La Comunitat Valenciana, junto a Andalucía, Aragón, La Rioja y Asturias, se queda fuera de este incremento generalizado. La inversión en Valencia ha descendido en un 19%. Los 14 millones de euros recibidos en este periodo nos dejan en 12º lugar y lejos de los 309 millones invertidos en Cataluña, 118 en Galicia o 97 en Castilla León.
Sin embargo, la novedad es la publicación por primera vez de nuevas medidas acerca de la inversión extranjera en España. Hasta ahora, el empleo generado y los resultados económicos de las empresas extranjeras en España se encontraban soterrados en algún oscuro lugar del ministerio. Es una buena noticia para los economistas presentes en las XII Jornadas de Economía Internacional, celebradas hace una semana.
Sin pena ni gloria mediática, durante tres días Castellón ha sido el epicentro del análisis de la inversión y comercio internacional. Nuevos datos frescos servirán para afianzar la comprensión de estos fenómenos económicos. Sin embrago, su contenido no representa tan buena noticia para la economía española.
En tres años, desde 2007 a 2009, las multinacionales presentes en España, han reducido sus resultados en 5.900 millones de euros y su cifra de negocios en 59.000 millones, un 16%. En tan solo un año, 2009, se ha destruido un 10% del empleo, aproximadamente 138.000 a nivel estatal. Esta reducción en el empleo de las multinacionales ha sido especialmente acentuada en Cantabria, Murcia y Extremadura, donde se han destruido un 28%, 31% y 39% respectivamente. Aunque a nivel absoluto son Cataluña, con 36.000 empleos menos y Madrid, con 29.000, donde más puestos de trabajo se han eliminado.
Valencia ocupa un nada meritorio tercer puesto con 17.000 parados más, con una reducción del 20%. Aun así, la inversión extranjera emplea a 83.500 personas en la Comunitat. Podríamos pensar que tampoco es un dato relevante, ya que estos trabajadores representan menos de un 5% total y 4% de los desempleados, con una tasa de desempleo ligeramente menor a la general en el mismo periodo, un 23%. Sin embargo, las empresas que se internacionalizan son más productivas y los puestos que crean añaden más valor a la economía de acogida. Por ahora, la mayor reducción se ha dado en recursos humanos y en actividades administrativas de oficina. En un primer aviso, las empresas extranjeras se han quedado en los huesos, pero reteniendo de momento puestos de más cualificación, como ingenieros u operarios.
Ambos datos de inversión y empleo, como síntoma de la apatía económica general, confirman que la inversión extranjera languidece en Valencia. Es un tren que no podemos perder. No solo por lo que representan las multinacionales en volumen de inversión y empleo. El riesgo no es tanto la reducción de la inversión o puestos de trabajo existente, como dejar de atraer inversión nueva y perder oportunidades de proyectos novedosos que inyecten vitalidad y nuevas ideas. A falta de otras iniciativas, esperemos que la anunciada inversión de Ford en Almussafes sirva como revulsivo y tenga un efecto llamada sobre otras empresas foráneas.
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(*) Jordi Paniagua Soriano es profesor de Ecometría en la Universidad Católica de Valencia
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