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No hay razones para el optimismo en la economía española

CARLOS DÍAZ GÜELL. 07/09/2011 "El horizonte de la economía española para los próximos trimestres no resulta especialmente atractivo, ya que el deterioro del entorno económico..."

MADRID.  El horizonte de la economía española para los próximos trimestres no resulta especialmente atractivo, ya que el deterioro del entorno económico internacional dibuja un escenario de bajo crecimiento a pesar de las ganancias de competitividad que vía moderación de costes -salariales fundamentalmente- está teniendo la economía, aunque el crecimiento de las exportaciones se verá mermado por la menor demanda exterior.

Otros componentes de la economía tampoco permiten mayor optimismo y no resulta aventurado poner de relieve que la atonía de la demanda de vivienda continuará retrasando la absorción del stock acumulado en los años de burbuja; que se mantendrá (e incluso intensificará) el proceso de ajuste fiscal, y que una posible caída de la confianza de los consumidores y el descenso de su riqueza financiera, tras los acontecimientos del verano, apuntan hacia un menor avance del consumo.

Un escenario de bajo crecimiento en el que las mejoras del mercado de trabajo resultarán serán marginales. El avance del 0,2% del PIB en el segundo trimestre, por debajo del 0,4% del trimestre anterior, dato éste revisado al alza, supone un crecimiento moderado, en un contexto de fuerte ajuste en el sector privado, de digestión de la burbuja inmobiliaria, y de un proceso de consolidación fiscal y tensiones en los mercados financieros, donde sólo el sector exterior (tanto a través de exportaciones de bienes como del turismo) mantiene un fuerte dinamismo.

El BCE interrumpe las subidas de tipos

La eurozona no es ajena a los procesos de desaceleración económica y ello lo demuestra el crecimiento del segundo trimestre que fue menor del esperado. El PIB creció un 0,2% trimestral, porcentaje lastrado por las cifras de Alemania y Francia del 0,1% y 0,0%, respectivamente.

El cambio de contexto obligará al BCE a interrumpir las subidas de tipos, posiblemente hasta fin de 2012 y aunque el mercado descuenta bajadas, sin embargo, para ello serían necesarias señales claras de que la economía se dirige hacia un escenario recesivo.

En el segundo trimestre todo indica que la actividad se ha deteriorado y los índices sobre productos manufactureros muestran caídas que podrían continuar, según apuntan la mengua de los pedidos y la 4 acumulación de existencias, mientras que los del sector servicios apuestan por crecimientos muy modestos.

La crisis soberana se ha acentuado, provocando un endurecimiento de las condiciones financieras y que se activen las consecuencias que esa situación provoca: el deterioro global frena el crecimiento de las exportaciones y el menor crecimiento obligara a su vez a mayores ajustes fiscales, que frenarán el crecimiento y dificultarán el ajuste de balances.

Los analistas de referencia no esperan una espiral bajista ya que los niveles siguen siendo consistentes con un crecimiento de la actividad, pero la interrelación crisis soberana/economía/confianza es clave. En todo caso, el crecimiento será mínimo en los próximos dos o tres trimestres.
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Carlos Díaz Güell es periodista y autor del blog Tendencias del Dinero

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