta, ni de tanta gravedad, como pretende presentar el periódico. A la luz de ambas precisiones, y a pocos días de conocer la composición del gobierno de Mariano Rajoy, no parece en absoluto casual la súbita reaparición, como si fuese nueva, de información ya conocida, ni mucho menos el afán por involucrar en una posición central a un posible "ministrable" de Rajoy.
______________________________________________________________
Guillermo López es profesor titular de Periodismo en la Universitat de València
Además de hacer negocios dudosos a la sombra del trono, algo que otros miembros de la familia (Campechano incluído) también han hecho, hay otros asuntos notables en todo eso. En primer lugar, que se deja mucho de lado al corruptor. En una transacción de esas hay por lo menos dos implicados, el que recibe y el que da. Y de momento, no parece que se vaya a pasar demasiada factura a cargos e instituciones que tan claramente han malversado dinero público. El único que habrá tenido problemas por eso, ahora mismo, será González Pons, que se ha quedado sin ministerio si es que en verdad Rajoy pensaba otorgarle alguno. Los de la "caverna", contentos. También se supone que se está aireando, con todo descaro, información que debería ser confidencial, sea por la propia naturaleza de los datos (caso expediente médico) o por eso del secreto sumarial y la confidencialidad de las investigaciones hasta que se imputen cargos, cosa que de momento no se ha hecho. En todo eso, hay una serie de funcionarios del Estado que deberían dar explicaciones ante un juez, cosa que dudo que vaya a pasar. En fin, todo parece que a Urdangarín su suegro lo va a borbonear, sin embargo no creo que eso sirva de mucha ayuda al monarca.
jjajaja es un oximoron como un elefante
Lo sorprendente es que se hable de corrupción en relación a una gente que vive a costa de los demás. ¿No es un oximoron decir que un miembro de la Casa Real roba a sus súbditos?
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.