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ESTHER G. CORONADO / VALENCIA . La crisis ha minado la investigación en la mayoría de sectores. En 2010, el gasto español en I+D descendió un 1,7% mientras el empresarial se recortaba un 2,4%. Sin embargo, y pese a los cambios en la legislación, las empresas siguen apoyando la energía como una inversión con futuro.

Alfredo Quijano, director del Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), asegura que la crisis "ha significado una nueva oportunidad empresarial. Se ha incrementado el número de asociados al centro y de nuevas empresas con capital para entregarse al sector". Si en 2008 contaban con 163 firmas, este año alcanzan las 184 en todo el territorio nacional. "Hay compañías que estaban destinadas al cierre pero se han sabido mantener invirtiendo en la promoción de la tecnología de bienes de equipo, para telecomunicaciones, electrónica o sistemas de gestión técnica entre otros".

El ITE, es un "centro tecnológico en su concepto tradicional", una asociación privada sin ánimo de lucro de ámbito nacional, nacida hace 17 años bajo el paraguas del Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana y la Universidad Politécnica de Valencia. El instituto orienta sus servicios, productos y proyectos tecnológicos a empresas y organismos públicos nacionales e internacionales en la industria energética, eléctrica, electrónica y TIC.

Con una plantilla de 100 personas (el 80% de las cuales son titulados medios o superiores) responde a un modelo sin accionistas en el que "todo ahorro es una reinversión en más capacidades para poner a disposición de las empresas, que contratan los servicios del instituto para que éste les transfiera su know how en proyectos de I+D+I e incluso en gestión" explica Quijano. En este modelo, entre el 55% y el 60% de los ingresos son derivados del sector privado, otro 30% corresponde a fondos procedentes de la Generalitat y el 15% sobrante, en fondos nacionales y europeos.

Para trasladar las inversiones a las empresas y a la sociedad, el ITE se ha marcado la eficiencia energética como una de las líneas estratégicas fundamentales en los próximos años. "Al trabajar desde el nacimiento de las nuevas energías, conocemos el negocio en todas sus vertientes. Desde los usos, o la gestión de demanda energética que nos llevan a utilizar nuevas técnicas para la eficiencia... todo ello para el desarrollo en tecnologías para el hábitat humano, a la calidad que el ser humano debe percibir", explica Quijano.

En esta línea, el ITE está trabajando en un proyecto financiado por el Impiva en 474.000 euros. Investiga la forma de lograr que los edificios alcancen un balance energético cero, esto es, que el edificio produzca la misma cantidad de energía que consume, mediante la sustitución de las luminarias tradicionales por lámparas de led, la colocación de persianas que dejen pasar la luz pero no el calor, o la implementación de sensores inalámbricos para que el usuario pueda ver el consumo que está realizando.


El instituto trabaja también en el desarrollo del vehículo eléctrico como una oportunidad de negocio internacional para sus empresas. "Se están creando asociaciones, clusters y grupos internacionales en torno a esta incipiente industria, y el ITE está dentro del próximo grupo de compañías valencianas del sector, AVVE, la Asociación Valenciana del Vehículo Eléctrico". El este negocio, el instituto trabaja en el despliegue de infraestructuras e inteligencia de red "no onerosa para la sociedad". Estos proyectos incluyen el desarrollo del conector del vehículo, el enchufe en la estación de recarga y el trabajo en los centros de decisión y la investigación sobre nuevas baterías más ligeras y duraderas. De hecho, en este último campo, el instituto valenciano lidera y coordina dos proyecto europeos: el Smart V2G, sobre inteligencia de redes y el Somabat, sobre nuevos materiales.

INSEGURIDAD LEGISLATIVA Y ENERGÍAS RENOVABLES 

Sin embargo, si el coche eléctrico es una materia en plena expansión, Quijano reconoce que otros campos, como las energías renovables han sufrido cierta parada. "El cambio legislativo ha afectado mucho a la investigación, pese a que esta es independiente de la inseguridad jurídica, pero las empresas que tienen cierto nivel tecnológico buscan salida en plantas productoras de energía en el extranjero. Para ellas, más que investigación, se invierte en la búsqueda de nuevos mercados, siempre teniendo en cuenta que es un sector regulado en su actividad" comenta el director del centro.

Precisamente para guiar en cuestiones de legislación y de gestión, el centro ha volcado parte de sus esfuerzos los últimos años en la formación de los empresarios de la energía. Por un lado, el ITE ofrece un servicio de guía a estas empresas. "Es un sector muy complejo donde se invierte mucho dinero, hay que saber bien como funciona", por eso el instituto, junto a Aven y Avaesen, trabaja en la orientación del capital de los inversores para "ubicarlo en el eslabón de la cadena valor más apropiado".

Con esta misma intención el centro ha puesto en marcha el Master Ejecutivo en Gestor de Proyectos e Instalaciones Energéticas, Energías renovables, eficiencia y auditorías energéticas, diseño y explotación de instalaciones energéticas. "Las mismas empresas llevan a sus trabajadores al master, porque en una industria tan complicada es necesario que los profesionales posean un conocimiento más sistematizado. Al fin y al cabo, el sector energético ofrece la oportunidad de diversificación y por tanto, los empresarios deben saber reconocer la oportunidad".

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