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MADRID. Cerrada la primera fase de recapitalización de las cajas tras la aportación de 7.551 millones por parte del Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), cuatro entidades financieras -CAM(100%), Catalunya Bank(89,74%), Novacaixagalicia (93,16%) y Unnim (100%)-, quedan bajo el control directo del Estado, aunque es la caja alicantina la única que cuenta con una hoja de ruta clara para su privatización con un solo punto: que el que se la quede sea el que menos ayudas públicas solicite.
La obligada retirada de los procesos de privatización parcial de Loterías y de AENA y la proximidad de los comicios electorales, son factores que tendrán, sin duda, una repercusión en los procesos de privatización de las cajas pendientes, lo que arroja multitud de incógnitas sobre su futuro, teniendo siempre en consideración aspectos considerados claves:
El FROB no tiene intención de quedarse en el capital de las entidades, aunque la situación de los mercados no es la ideal para iniciar un proceso de privatización. Las nuevas exigencias de recapitalización por parte de la Comisión Europea modificará la búsqueda de accionistas privados.
La subasta de la CAM desequilibrará el actual escenario y obligará a mover ficha a las entidades que no quieran quedarse fuera de la carrera por el tamaño, tan trascendental para el futuro del sector. A la postre, el proceso es cosa de cuatro o, como mucho, cinco entidades.
No son descartables nuevas intervenciones de entidades, ya que todo depende de la duración de la crisis económica y de la capacidad de encontrar suficiente capital para sanear los dañados balances.
La posibilidad de que el Banco de España actúe de auténtico muñidor del futuro mapa bancario español, diseñando consensos, organizando estrategias y propiciando pactos, debería ser, según muchos expertos y analistas, la vía ideal del actual proceso de concentración bancaria, aunque se considera que el organismo regulador y supervisor no está en su mejor momento para jugar ese papel. Hoy por hoy, incluso el calendario sigue siendo una incógnita y habrá que convenir que en las actuales circunstancias lo que menos necesita el sistema financiero son enigmas. El Banco de España tiene la última palabra, con permiso de Bruselas.
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Carlos Díaz Güell es periodista y autor del blog Tendencias del dinero
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