Sería difícil encontrar en el baul de los recuerdos unas navidades como las que se presentan este año. En el marco de un radical cambio de ciclo político a nivel estatal, la Comunidad Valenciana atraviesa por uno de esos momentos históricos a mitad de camino entre lo grotesco y lo dantesco. La política, la economía, las finanzas, ¿la justicia? autóctonas caminan grogui hacia ninguna parte. Como zombies
VALENCIA. El periodista no daba crédito a lo que le acababan de contar al otro lado del teléfono: el consejo rector de Ruralcaja, dirigido con mano de hierro por Juan Antonio Gisbert -el exdirector de la CAM que consiguió mantener la 'independencia' de esta caja cuando aun hubo tiempo de crear la gran caja autonómica- acababa de aprobar la fusión de la histórica cooperativa con la almeriense Cajamar (naturalmente, con la futura sede conjunta ubicada en Almería) y en la presentación ante la sociedad y los medios no iba a estar presente ningún responsable de la gestión de la caja.
¿Quién dio la cara ante lo medios de comunicación? Sorpresa: el jefe de prensa... un veterano experiodista que ya había anunciado previamente que no se iba a salir "ni un palmo" de la nota que habían enviado a los medios de comunicación. Ni Gisbert, director general, ni el presidente de Ruralcaja ni ningún otro miembro de la dirección o el consejo tuvieron el arrojo de enfrentarse a los medios de comunicación para explicar cara a cara porqué se había decidido una fusión por el procedimiento de urgencia con el que hasta hacía dos días era el enemigo a batir en el campo de la competencia bancaria en el mundo rural.
Mejor que no hubieran ofrecido la rueda de prensa. Nunca, en 30 años de profesión vividos entre Madrid y Valencia y viajados entre Moscú, Hong Kong, Bruselas y Buenos Aires, este periodista había presenciado semejante falta de entidad corporativa reflejada en la incomparecencia de los responsables en un llamémosle importante ‘evento' financiero, como es el anuncio de fusión por absorción de Ruralcaja en Cajamar.
Al fin y al cabo se trata de una operación perfectamente racional y positiva dado el lastimero estado del sistema financiero autóctono, pero convertida finalmente en una penosa metáfora de la falta de gallardía y valor de los dirigentes políticos y económicos valencianos ante sus conciudadanos.
En efecto, de lo que se trata ahora es de salvar los muebles mientras estemos a tiempo. Con el Banco CAM ya en manos de esa envidiable entidad catalana, Banco Sabadell ("¡hasta ayudan a los pobres!" exclamaba admirado un colega que había estado buscándole las vueltas a los vallesanos); perdidas definitivamente las cuotas participativas; con los inspectores del Banco de España rebuscando por los cajones del otrora reducto de la burguesía valenciana, el Banco de Valencia, y José Luis Olivas aislado en su despacho de la sexta planta de Bankia en Pintor Sorolla, que ahora comparten los últimos de CajaMadrid y Bancaja, la ‘salida' de Valencia -‘el planeta de los zombies'- del mando de Ruralcaja era solo cuestión de tiempo.
Por supuesto, ni el presidente del Consell (liado con los bonos), ni el director del IVF (ocupado con el duque), el conseller de Economía (haciendo las maletas), el de Hacienda (rascándose los bolsillos) o el líder de la oposición (concentrado en la nada), tuvieron nada que decir ante el desgajamiento de la última entidad financiera con cierta implantación regional (¡viva Caixa Ontinyent!).
Lógico. Bastante tienen en la calle Caballeros con juntar dineros tras el amargo fracaso de la emisión de bonos patrióticos entre la población, salvada in extremis por la gran banca (ya pasará la gorra) y por el rescate, inesperado pero inevitable, efectuado discretamente por Gobierno, el último servicio de Zapatero al Estado (hasta siempre, Rodríguez, solo la Historia sabrá colocarte en tu sitio), es de suponer que con la aquiescencia del futuro premier, Mariano Rajoy.
En todo caso, parece solucionada la devolución de los bonos -la próxima semana- a los patriotas que los compraron el año pasado pero que éste no los renovaron. También, seguramente podrán pagarse la nóminas a los funcionarios autonómicos, no se sabe si también las extras, pudiendo la Generalitat alcanzar el próximo mes de febrero, cuando deba abonar un nuevo vencimiento de 500 millones. Mientras, los farmacéuticos en la calle (qué poco aguante tiene esta gente, pordiós) y las multinacionales farmacéuticas -como Roche, que ha vetado al Hospital Provincial de Castellón- poniéndose cada vez más nerviosas con los impagos valencianos.
(Entiendan que esta crónica se asemeje a un catálogo postnuclear de daños y perjuicios, pero es como si un artefacto nuclear hubiese ‘explosionado' en la plaza de la Virgen y estuviésemos empezando ahora a percibir sus efectos, nada colaterales, por cierto. Allá por donde se mire resulta casi imposible identificar una buena noticia que no pertenezca al ámbito privado de las personas.).
UN PLAN 'B', AUNQUE SEA DE MENTIRA
Uno podría esperar que en estos difíciles momentos, al menos las organizaciones sindicales y empresariales, los antaño alegres agentes sociales, Pavace arriba, Pavace abajo, tuvieran un plan B -demagógico y/o utópico, pero un plan al menos- que nos permitiera agarrarnos a un clavo ardiendo, pero ni eso. O que al menos salieran a dar la cara y explicar a sus representados lo que los gobernantes no cuentan.
UGT, CC OO, Cierval, CEV, Coepa, CEC, las Cámaras de Comercio... andan todos los exagentes, a quienes se les ha comido la lengua un gato, haciendo números, recortando gastos y pensando cómo decirles a sus cuadros y militantes que hay que acometer despidos, cerrar centros y antenas, olvidarse de grandes ceremonias (Morata ha decidido ahorrarse los 30.000 ‘pavos' del guateque anual de la Noche de la Economía Valenciana, y eso que es el que menos problemas de liquidez padece) y dejarse de monsergas tales como la grotesca resistencia sindical a la creación de los llamados ‘miniempleos', como si hubiera otras alternativas posibles en estos momentos para los centenares de miles de jóvenes parados españoles (salvo la revolución mundial, claro está). Como las lentejas, quien los quiera que los coja y quien no que los deje. No suena bien, es cierto, pero peor suena el desempleo puro y duro.
Situación bien diferente a la de la otra gran organización empresarial, AVE, la de los navieros, comerciantes, notarios, financieros, promotores y otros supervivientes, también tocados pero no hundidos. Se encuentran estos días enfrascados en acabar de ‘colocar a uno de los suyos, Paco Pons, en la vicepresidencia de Bankia (es usted una 'máquina', señor Pons: 700 millones de ventas en frutos secos son muchos frutos secos...), un asunto que cada día que pasa se va emponzoñando hasta el punto que el mismísimo presidente de la Generalitat ha salido al paso para garantizar que su nombramiento es "inminente" (¡cielos, ahora sí debemos preocuparnos!).
Pons ha planteado condiciones sensatas a los madrileños para aceptar el puesto y está por ver que éstos las acepten. Deberían hacerlo, porque no hay duda de que buena parte del negocio del banco de Rodrigo Rato se encuentra todavía en Valencia y no están los tiempos para perder arraigos en los mercados locales. La colocación de Pons en Madrid sería una buena baza del poder valenciano en la capital mientas la silente Fundación Conexus se decide por cuál debe ser su razón de ser en la vida e incluso su razón social...
EL JUICIO A LOS TRAJES Y LAS RESPONSABILIDADES FINANCIERAS
¿Y qué opinan de la gran falla que se ha montado dentro y fuera del TSJ? Que me perdonen mis colegas y sirvan estas líneas de autocrítica por la parte que le toca este humilde diario digital, pero a un servidor le parece abochornante el espectáculo mediático del juicio de los trajes, 12.000 euros del ala, mientras impagados por cientos de millones y ERE's para decenas de miles de trabajadores se amontonan en los juzgados al tiempo que 50.000 cuotapartícipes de la extinta CAM y otros tantos pequeños accionistas del Banco de Valencia van a perder sus ahorros invertidos en esas entidades sin que ninguna institución haya reclamado aun ni una foto ni un gramo de responsabilidades a los autores del desaguisado.
(Por cierto, llamativa la presencia en apoyo de Camps el primer día de juicio de los cónyuges de dos 'titulares' que no debieron considerar oportuna su asistencia en persona: el marido de Paula Sánchez de León y la mujer de Rafael Blasco).
Si tras el crack de los americanos Fannie Mae y Freddie Mac, la SEC norteamericana -la todopoderosa y temida SEC, como la CNMV pero en serio- acaba de sentar en el banquilo a seis directivos por no avisar a los accionistas e inversores de la que se les venía encima, ¿cuántos deberían haberlo hecho ya en Madrid y en Valencia?
Metidos en harina judicial, es una evidencia que nuestra sistema judicial está tocado de los mismos males generales que afectan al país: falta de competitividad, productividad, diligencia y efectividad. Apenas ha sido juzgado alguno de los muchos y variados casos de corrupción que se han producido en este territorio (como el socio que delató a Carlos Fabra, que lleva años entre rejas tras una rápida y ejemplar instrucción, juicio y condena). En el país de los amiguitos del alma, resulta que los primeros en pagar son y serán los más tontos y seguramente los más pobres. De Emarsa y del Duque, ni hablamos, no sea que la alcaldesa, encantada con la nueva edición de la Fórmula 1, pille un sofoco.
Aunque para pobres, los funcionarios, que se están perforando un nuevo agujero en su cinturón para el nuevo ajuste salarial que prepara Rajoy. Y los trabajadores de RTVV, que se disponen a engrosar el pelotón de medio millón de parados valencianos -a muchos de los cuales se les están extinguiendo las prestaciones-, sin que nadie se haya hecho cargo aún ni de una sola responsabilidad por la gran chapuza de la TV autonómica (y tampoco juzgado ninguno de sus variados affaires). Igualmente dignos de mención en este capítulo de dolosos recordatorios los empresarios que deben renovar en 2012 sus créditos y que saben lo que les espera. Y hasta los periódicos, convencionales y digitales, cuyo panorama se (nos)oscurece por momentos.
¿Será de verdad 2012 el año del fin del mundo como hoy lo conocemos? Yo casi firmaría, porque ‘esto' no debería continuar como hasta ahora. Aunque también debo reconocerse el peso argumental de los partidarios del "virgencita, que me quede como estoy". En todo caso, disfrutemos el fin del año como si a bordo del Titanic nos hallásemos. Bailemos hasta la madrugada, cojamos aire y enfrentémonos al próximo curso -el curso de nuestras vidas- como lo que somos, unos valientes que aguantamos todo lo que nos echen.
Todo verdades, que lástima y que vergüenza (más propia que ajena). Desde que existe la democracia cada Pueblo tiene el Gobierno que se merece, que para eso lo elijen.
Excelente artículo. Toda la Mediocridad del mundo mundial al frente de las finanzas-políticas y las políticas-finanza ¡los mismos inútiles perros con los mismos collares de ineptitud! cuando no de corrupción! No aquí no hay "paniaguados", no. Ni "comprados" ¡todos están en Andalucía! Si hubiera la mínima vergüenza y jueces, o al vicepresidente del CGPJ tan "pendiente" de esta Comunidad dónde tiene, también, tantos intereses, otra cosa sería. Ahí creo está el nudo gordiano. Es sencillo. Se llama IMPUNIDAD. Y eso porque soy optimista; si no directamente la llamaría OMERTÀ. Sí, iban a hacer del País Valencià "la California del Sur de Europa" y han hecho un pan como unas ostias. Es decir sí, la NUEVA SICILIA. ¡Ineptos!
comunitat valenciana, fin del viaje a ninguna parte.
Lastimosamente brillante y esclarecedor.
Excelente artículo. Enhorabuena. Espero que la Caja Rural de la que soy socio no termine como Ruralcaja. Y de otra parte el tema de los bonos "patrioticos" han sacado a la luz pública la verdadera cara de AVE; un lobby pero para ellos en exclusiva. Pienso que Alberto Fabra se habrá dado cuenta de con quienes no puede contar para el bién de la Comunidad.
Excelente articulo para una sociedad meninfotista.
En efecto, es el último del año. Buen viaje a Sudáfrica...
Buenos dias Cruz; has hecho un relato descarnado y contundente de lo que pasa en nuestra Sociedad Valenciana digamos que, si es tu último articulo del año en curso me voy a quedar con la frase dedl final "como unos valiente que aguantamos todo lo que nos echen" espero, de todas formas que nuestro particular "TITANIC" no se hunda y podamos salir adelante en esta Comunidad. Mis mejores deseos para todos y para ti has logrado convertir este Digital en el referente de las mañana ya no es necesario abrir el ordenador con el primer cafe y recurrir a los digitales de Madrid.- .Un saludo me marcho al verano de Sud-Africa a conocer nuevas tierras. y a ver arboles Alejandro Pillado Valencia 2011
No pain, no gain.
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