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Historias de trenes, petróleo y expresidentes

ANSELM BODOQUE. 03/07/2011 "Si mañana, algo poco probable, se descubriese una bolsa de petróleo similar a la del Mar del Norte en aguas valencianas todas las críticas cesarían y hasta los nacionalistas valencianos se armarían de razones para, si se permite la broma, proponer la independencia de la Comunidad Valenciana..."

VALENCIA. En diciembre de 2010, mientras llegaba a Valencia el tren de alta velocidad, echaba a andar el AVE manchego (Toledo-Cuenca-Albacete). España se convertía en el país con más kilómetros de alta velocidad de Europa y el segundo del mundo después de China. Algo increíble, pero cierto. Esta semana, apenas seis meses después de su entrada en servicio, el AVE manchego ha sido suprimido. Diariamente, costaba mantenerlo 18.000 euros y sólo transportaba 15 viajeros. En total se han despilfarrado 3.250.000 euros desde su inauguración, a los que hay que añadir la inversión realizada para ponerlo en marcha.

El responsable de Renfe que anunció la supresión del servicio, Enrique Urkijo, preguntado por los posibles fallos en los estudios de viabilidad, explicaba que muchas líneas y paradas se deciden por presiones de alcaldes y presidentes autonómicos, convencidos éstos de que puesto el tren se generan los usuarios. Sueños y quimeras. El AVE manchego estaba condenado a fracasar antes de ponerse en marcha, le sobraba voluntarismo y le faltaba rigor. Nadie ha asumido ni exigido responsabilidad alguna. ¿Cuántas infraestructuras, aeropuertos, eventos y grandes proyectos valencianos obedecen a la misma lógica y tienen rendimiento similar?

Más sobre trenes: el centro domina al mediterráneo

Los programas de los partidos se cumplen mucho más de lo que comunmente se cree. En los documentos del PP, cuando gobernaba Aznar y Arias Salgado era ministro de Fomento, hay más de una alusión a la necesidad de priorizar la estructura radial de comunicaciones con centro en Madrid para vertebrar España. Quizás por eso los ministros de Aznar y Loyola de Palacio, comisaria europea de Transporte y Energía entre 1999 y 2004, no apoyaron que el corredor mediterráneo fuera uno de los ejes prioritarios de la UE para el transporte de mercancías por ferrocarril.

Tampoco la Generalitat de Zaplana, que presumía entonces de liderar el Arco Mediterráneo, hizo mucho. Los informes de la Comisión Europea se inclinaron porque los ejes transeuropeos conectasen la Península Ibérica siguiendo la línea Burdeos-Irún-Valladolid-Madrid-Algeciras, y la vía Perpiñan-Barcelona-Tarragona-Zaragoza-Madrid-Algeciras. Ambos trayectos tenían a Madrid como nudo central. La Comunidad Valenciana quedaba al margen.

Cuando los socialistas llegan al poder en 2004, los documentos estratégicos de este partido mantenían la tendencia a potenciar los sistemas radiales en el transporte por ferrocarril, sobre todo en el AVE. El corredor mediterráneo era algo secundario. Magdalena Álvarez, ministra de Fomento, ignoró este eje y a sus defensores. Hubo que esperar a la llegada de José Blanco a Fomento para que el lobby favorable al corredor mediterráneo (Ferrmed) fuese tenido mínimamente en cuenta por Gobierno central.

Esta semana, se ha sabido que un informe de la consultora PricewaterhouseCoopers propone una confluencia de las redes transeuropeas en Zaragoza, para desde ahí seguir hacia Madrid y Algeciras. El informe desestima el corredor mediterráneo, entre otros motivos, porque sus vías están saturadas al combinar tráfico de personas y mercancías, mientras que donde el tráfico de personas se ha derivado en parte al AVE, es mucho más fácil desarrollar sistemas paneuropeos de transporte de mercancías. La decisión de la UE será en septiembre, pero el informe ha disparado todas las alarmas. Las perspectivas no son buenas.

La economía valenciana se resentiría demasiado si, para ir a Europa y a Algeciras, sus mercancías deben pasar primero por Madrid, porque los costes de los productos se encarecerán. Visto lo visto, quizás, tendríamos que preguntarnos si, cuando se creó el grupo de presión empresarial para conseguir el AVE, no se equivocaron las prioridades y no se debería haber antepuesto la conexión hacia Francia por Tarragona, dejando para después Madrid.

Los valencianos no queremos tener petróleo

También esta semana, durante la selección por las Cortes Valencianas de los senadores no elegidos por la ciudadanía, el expresidente Joan Lerma ha declarado que defendía que se hicieran prospecciones petrolíferas en la Comunidad Valenciana. Se ha echado en contra a todos los partidos. El PP considera que, siendo una iniciativa del Gobierno socialista, perjudica al turismo y al medio marino. El PSPV-PSOE afirma que ellos también defienden los intereses valencianos como el PP. EU valora negativamente las palabras de Lerma, y los eufóricos diputados de Compromís hablan de la necesidad de energías alternativas y califican a Lerma de político antiguo. El asunto ya había surgido durante la pasada campaña electoral. El PP lo puso en valor y fijó los términos del debate sin más objetivo que alimentar el victimismo y afirmar que el Gobierno de Zapatero ataca a la Comunidad Valenciana. Los demás partidos se rindieron al marco establecido por el PP.

El debate es falso. Primero, porque no está claro qué tipo de perjuicio medioambiental o turístico ocasionan las prospecciones. Segundo, porque en lugares con una industria turística potente y un medio natural frágil, como Canarias, el Gobierno del PP y Coalición Canaria ha sido favorable a este tipo de iniciativas y ha instado a su realización y a que se delimite la frontera marítima entre Marruecos y Canarias para evitar problemas en el futuro si se encontrase petróleo. Tercero, porque prospecciones como éstas ya fueron autorizadas en su día por el Gobierno de Aznar sin que nadie protestara y, en unos meses, cuando las autorice Rajoy, el PP pasará a defenderlas y el PSPV-PSOE hará lo mismo. Cuarto y último, porque si mañana, algo poco probable, se descubriese una bolsa de petróleo similar a la del mar del Norte en aguas valencianas todas las críticas cesarían y hasta los nacionalistas valencianos se armarían de razones para, si se permite la broma, proponer la independencia de la Comunidad Valenciana, a la manera de lo que ocurre en Escocia con el Partido Nacionalista Escocés (SNP).

Tres historias menores de esta semana. La atención mediática estaba en hechos más relevantes: Grecia, el debate del Estado de la Nación o el nuevo Consell y sus primeros pasos. Pero juntas dibujan la lógica de algunas decisiones estratégicas y de muchos de los debates públicos. Muestran la falta de rigor y el aventurismo con el que, demasiado a menudo, se gastan los recursos públicos. Ilustran sobre la elección de prioridades y sus consecuencias, o sobre los intereses contradictorios entre distintos sectores del empresariado valenciano. Y, finalmente, expresan mucho del cinismo oportunista que envuelve la política en nuestro país, la ofuscación que produce substituir los argumentos por la proclamación de consignas, y la falta de discusión abierta sobre cuáles deberían ser los ejes estratégicos de los valencianos.

Una nota final, durante décadas, los países escandinavos no tuvieron las infraestructuras entre sus prioridades. Lo primero era un buen sistema público de educación y una sanidad y servicios sociales de calidad, luego llegaron las autopistas. Trenes de alta velocidad como los españoles no los tienen todavía. Pero la fortaleza de sus economías, la capacidad de sus empresas, la calidad de su educación y el nivel de vida de que disfrutan ya lo quisiéramos para nosotros. Formas distintas de hacer política. Cuestión de prioridades.

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3 comentarios

Anselm escribió
06/07/2011 20:14

Guillermo y Maria, tenéis razón, no ha habido elecciones generales todavía y la frase para ser precisa debía haber dicho "y, en unos meses, si gana las elecciones, cuando las autorice Rajoy". Con todo, creo que es una cuestión menor. El problema es el oportunismo de buena parte del discurso político y de la lógica de toma de decisiones estratégicas.

Maria escribió
06/07/2011 09:58

Los políticos y las administraciones despilfarran mucho dinero público por dos motivos: el dinero no es suyo y los ciudadanos no exigimos un control eficaz de lo que se ha gastado. Por eso, las prioridades no siempre son las adecuadas. Estoy de acuerdo con Guillermo, las elecciones generales no se han celebrado todavía.

Guillermo Aldehuela escribió
05/07/2011 09:22

Amigo Anselm, estoy de acuerdo en casi todo. Sólo me preocupa una afirmación de tu artículo "porque prospecciones como éstas ya fueron autorizadas en su día por el Gobierno de Aznar sin que nadie protestara y, en unos meses, cuando las autorice Rajoy, " ¿Ya hemos perdido las elecciones y yo no me he enterado ni de que se han realizado?

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