VALENCIA. Se aproximan fechas complicadas para la Generalitat Valenciana (GenVal) y no precisamente porque tenga que aplicar recortes en cualquier recoveco de la Administración autonómica. Tampoco por que comience a aplicar con carácter estructural el aplazamiento de sus pagos a proveedores. No, nada de eso. El problema es otro bien distinto y, además, de mayor calibre porque está a la vuelta de la esquina: la devolución de la deuda pública 'patriótica' emitida hace un año por importe de 1.500 millones de euros.
Pero no sólo vencen tal elevada partida -que ya de por sí debe generar insonio- sino que también hay que devolver los intereses a todos aquellos que acudieron a la operación (71,25 millones), por no sumar también las comisiones de las entidades que participaron en tan histórica operación (unos 45 millones de euros más). Total, Genval deberá desembolsar algo más de 1.616 millones de euros en el día soñado por todos para salir de pobres: el próximo 22 de diciembre, el día del Sorteo de Navidad.
Se pueden dejar de pagar facturas, reducir sueldos, suprimir departamentos..., pero lo que no se puede hacer de ninguna manera es dejar de atender el servicio de la deuda. Resultaría peligroso dar a entender a los mercados financieros -de los que se nutre aunque cada vez menos por seguir cerrados a cal y canto- que GenVal carece de capacidad suficiente para atender sus pagos en tiempo y forma.
No quiero ni pensar lo que sucedería a continuación. Bueno sí, las agencias de rating no tardarían en sacar sus tijeras para recortar -todavía más- la calificación de la calidad de la deuda de la Comunitat. Y cada vez queda menos tela que cortar....
Sorprende ingratamente como conseller tras conseller alzan la voz reclamando ayuda al Gobierno central para colocar nueva deuda que sustituya la que vence; además de aquellas otras de nueva emisión para financiar el déficit estructural de la Comunitat Valenciana.
No menos inquietante parece el globo sonda lanzado ayer -y convenientemente desmentido por la Consellería de Hacienda- de una refinanciación directa al inversor particular sin contar con la banca. Algo abocado a un estrepitoso fracaso.
El aplazamiento de la Oferta Publica de Venta (OPV) de acciones parcial de Loterías y Apuestas del Estado (LAE) es una noticia a celebrar. Y no sólo por la banca, que también. No corren buenos tiempos para las genialidades y mucho menos para las temeridades. Sólo queda aplicar planes de austeridad creíbles, transparentes y predecibles en aquellas partidas que no afecten al crecimiento futuro de nuestra economía.
Ahora más que nunca la Generalitat Valenciana debe contar con la banca y con sus clientes, que visto lo visto en los últimos tiempos se están convirtiendo en financiadores de última estancia de los problemas públicos y bancarios.
Cierto, la deuda nos trae por la calle de la amargura, y el problema cada día se agrava más por culpa de las agencias de rating, que no hacen más que especular con nuestros Estados...Esto no pasaría con un control más profundo o mayor competencia en el sector de las agencias de rating, en lugar de fiarnos de un oligopolio poco transparente.
Como las agencias de calificación recorten más ya sería el colmo... estas agencias siguen los intereses estadounidenses..¿por que no hay agencias de calificación en Europa? Es una buena pregunta para hacerse...
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