MADRID. Si 2010 y 2011 han sido años de recortes, 2012 será un año de subidas de impuestos (y más recortes). Empezando por el impuesto de Patrimonio reformado, que puede quedar en nada si lo boicotean sus autonomías o lo anula el PP. Pero todo apunta a que el futuro Gobierno, que tomará posesión en enero, tendrá que subir impuestos para seguir rebajando el déficit, como han hecho los conservadores en Europa. Aunque Rajoy dice que no, parece inevitable que suban los impuestos especiales (carburantes, tabaco y alcohol) y el IVA, además de hacer cambios en renta y sociedades, donde las grandes empresas apenas pagan. Y también subirán impuestos autonomías y ayuntamientos.
A última hora, como descarada baza electoral para Rubalcaba, el Gobierno Zapatero ha rescatado (sólo para 2011 y 2012) el impuesto del Patrimonio, que únicamente Francia mantiene en Europa. Un impuesto que se quitó en 2008, porque recaudaba poco (2.192 millones) y lo pagaban las clases medias (casi un millón de personas, las que tenían pisos y ahorros). Ahora se sube el mínimo a 700.000 euros y lo pagarán los más ricos (160.000), pero sólo ingresará 1.080 millones, el 0,6 % de la recaudación del Estado.
Mucho ruido y pocos ingresos para un impuesto que puede quedar en nada por tres vías: que lo anule el PP si llega al Gobierno, que se declare anticonstitucional cambiarlo por decreto-ley o que las autonomías gobernadas por el PP (salvo Extremadura), lo anulen en la práctica bonificándolo al 100% como hizo Madrid en 2008. Eso sí, si lo anulan se quedarán sin esta recaudación (la mitad va a Madrid y Cataluña), pero no sin la compensación por supresión del Patrimonio en 2008 que ahora reciben (2.100 millones al año) por Ley.
El nuevo Patrimonio puede ser un impuesto inútil, pero ha abierto un debate muy útil, el de los impuestos. Que el déficit no se rebaja sólo con recortes, también con más ingresos. Y que los que más tienen han de colaborar más en la salida de la crisis. De hecho, en toda Europa, los Gobiernos conservadores han subido impuestos, tanto el IVA (Gran Bretaña, Italia y sobre todo, Irlanda, Grecia y Portugal, al 23%), como el impuesto sobre la renta o los inmuebles y han creado "impuestos a los ricos" (5% en Francia y 3% en Italia). En España, Zapatero subió el IVA en julio de 2010 (del 16 al 18%), los impuestos especiales (carburantes, alcohol y tabaco) y el IRPF este año a los que ganan más de 120.000 euros, pero no ha querido más retoques fiscales, salvo el esperpento del Patrimonio.
Y sin embargo, tenemos unos impuestos insuficientes (menos presión fiscal que Europa) e injustos. En renta (IRPF), la recaudación descansa sobre las nóminas (el 75% de los contribuyentes declaran menos de 24.000 euros) y las clases medias. Los ricos no pagan: sólo 6.829 personas declaran ganar más de 600.000 euros y pagan un tipo efectivo del 27,2 %, menor al de los que ganan 78.000 € (28%) y 120.000 € (30,2%), debido a que obtienen más rentas del capital (que tributan menos) que del trabajo.Y las reformas hechas por los gobiernos Aznar y Zapatero han llevado a que las rentas altas paguen menos (el tipo máximo ha bajado del 56 % en 1995 al 45% hoy) y las rentas medias tributan casi igual.
Más escandaloso es el caso de las empresas. En 2007, Zapatero aprobó la primera rebaja del impuesto de sociedades de la democracia, a la que se han sumado otras (libertad de amortización, consolidaciones intragrupo, deducciones varias), que han conseguido el milagro: las empresas pagan sólo el 9,9 % de sus beneficios, cuando el tipo nominal de sociedades es el 30%. Y lo peor: una gran empresa que factura más de 1.000 millones, como Telefónica, paga un tipo efectivo del 16,9 % y una pyme que factura 6 millones paga el 20%. Gracias a este trato fiscal (y a la crisis), la recaudación por sociedades ha caído a la quinta parte: de 44.800 millones en 2007 a 4.761 millones hasta julio.
Este favorable trato fiscal a las empresas, la gran diferencia entre IRPF y sociedades, provoca que los ricos utilicen sociedades instrumentales para no pagar impuestos, tributando al 1% a través de las 3.133 SICAV registradas, con 26.200 euros de patrimonio. Algo que no ha tocado en siete años el Gobierno Zapatero y que ahora el PSOE promete cambiar para el futuro...
Rajoy, presidente in pectore, promete ahora no subir impuestos. Pero tendrá que hacerlo si quiere reducir más el déficit en 2012, como exigen Bruselas y los mercados. Incluso habrá que hacer retoques a finales de 2011, si como dice la Comisión Europea, vamos a superar el tope de déficit este año (en 3.000 millones) y el que viene (en otros 9.000). Sería un ajuste adicional, que forzaría a nuevos ajustes y a buscar más ingresos, gobierne quien gobierne. Y queda todo el campo de los impuestos autonómicos y municipales, que subirán sí o sí.
La primera subida será la de los carburantes: España está obligada a subir 2,8 céntimos el impuesto de hidrocarburos el 1 de enero para armonizarlo con la UE. Y también subirán los impuestos del alcohol y tabaco. Otra subida que está cantada es la del IVA: España es el tercer país con menos IVA de la UE y hay margen para subir al 19 o al 20% (quizás para verano), como han pedido Bruselas y el FMI.
En renta y sociedades, la subida exige una reforma, que el PP está estudiando en secreto. En el IRPF podrían simplificarse tramos, con retoques al alza, y parece probable que suban los impuestos al ahorro (malo, pero hay margen), del 19-21% actual al 20-23%, acercándolo al 25% que paga de beneficios una pyme. Un cambio que se puede hacer en 2012, con efectos retroactivos al 1 de enero, como ya hizo Felipe González en junio de 1992.Y en sociedades, el futuro Gobierno tendrá que quitar deducciones, como ha exigido la Comisión europea a todos los países, con lo que las empresas pagarán más impuestos (malo, pero obligado).
Más ingresos en 2012 (y quizás ya a finales de 2011, obligados por la caída de la recaudación) para mitigar los recortes y poder seguir bajando el déficit. Y para poder bajar cotizaciones y ayudar a crear empresas y empleo. Sólo así será justo que paguemos más impuestos.
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Javier Gilsanz es periodista y autor del blog 'Economía lo claro'
Ilustración: Enrique Ortega
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