Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• El 'problema valenciano' en medio de la contienda catalana
  
• Asante Sana!
• El silencio educativo

VALENCIA. Hace unas semanas poníamos de relieve la necesidad estratégica de dar prioridad al Corredor Mediterráneo para la reactivación económica y el desarrollo futuro de la economía valenciana y española. Hoy queremos avanzar en lo imprescindible de dicha infraestructura como elemento clave para la mejora de la competitividad, el desarrollo equilibrado y sostenible de Europa y el avance en la integración comunitaria. Y así debe ser concebida por las autoridades europeas, porque la Unión Europea nació con el objeto de crear un espacio económico fuerte y competitivo en un mundo cada vez más globalizado.

Sus principales objetivos fueron: a) Integrar la economía y la sociedad europea b) Mejorar la competitividad y c) Conseguir un desarrollo sostenible. Y pese a que el Corredor Mediterráneo contribuye a todo ello, la miopía de los que han dirigido la política ferroviaria europea, impidió que a principios de los 2000 tan importante infraestructura fuera incluida en la Red Básica de ferrocarriles europeos.

Aportamos tres argumentos para defender la infraestructura desde la perspectiva europea:

1. Competitividad. Los costes de transporte son, en este momento, uno de los principales componentes del coste final de cualquier producto. Su impacto en la competitividad de muchos productos es superior al de la mano de obra. De ahí que toda mejora, tanto en coste como en tiempo de desplazamiento, incida sensiblemente en la competitividad de las economías.

Ahora que Alemania enfatiza, y con razón, que nuestro principal reto es la competitividad, debe ser bienvenida una iniciativa como la del Corredor Mediterráneo. Porque este Corredor es el camino más corto y fácil para el tránsito de mercancías entre Europa, Asia y África que circulan por el Mediterráneo. Un tráfico que representa en torno a 19 millones de TEU, frente a los 4,4 millones de TEU que circulan entre Europa y América. Los ahorros en distancia son superiores a los 500 kilómetros en todos los casos, y del orden de los 3 o 4 días en tiempo de desplazamiento.

Resulta evidente, pues, que un buen acceso ferroviario, en ancho europeo, de los puertos del Mediterráneo español al corazón económico de Europa, permitiría ahorros significativos de tiempo de desplazamiento y costes de tránsito. Especialmente si la liberalización del tráfico de mercancías por ferrocarril en España pasa de ser formal a real. La economía europea se vería beneficiada, y los puertos del Mediterráneo español incrementarían sensiblemente su actividad.

2. Cohesión Social. Uno de los objetivos de la Unión Europea es conseguir un desarrollo más equilibrado en lo espacial y mayor cohesión social. Pues bien, el Corredor Mediterráneo no sólo mejoraría la competitividad de la economía europea, sino que contribuiría a reforzar la reactivación de la economía española y elevar los niveles de renta de regiones relativamente atrasadas y más afectadas por la crisis. Su construcción supondría el que una parte del tráfico actual de mercancías entre Europa y Asía, que pasa por los puertos de Rótterdam, Amberes, Bremen, Hamburgo y El Havre, se desviase a los puertos del Mediterráneo Español y de Italia.

Y el efecto económico se vería ampliado por el crecimiento de la actividad logística e industrial que impulsaría y la reducción de costes de transporte de los productos del Arco Mediterráneo, a la que antes aludíamos. Pero se está produciendo el efecto contrario, y un serio agravio comparativo: a) En primer lugar porque el corredor italiano sí está integrado en la Red Básica de los ferrocarriles europeos y el recién abierto túnel de los Alpes le confiere ventajas comparativas a Italia respecto al Arco Mediterráneo Español. Y b) En segundo término porque desde Barcelona ya existe acceso provisional a la frontera en ancho europeo para el tráfico de mercancías, y será definitivo en 2012. Esto sitúa al sistema Portuario de la Comunidad Valenciana, dentro del que se encuentra el puerto de Valencia, el primero del Mediterráneo en tráfico de contenedores, en manifiesta desventaja al ver estrangulado su acceso a Europa en ferrocarril, tanto por carecer de la línea de ancho europeo como por existir entre Vandellòs y Tarragona una sola vía.

3. Sostenibilidad medioambiental. El Corredor Mediterráneo tiene otra misión fundamental, dados los objetivos medioambientales de la Unión Europea: ahorro energético y sustitución de las energías fósiles por las renovables. El tráfico actual de mercancías desde el Norte de África y desde España hacia el centro y norte de Europa se realiza fundamentalmente por carretera. Por el Arco Mediterráneo transitan el 60% de todas estas mercancías. El tráfico entre Europa y Asia se hace por mar, en ausencia de alternativas ferroviarias competitivas.

Tal y como está configurado el transporte actual se utilizan carburantes fósiles, al contrario que el tren, que puede utilizar energía primaria renovable. En consecuencia, el Corredor Mediterráneo constituye un importante instrumento del desarrollo sostenible, por el que tanto apuesta la Unión Europea. Si los responsables de la Unión Europea son consecuentes con los objetivos que guían la política comunitaria, tendrán que enmendar el grave error cometido hace algunos años, al no introducir el Corredor Mediterráneo en la Red Básica de los ferrocarriles europeos.

Pero como esto no es seguro que ocurra, tendremos que movernos, responsables públicos, organizaciones empresariales y sociedad civil española y valenciana para hacerles ver lo inconsecuente de no hacerlo. Nos jugamos el futuro de la economía valenciana, el liderazgo de nuestro sistema logístico-portuario y muchos empleos, como para no hacer todo lo que esté en nuestra mano.
____________________________________________________
(*) Federico Félix es empresrio y presidente de la Fundación PRO AVE