MADRID. Cuando no se han cumplido dos meses desde el fallecimiento de Luis Angel Rojo, impulsor de la implantación en España de las provisiones genéricas o anticíclicas, que han dotado de una notable capacidad de resistencia al sistema financiero español, ya que obligan a las entidades financieras a hacer una dotación por cada crédito que conceden, el actual gobernador del Banco de España no ha sido capaz de conseguir que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) las acepten como parte del capital y con ello las cajas y bancos españoles van a recibir un buen varapalo en los resultados de los test de estrés que se conocerán en los próximos días. Algo similar ocurre en general con los bonos convertibles, por lo que más de una entidad española se va a ver perjudicada.
Las especialmente bien valoradas provisiones genéricas españolas -inexistentes en ningún otro país- no podrán utilizarse para cumplir los nuevos requisitos de capital en las pruebas de fuerza de la EBA como tampoco las acepta Basilea III, pese al parecido con los nuevos colchones que se han creado por el ente regulador internacional y que sí computan como capital de máxima calidad.
El malestar entre las entidades financieras españolas es patente y no les falta razón, ya que el régimen de provisiones existentes en España garantiza que, incluso en un escenario adverso, las entidades cuentan con niveles de solvencia suficientes. Tanto la provisión genérica como la subestándar, son exclusivas del sistema financiero español y a pesar de estar concebidas como reservas, como lo demuestra su capacidad de absorción de pérdidas -16.000 millones de euros entre enero de 2008 y diciembre de 2010 para el conjunto del sector-, la EBA ha decidido no considerarlas como capital de máxima calidad.
En realidad, la EBA admite y valora positivamente estos instrumentos, pero en la medida en que sólo existen en España y los test de estrés son un ejercicio a nivel europeo, ha optado por aplicar un criterio de homogeneidad y no tomarlas en consideración, lo que supone un acto de maltrato hacia un sistema especialmente alabado por la mayoría de los reguladores del mundo. La propia EBA reconoce su valor al poner de relieve, en el documento final de los test de estrés, que estas provisiones garantizan una alta capacidad de resistencia a las entidades del sistema financiero español en todos los escenarios.
Representantes de bancos y cajas no ocultan su disgusto por lo que consideran una actitud de la EBA que carga contra España y la examina en desventaja competitiva, a la vez que distorsiona el análisis comparativo entre entidades de distintos países, favoreciendo a aquellos que no cuentan con este requerimiento y que han podido dedicar esos fondos a constituir otra clase de reservas.
Las miradas ahora se dirigen hacia el gobernador del Banco de España que no ha mostrado ni la capacidad ni la solidez suficiente para defender la posición del sistema financiero española, a pesar de que el mismo ha repetido en ocasiones que la filosofía subyacente de estas provisiones es la de "colchón contra cíclico", que es más asimilable al concepto de "reserva" que al de "provisión". Así, se dota de forma estadística y no está vinculada a operaciones ni clientes específicos de la entidad.
Sin entrar en paranoias, es cierto que el sistema financiero español se sitúa en desigualdad frente a sus colegas europeos y ello va a suponer que sus "notas" serán peores que las del test de estrés del pasado año. Una nueva chapuza de la EBA y una muestra más de la escasa relevancia de nuestra representación institucional en el organismo internacionales y europeas.
Se da además la circunstancia de que las cajas de ahorro, en su proceso de reestructuración, han puesto en práctica planes para una mejor cobertura de riesgos inherentes, lo que se ha traducido en un significativo incremento de la provisión subestándar. Esta estrategia, que supone un saneamiento de los balances, debería ser recompensada en el ejercicio de estrés, en lugar de penalizada como va a ocurrir.
Post-it. Provisiones genéricas.- Provisión constituida para cubrir el riesgo de crédito. Tiene dos componentes; uno aplicable sobre la variación del crédito durante el año, y el otro, aplicable sobre el saldo de las carteras de riesgos. Son un componente singular de nuestro ordenamiento. La provisión dinámica fue introducida por el Banco de España en 2000 (provisión estadística), aunque posteriormente, el sistema de provisiones fue revisado en 2004 para adaptarlo a la introducción de las NIIF, estableciéndose dos tipos de provisiones: específicas, que recogen el deterioro de activos identificados como dañados individualmente y, genéricas, que incorporan la anterior provisión estadística, y que reflejan las potenciales pérdidas inherentes que todavía no se han manifestado o detectado individualmente. Este tipo de provisiones tienen un peso muy importante en el balance de las entidades españolas. Según el Banco de España, esas "provisiones genéricas" alcanzaban los 18.000 millones de euros aproximadamente a finales de 2008, aunque se desconoce su importe actual.
Las dotaciones genéricas o dinámicas no son consideradas en ciertos entornos como fondos propios, sino como reservas indeterminadas, que sólo existen en España y no en el resto de los países miembros de la Unión Monetaria Europea.
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Carlos Díaz Güell es periodista y autor del blog Tendencias del Dinero
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