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MADRID. La pretensión del gobierno catalán presidido por Artur Mas de plantear/exigir al próximo gobierno español de Rajoy un concierto económico para Cataluña, similar al vasco o al navarro, está generando preocupación en estamentos empresariales catalanes.

La aspiración política del catalanismo militante es vista como el anuncio de un fuerte enfrentamiento de Cataluña con el resto de España, que no puede representar nada nuevo ni bueno para el empresariado catalán, muchos de cuyos sectores están sufriendo la crisis de forma acentuada, vía caída de los resultados o de procesos de desubicación de compañías. Es un hecho cierto y constatable que las empresas multinacionales buscan, además de mercados domésticos potentes y condiciones laborales beneficiosas, asentamientos y mercados menos complejos que el catalán en donde desde hace tiempo se está produciendo un cierto grado de radicalismo y confrontación con el Estado que no es del gusto de los inversiones.

Los analistas consideran que con independencia de que el nuevo modelo de financiación propuesto sea o no constitucional, un entramado empresarial de la complejidad y magnitud de la Caixa, por ejemplo, podría sufrir un fuerte deterioro en su actividad ante una posible campaña de desprestigio contra los intereses catalanes en el resto de España. No hay que olvidar que hoy por hoy, mientras no llega la internacionalización, el crecimiento de la Caixa solo puede venir del resto de España ya que el mercado catalán esta totalmente saturado por la entidad financiera.

En algunos círculos empresariales catalanes se tiene muy presente muchos y variados casos de intereses empresariales catalanes con fuerte presencia en el resto de España y que se podrían ver afectados por una confrontación tan radical como la que se prevé y que superaría con mucho a la anecdótica "guerra" del cava.

El caso del Real Automóvil Club de Cataluña, que tiene que aparecer en el resto de España bajo las siglas de RACC, ante las negativas repercusiones que tiene su denominación completa y gracias a lo cual tiene un desarrollo en España muy superior al del Real Automóvil Club de España (RACE), es un paradigma de una situación que puede envilecerse si se abre el debate de la financiación tal y como la plantea el gobierno de Mas.
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Carlos Díaz Güell es periodista y autor del blog Tendencias del Dinero