MADRID. En la hermosa plaza de la Lealtad de Madrid se levanta el fabuloso Palacio de la Bolsa donde trabajaba mi padre y donde ocasionalmente me llevaba a ver lo que allí se cocía. En realidad tan sólo me llevaba el 6 de enero, cuando iban los Reyes Magos de Oriente al Palacio de la Bolsa y, por cierto, cuando entonces no había sesión bursátil en esa fecha tan señalada.
Un poco más abajo de allí, prácticamente hermanada y unida a la plaza de la Lealtad, se encuentra una más que agraciada -espectacular diría yo-, plaza de Neptuno. También entrañable mí es esta plaza porque por allí alguna vez que otra me encontré con mi padre cuando esporádicamente nuestro Atletico de Madrid, en realidad 'Aleti', cosechaba algún título que otro.
Pero la conocida plaza del Dios del Mar, también en la realidad, se llama la plaza de Canovas del Castillo, representante y abanderado político de la Restauración que, como ya sabrán ustedes, era un sistema político que mantenía el turno dinástico y una democracia un tanto adulterada. Justo en la esquina donde siempre me he ubicado para ver levantar el preciado título atlético, generalmente dos o tres títulos por década. Primero vimos al gran capitán luso Paolo Futre alzar varias copas, luego sería el queridísimo Milinko Pantic quiien nos trajo el doblete y hace bien poco vimos al cacha Forlán con el doblete europeo.
Pues bien como decía, desde esa esquina donde se encontraba un pequeño cartel con el nombre del mencionado político, se divisa adyacentemente el Palacio del Congreso de los Diputados. Y les cuento todo esto por una sencilla razón: hoy hablaremos de política, bolsa y adulterios político-económicos, no futbolísticos que muchos sufrieron.
La inspiración a escribir este artículo me la ha brindado el aluvión de críticas que recibo de mi entorno social más cercano al respecto de la especulación y el verdadero 'bingo' que es, actualmente, la bolsa. Saldré, de alguna forma, en nuestra defensa y por otra parte arremeteré contra los grandes culpables, a mí entender, de esta situación. El blanco de mi ira son los políticos. ¡Cómo no!, dirán ustedes. Los de siempre, por otra parte. He de decirles que estos servidores del Estado y salvapatrias conversos han convertido el actual mercado financiero en una verbena indecente.
LOS ABUSOS DEL MERCADO
Es una vergüenza absoluta que los políticos se muestren, más de una vez así lo expresan, irritados por los mercados. Se quejan de la voracidad del mercado financiero que les hace adoptar medidas impopulares para que sus estados no quiebren de inmediato. Estos políticos a través de las comisiones encargadas de la supervisión de las operaciones financieras nos someten a los profesionales de las finanzas a unas pruebas y controles dignas de entender y comprender.
Tenemos que sospechar de nuestra sombra y debemos denunciar los supuestos abusos de mercado. Mientras, el mercado lleva cinco años abusando de nosotros. Por su culpa, por sus especulaciones y por su incompetencia. Exactamente porque a ellos no les importa, en absoluto, el futuro de sus ciudadanos y de la humanidad. Tan sólo les afecta el rabioso presente de los mercados y así nos va, tanto a los agentes propios del mercado como a la propia ciudadanía.
Les recuerdo a los señores políticos que los últimos rebotes que el mercado ha experimentado han sido consecuencia, únicamente, de sus supuestas intervenciones o de ayudas que nunca llegan. Siempre alerta, sus señorías, de las nuevas caídas del mercado para a continuación lanzar un mensaje, celebrar otra cumbre, publicar cada tres días una nueva medida u otra ocurrente reunión. Todo esto lo hacen para que no se les caiga el bingo, ya lo sabemos sus señorías.
No señores políticos, no, no queremos más intervenciones que nos arruinen. Quienes gestionamos patrimonios y trabajamos en los mercados financieros, en su gran mayoría somos gente que nos gusta estudiar macroeconomía, analizar los estados de las empresas, su cuenta de resultados e indagar sobre este tipo de cuestiones de las que ustedes no saben nada.
"ASUMAN QUE NOS HAN LLEVADO A LA RUINA"
La mayoría de los gestores de cartera, con la excepción de algún grillado que también los hay, no quieren un rojo o negro cada tres días. Y menos aún queremos ver -que como siempre sale negro- a los dos días para evitar la sangría en el mercado, sale uno de ustedes diciendo que va a salir rojo en próximas fechas.
Señores políticos, hagan el favor de dejarnos en paz. Se trata de una forma de decirles que se vayan a la M-30. Por favor, asuman que nos han llevado a la ruina. Que ustedes han fracasado con su política de crecimiento a base de dar créditos junto a sus hermanados bancos y que es hora de un cambio. El sistema ha fracasado y, tal como dice Pedro J Ramírez, la Revolución Francesa comenzó como una utopía y terminó....., pues como terminó. Tampoco pido la guillotina en pleno siglo XXI para sus señorías, aunque de momento este movimiento de indignados de la Plaza de la Lealtad es tan sólo una utopía.
Señores políticos, dejen de jugar ya a la bolsa y dejen a la bolsa en paz. Señorías, asuman de una vez por todas la quita de Grecia, sobre todo para que no nos cueste más dinero. Luego afronten la quiebra, digo bien, la quiebra de Portugal después la de España incluso antes la de Italia y así hasta un largo etcétera que nos hace llegar a los mismísimos Estados Unidos de América. 'No we can´t'.
Hay que desapalancar todo el sistema y entramado económico; el Ibex 35 tendrá que ir a 3.000 puntos; las casas tendrán que valer la mitad de lo que cuestan; los precios de consumo tendrán también que verse reducidos en un 70%; y nuestros salarios bajarán entre un 30-45% aunque esperamos que no aumente el paro, lo único que ustedes saben hacer crecer. Esta última parte, la de los salarios, sé que les convence pero es la última parte del plan, tampoco se vayan a volver locos.
Primero hagan todo lo anterior y que sea rápido por favor. Aunque pueda ser doloroso en un principio, pero de verdad no aguantamos más tiempo con esta interminable crisis. Necesitamos tocar el fondo rápido porque desde el fondo ya sólo se asciende. Señores políticos, de verdad, exceptuando a tres ilusos optimistas que les gusta su bingo bursátil, el resto sabemos que el fondo está mucho más abajo. Emérjanse hasta el fondo y márchense para siempre.
Señores políticos, nosotros no somos los indignados de la plaza del Sol a los que también respeto, somos los indignados de la plaza de la Lealtad que exigimos que en un futuro se utilice a la bolsa para lo que realmente sirve. También exigimos que permitan endeudarse a sus ayuntamientos, empresas privadas, familias y Estados en un ratio deuda/PIB que nunca supere, más o menos de manual, el 30%. Y de verdad señores políticos, hay países que así funcionan. Miren hacia Suecia, Canadá, Noruega y Finlandia, por poner cuatro ejemplos. Por supuesto que mantienen un estado de bienestar elevado, pero solamente lo elevado que sus ingresos les permite.
Sus ilustrísimos acaben con la crisis, pero acaben ya. Terminen con una deuda total que en España casi alcanza el 400% del PIB, es decir, varias generaciones tendrán que pagar nuestro aterrador despilfarro. Señores y señoras políticos, acaben con su especulación en las bolsas, de lo contrario también acabarán con las bolsas. Exijan inversiones y a unos inversores concienzudos y profesionales. Las máquinas que calculan logaritmos neperianos son un auténtico arsenal para los mercados y no generan riqueza ni PIB alguno. ¡Prohíbanlas!.
"RETORNEMOS AL ORIGEN DE LA BOLSA"
Volvamos a la gestión y al análisis de las empresas tradicional. Al origen de la bolsa. Al estudio de sus fundamentos. Retornemos a la búsqueda de una financiación transparente y lógica para el único motor de las economías, las empresas. Eso sí, márchense señores políticos y háganlo ya. Además, dejen marchar al Ibex 35 donde tenga que ir. Ya habrá profesionales que reconozcan que empresas no merecen el mismo trato que sus maltratados bancos o las empresas que se apalancaron hasta la saciedad. Que empresas son aquellas que, sin embargo, soportan una deuda razonable y saldrán fortalecidas de la crisis.
Mientras ustedes sigan interviniendo los mercados, las buenas empresas seguirán sufriendo de este tedioso contexto económico y descapitalizándose injustamente. Además, los buenos profesionales financieros y de la gestión bursátil seguirán enloquecidos y aburridos porque no entienden el funcionamiento de un mercado intervenido desde hace cinco años y también seguirán descapitalizándose injustamente.
¡Basta ya!. Firmamos los indignados de la plaza de la Lealtad y llenaremos Neptuno como en las grandes ocasiones, subiremos por la carrera de San Jerónimo y llegaremos a su palacio sin tricornio, donde nos encontraremos de frente con los otros indignados que bajan por el Oeste por la misma vía que nosotros pero con la misma parada. Y es que en línea recta, el Congreso de sus señorías es un punto equidistante entre la puerta del Sol y la plaza de la Lealtad en un radio de tan sólo 2 kilómetros. Están cercados, por el oeste y por el este, a derecha e izquierda, por eso ¡váyanse ya señorías!.
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* Daniel Alonso es director de Desarrollo de Negocio de Nordkapp
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