VALENCIA. Algo parece estar cambiando en el, hasta hace no mucho, inmutable sector energético nacional. Desde hace unos meses encontramos, día sí y día también, apocalípticos mensajes contra las energías renovables en algunos periódicos, programas de televisión y otros medios de comunicación aunque afortunadamente, no en todos.
A la luz de estos mensajes surgen varias preguntas a clarificar como ¿desde cuándo son malas las renovables? ¿no decíamos que eran la energía del futuro? ¿quién dice que no son buenas? Y sobre todo ¿Hay una alternativa mejor al insostenible modelo energético actual?
En realidad, lo que está ocurriendo es, ni más ni menos, una competencia entre dos posibles modelos de abastecimiento energético que permitan cubrir las necesidades de la sociedad actual.
El primero, un sistema tradicional basado en fuentes de energía que utilizan combustibles fósiles o nucleares, que son necesariamente contaminantes y agotables puesto que se basan en la utilización de recursos finitos.
Y, como contraposición al anterior, surge una alternativa para poder garantizar el abastecimiento energético de empresas y familias, que irrumpe en el mercado con rapidez y que se fundamenta en la utilización de fuentes de energía renovables y, por tanto, limpias e inagotables.
ANTEDENTES DEL CONFLICTO
Se da la circunstancia de que, en los últimos diez años, los sistemas de generación verde como la solar fotovoltaica, termosolar, eólica o biomasa han ocupado una importante cuota de mercado en detrimento de otras tecnologías basadas, fundamentalmente, en la utilización de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural) y nucleares.
Las fuentes renovables dejan de ser en ese momento energías de uso minoritario, utilizadas para abastecer instalaciones remotas (estaciones de telefonía móvil, viviendas rurales...) para convertirse de forma increíblemente ágil y significativa en una alternativa más dentro del mix energético nacional.
Las renovables empiezan entonces a ganar con velocidad cuotas de mercado significativas en detrimento de las energías tradicionales. Este crecimiento continúa en la actualidad gracias, en gran parte, a que las energías limpias permiten la inversión de particulares y empresas lo que ayuda a financiar su crecimiento fuera de los circuitos bancarios habituales.
La consecuencia directa de la competencia que se produce en el mercado energético entre fuentes renovables y fósiles está siendo, en los últimos meses, una campaña mediática de éstas últimas a favor de su modelo de negocio (contaminante, centralizado y oligopolístico) y con duras críticas hacia el modelo opuesto (verde, descentralizado y democrático).
La cuestión de fondo parece ser la resistencia de las empresas que utilizan energías fósiles a aceptar un nuevo competidor en el mercado por lo que arremeten contra las energías renovables cual Lobo Feroz esperando derribar la casita del Cerdito Renovable, aprovechando su gran capacidad para movilizar a los medios de comunicación.
LO QUE DE VERDAD SE ESTÁ DILUCIDANDO: EL MODELO DE GENERACIÓN
Un análisis más profundo de la situación actual nos muestra que lo que en este momento está en discusión no es únicamente si apostamos por la utilización de sistemas energéticos verdes o no.
El uso de renovables conlleva, además de la utilización del viento o el sol, la implantación de un modelo de suministro de carácter descentralizado formado por multitud de pequeñas centrales limpias (eólicas, termoeléctricas, fotovoltaicas...) diseminadas por todo el territorio y, preferiblemente, cerca de los lugares donde se consumirá esta energía generada (casas, industrias, centros comerciales...).
Por el contrario, las no renovables (petróleo, nuclear, carbón...) requieren de un modelo energético tradicional basado en grandes centrales situadas en lugares estratégicos y una gran red de transporte y distribución que hace que esta energía llegue al consumidor final, disminuyendo así la eficiencia del conjunto.
Existe, conceptualmente, una tercera pero importante diferencia entre ambos sistemas. El modelo que proponen los partidarios de las energías tradicionales se basa en que exista un gran productor (compañía eléctrica) que vende su energía al cliente (particular, PYME, comercio...), quien paga a cambio de la energía suministrada.
Por contra, en el modelo renovable, cualquiera puede ostentar la figura de generador, consumidor o ambas (incluso se puede ser generador y consumidor al mismo tiempo). Pongamos como ejemplo el caso de una industria que genere energía eléctrica mediante paneles solares desde el techo de su edificación (por tanto es productor) y consume esa misma energía, u otra procedente de la red, en su proceso productivo (es, consecuentemente, consumidor). El modelo que posibilitan las renovables es conocido como Energía 2.0 y supone un importante salto cualitativo pues democratiza la energía permitiendo a cualquier persona elegir qué tipo de energía quiere consumir y da acceso ilimitado a la figura del generador.
Esta última diferencia es, si se analiza en detalle, toda una revolución que está sacudiendo los cimientos de un sistema, el energético, que ha quedado totalmente obsoleto como consecuencia de las posibilidades que ofrecen nuevas tecnologías que permiten el aprovechamiento de fuentes verdes.
POR QUÉ LAS GRANDES CORPORACIONES ATACAN A LA RENOVABLES
Dado que no parece que exista discrepancia al respecto de los múltiples beneficios de utilizar energías verdes en lugar de las energías tradicionales. ¿Cuáles son las verdaderas razones por las que se está criticando a las renovables desde las grandes corporaciones no-renovables?.
Bajo el falso pretexto de que las energías renovables no son "tecnologías maduras" se pretende poner en valor la mayor "madurez" de tecnologías que, de tan maduras, rozan la obsolescencia y que en algunos casos pueden generar catástrofes ecológicas de grandes magnitudes.
Para estas corporaciones supone un enorme reto el transformar su modelo de generación-distribución para adecuarlo a las exigencias de las energías limpias puesto que, como se menciona anteriormente, se trata ahora de construir muchas centrales y muy pequeñas en lugar de pocas y grandes.
Por todo ello cabe pensar que las críticas contra las renovables no parten de un sentimiento pro-contaminante de estas grandes empresas sino más bien de su dificultad para actuar en un mercado donde existen multitud de competidores de diferentes tamaños y procedencias.
Llama especialmente la atención la campaña mediática que está llevando a cabo la Asociación de la Industria Eléctrica que ha centrado tanto sus esfuerzos en criticar a las energías renovables que parece olvidar su función de vender las bondades de "su" sistema de generación de energía (el fósil-nuclear) por lo que alguien podría pensar que no existen tales ventajas.
LA VENTAJA COMPETITIVA DE LOS PAÍSES QUE INVIERTEN EN RENOVABLES
Se da, además, la circunstancia de que un modelo de Energía 2.0 posibilita a las naciones mejores oportunidades de competir económicamente contra otras. No deja de ser significativo que son los países BRIC (sobre todo China) junto con países de Oriente Medio los principales inversores a nivel mundial en este tipo de energías.
Parece claro que una sociedad que funcione con un sistema descentralizado y renovable tiene las ventajas de, en primer lugar, no depender de importaciones de energéticas de otros países - con el consiguiente riesgo estratégico y económico- y, en segundo lugar, de tener un mejor medioambiente lo que redunda en menores costes del sistema de salud pública (o privada según el caso) y disminución del riesgo de catástrofes ecológicas (como el accidente de Fukushima o el del Prestige por poner algún ejemplo).
NO SE PUEDE PARAR LA REVOLUCIÓN 2.0
Pese a lo complejo de la situación no hay que perder de vista que la energía generada con renovables es cada vez más barata y que la energía generada mediante fuentes fósiles es cada vez más cara (lógico por otra parte pues la materia prima es cada vez más escasa y difícil de extraer).
Esto unido a los mayores beneficios ambientales y sociales, hace que la revolución 2.0 sea imparable y es probable que en unos años los mismos que critican estas tecnologías sean líderes en las mismas y las defiendan a ultranza.
EL FUTURO, IRREMEDIABLEMENTE VERDE
La transición que estamos viviendo desde un sistema energético que toma como base el uso de combustibles fósiles y la generación centralizada hacia otro de generación descentralizada y basada en el uso de fuentes de energía renovables está provocando el choque entre el modelo "saliente" y el modelo "entrante", como por otra parte es lógico.
Como también es lógico que este tipo de cambios tecnológico-sociales provoquen inquietudes a algunas personas que, contemplando el problema desde una perspectiva cortoplacista y que, quizá debido a la crisis, prefieren esconder la cabeza bajo tierra al estilo de las avestruces.
Ya ha ocurrido antes, a principios del siglo XX el presidente del Michigan Savings Bank desaconsejó a uno de los futuros socios de Henry Ford la inversión en Ford Motor Company con la visionaria frase "El caballo está aquí para quedarse, el automóvil es sólo una novedad, una moda". No creo que hubiera invertido en renovables.
Al final del cuento el Lobo se cansa de soplar y soplar porque no puede derribar la casita del Cerdito mayor y se tiene que marchar. Y es que las cosas bien construidas perduran en el tiempo.
________________________________________________
(*) Enrique Selva Bellvís es consejero selegado IM2 Energía Solar
y vicepresidente de Avaesen
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.