VALENCIA. El pasado 19 de mayo este periódico publicó que el Valencia CF había bloqueado el mandato de venta de Mestalla otorgado a la consultora interncional CB Richard Ellis. Entonces, pese a las diferentes versiones ofrecidas por las dos partes con pocas horas de diferencia, ValenciaPlaza.com estaba en disposición de asegurar que el proceso de venta que se había encomendado unos meses antes a la multinacional estaba paralizado y que CBRE esperaba una respuesta en un plazo breve de tiempo para saber si debía seguir moviendo el negocio.
Hace dos semanas, el activo accionista del Valencia CF Chimo Ríos Capapé escribió en este periódico una columna de opinión, Los susurros del bankero, en la que, basándose en distintas informaciones periodísticas -en especial las aportadas por Radio Valencia- apuntaba ya a lo que en los últimos días va tomando forma: que la venta de Mestalla, en realidad de los derechos de urbanización sobre el solar que dejará libre el viejo campo de fútbol cuando se derruya, están en realidad en manos de Bancaja o de Bankia, como se prefiera, y que podría estar diseñándose una operación definitiva.
¿Qué ha pasado en estos meses? Pues pocas cosas en el sector inmobiliario. Tan pocas que sigue siendo utópico encontrar un comprador verdaderamente interesado en quedarse con un solar pensando en un futuro demasiado turbio como para pagar el metro cuadrado a precio de palco vip.
Pero sí han pasado muchas en el sector financiero. Y ahí hay que buscar la clave de los movimientos que se están produciendo alrededor de vetusto estadio de la avenida de Suecia.
Si usted es aficionado de Valencia CF o está mínimamente informado de lo que rodea al club, sabrá (y si no, para esto está esta columna) que el club depende económicamente de Bancaja. Se puede decir de mil formas, pero por mucho celofán con que se envuelva, esa realidad no se le escapa a nadie. Los 229 millones que Bankia y Banco de Valencia tienen prestados al Valencia actúan más que como un crédito como una participación accionarial, al menos hasta que cobre.
Y he aquí la clave del problema: Pese a que el Valencia CF no ha dejado de atender ningún pago (en algunos casos gracias a otros préstamos) la posibilidad de que las nuevas exigencias de los reguladores del sector financiero obliguen a consignar esa deuda como subestandard (la que, sin estar impagada tiene grave riesgo de estar lo en un futuro), Bankia (propietario real del préstamo al Valencia CF) debería hacer dotaciones por una parte de la deuda, echando mano de provisiones que necesita para demasiadas cosas en plenas nuevas exigencias de capital en el sector bancario.
Tampoco la opción de capitalizar la deuda quedándose con el suelo (ques está hipotecado como aval) entra en los planes de Bankia, que más al contrario busca deshacerse de activos inmobiliarios que, mientras no cambie el ciclo, se van depreciando, lo que también supone un lastre con impacto directo en sus balances y cuentas de resultados.
Parece por tanto que Bankia persigue quitarse de encima la deuda del Valencia buscando un comprador externo para el Mestalla por un precio que le permitirera cancelar la deuda.
Y ahí llega el otro elemento clave: ¿cuánto vale el suelo de Mestalla ahora? Parece evidente que no los 350 millones que se pusieron de mínimo cuando se le encomendó la venta a CBRE. De hecho, la cifra estaría más próxima a esos 220 millones, los que Bankia quiere obtener a toda costa para cancelar los préstamos y olvidarse de la losa que cierne sobre sus cuentas de ser dueño de un campo de fútbol, por muy interesante que pueda ser su uso en el futuro.
Veremos si en la próxima junta de accionistas del Valencia Manuel Llorente puede presentar algún avance en asunto que se ha convertido en la gran prioridad del Valencia CF para los próximos meses. Porque están las cosas importantes y las urgentes, y tal y como está el patio en la actualidad, lo urgente, es pagarle a los bancos. ¿Tenían alguna duda?
CAIXA DE GROS
Mientras ayer unos 11.000 valencianos asistíamos a la brillante victoria -¡y van cinco consecutivas!- del Levante UD, otros miles estaban en el cine y el resto dedicaba su tiempo a disfrutar de la familia o amigos, que es lo que se hace un domingo, el presidente de la Generalitat Alberto Fabra estaba trabajando, para que luego algunos digan.
Bien por el presidente que sacrificó una tarde de domingo para reunirse con la vicepresidenta Paula Sánchez de León, el conseller de Hacienda, José Manuel Vela, y el de Economía, Enrique Verdeguer.
Una reunión ordinaria para ir cuadrando os presupuestos... ¿Ordinaria un domingo por la tarde? Les he de confesar que el encuentro, del que no se informó pero que de alguna manera acabó filtrándose, tenía más pinta de gabinete de crisis que de otra cosas. Veremos si los próximos días no vamos encontrando con declaraciones o anuncios que confirmen o desmientan esa sensación
CAIXA DE MENUT
Acabo con una reflexión sobre el sistema financiero español -en el que auguro movimientos en los bancos medianos, como los vividos con el Popular Pastor- pero en especial centrado en las cajas. En la actualidad ya son cuatro las entidades controladas por el FROB: CAM (intervenida), CatalunyaCaixa, NovaCaixaGalicia y Unnim.
¿Está barajando alguien en el Banco de España que el modelo de subastar la CAM en bloque ya no tiene sentido y que, con las nuevas entidades en poder del Estado, se puede plantear otra alternativa? Ya no digo cuál. Simplemente si alguien está dispuesto simplemente a pensarlo. Miles de personas enviaron el sábado desde las calles de ciudades de todo el mundo un mensaje que, a menos, merecería un pensamiento.
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