VALENCIA. Las pruebas de estrés consisten en someter a tensión al sector bancario para ver si tiene recursos suficientes para afrontar pérdidas en un escenario problemático. Para ello, se estima cómo varía esa pérdida esperada antes cambios en variables como la tasa de crecimiento del PIB, la tasa de paro, la evolución del precio de la vivienda, el valor real de las garantías aportadas, el valor de mercado de los activos bancarios, etc. Por tanto, para que ese examen de resistencia sea útil, es necesario acertar en la elección de las variables utilizadas y en los escenarios de previsión futura.
En el caso concreto de la banca española, la utilidad de las pruebas de estrés va a depender del escenario macroeconómico manejado para los próximos años (incluyendo la evolución de la tasa de paro) y también de la corrección a realizar en los activos bancarios y sus garantías para adecuarlos en la mayor medida posible a su verdadero valor de mercado. Y aquí la estrella invitada es la valoración de la ingente cantidad de inmuebles que se han adjudicado los bancos en los últimos años para hacer frente a la morosidad, así como de las garantías que respaldan los créditos concedidos.
En estos momentos, existe una elevada incertidumbre en el valor de las pérdidas estimadas y, por tanto, en las potenciales necesidades de capital para hacer frente a esas pérdidas. Sólo en los últimos cuatro meses, es posible contabilizar al menos seis informes donde se han estimado esas cifras, y la discrepancia en los resultados es tremenda. Pero si una lección hay que aprender es que conforme pasa el tiempo, la magnitud de la pérdida estimada crece, por lo que aumenta de igual forma el valor de la inyección de capital necesaria para asegurar un mínimo de solvencia. Así, por poner un ejemplo muy reciente, el BBVA ha estimado este mes de junio en unos 50.000 millones de euros las necesidades de recursos propios para garantizas la solvencia del sector bancario español, cifra muy superior a los 10.000 millones de euros de los procesos de integración hasta ahora aprobados por el FROB (sin incluir el rescate con cargo al FGD de Caja Castilla La Mancha).
Tras el reciente acuerdo del Consejo Europeo de publicar a lo largo del mes de julio los resultados de esas pruebas de estrés, hay tres preguntas clave sin contestar. Primero, si se van a publicar los resultados solo para los grandes bancos europeos (se habla de 25) o para la totalidad de los sectores bancarios. Segundo, si los resultados se van a difundir a nivel agregado o entidad por entidad. Y tercero, cuáles van a ser los escenarios manejados en las simulaciones y si van a ser los mismos para todos los países.
De la respuesta a las preguntas anteriores va a depender la credibilidad y, por tanto, utilidad de los test de resistencia. De poco servirán si los resultados solo se difunden para un conjunto reducido de bancos (por muy grandes que sean) y a nivel agregado. La incertidumbre en nada ayuda a despejar dudas sobre la solvencia del sector bancario, por lo que cuanta más información se aporte al mercado, en mayor medida se despejarán las incógnitas. Y si algo necesita en estos momentos la economía española y nuestro sector bancario, es despejar incertidumbres para que los mercados internacionales no sigan penalizando a todo lo que lleva la "S" de Spain. Aunque las pruebas de estrés puedan deparar sorpresas desagradables para algunas entidades, siempre es mejor reconocer la magnitud del problema poniendo las soluciones adecuadas (para ello está el FROB, que probablemente se prorrogará más allá del 30 de junio) que seguir manteniendo la incertidumbre que en este momento reina sobre la solvencia del sector bancario español.
Finalmente, de nada sirve sacar pecho diciendo que de ese ranking de los 25 mayores bancos europeos, los dos que encabezan la clasificación en las pruebas de estrés realizadas son españoles, si no se aporta información sobre la situación del resto de entidades (que son muchas) del sector. No hay más que leer la prensa internacional de estos días para darse cuenta del protagonismo que, para mal, tienen las cajas españolas.
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(*) Joaquín Maudos es investigador del Ivie y profesor de la Universidad de Valencia
buenos dias me gsutaria saber la formula para hacer un stress test. gracias
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