VALENCIA. La sustitución casi completa del equipo de gobierno que ha acompañado hasta ayer a Francisco Camps constituye de entrada una buena noticia. Al margen de las vendas que se habían colocado algunos declarándose cansados y prestos a retornar a la actividad privada cuando llevaban más de una década declarando lo mismo, lo cierto es que el Consell anterior estaba agotado. Su falta de ideas era más que evidente y su prestigio entre los círculos económicos casi nula.
La entrada de nuevas caras, sin embargo, se contrapone con el peso político de sus integrantes. Que en gran medida es nulo. Por tanto, se suscita la duda de si para articular una política eficaz sus componentes serán capaces de hacer frente a la compleja red de intereses tejida durante lustros por los pesos pesados del PP. O si, por el contrario, vienen a ser simples ejecutores de las decisiones en la sombra de los que han amasado un notable poder, político y económico, en torno a la Generalitat.
Mención especial, y doble ración de dudas, suscitan los nombramientos económicos. Dejando de lado la desaparición de Turismo, siempre declarado importante pero nunca tratado como tal, el nombramiento de dos consellers de perfil técnico frente a dos políticos amortizados como Rambla y Camps puede ser visto de dos perspectivas contrapuestas. Por un lado, en la optimista, como el deseo de afrontar definitivamente las carencias de la política económica de un Consell que volcado en los grandes eventos ha sido incapaz de impulsar una política de modernización de la cada vez menos competitiva estructura de la economía valenciana.
Pero por otro, cabe plantear otro escenario mucho menos halagüeño. No se puede obviar la duda de si Vela y Verdeguer no van a ser el cambio cosmético para que todo siga igual. En este país los técnicos se caracterizan por su obediencia a los criterios políticos de forma que son capaces de hacer una política y su contraria. Por tanto, el curriculum que puede exponer la novedad económica mayor del Consell, que es Enrique Verdeguer, ilustra poco qué política económica se va a seguir.
Hombre en el terreno religioso próximo a Cotino, antiguo consejero de la Oficina Comercial de España en Marruecos, gran viajero y en la actualidad director general de Información e Inversiones del ICEX en contacto directo con los grandes empresarios exportadores, su trayectoria ha estado estrictamente dedicada a poner en práctica las decisiones políticas de otros. Confiemos que su vuelta a Valencia no sea para mantener la inactividad que ha caracterizado a su predecesor a pesar de la laboriosidad de Bruno Broseta. Para despachar expedientes se sobran y se bastan los jefes de servicio. Y sin embargo, con los escasos recursos disponibles no es una posibilidad a descartar...
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