MADRID. La de ayer fue una de las jornadas más alcistas de los últimos meses en Europa. Dicho hecho, que de por sí resulta destacable, queda magnificado al analizar los elementos que lo provocaron. Un solo factor positivo: la noticia de The Wall Street Journal que adelanta una mayor predisposición alemana a la concesión de un nuevo paquete de ayudas para Grecia.
Esta primicia, que no ha sido confirmada, merece una calificación objetiva de "moderadamente positiva", vista la ambigüedad y poca concreción de la misma. Además, el hecho de que los mayores problemas de Grecia radiquen en estos momentos en las disputas de sus propios políticos, con posturas contrapuestas sobre el plan de privatizaciones que se está estudiando, refuerza el carácter accesorio -y no nuclear- de esta noticia, que en otro contexto no sería un catalizador de euforias.
Pero el contexto en el que nos movemos, con una fuerte sobreventa a corto plazo en la renta variable europea y, sobre todo, la permanencia de un sentimiento de fondo positivo sobre la misma, resulta ser más poderoso. Así pues, desde primera hora de la jornada de ayer el sector bancario europeo se giró al alza con fuerza, al igual que el euro, mientras que las primas de riesgo y CDS de los países periféricos caían. Como de costumbre, el resto de activos cíclicos se unieron a las subidas, animados por el multiplicador de las bajadas del dólar.
La realidad es que los mercados se muestran optimistas y quieren descontar que los problemas de Grecia se resolverán con un nuevo plan de ayudas por parte del Fondo de Rescate Europeo, a cambio de un esquema de privatizaciones por parte del país, sin ningún tipo de reestructuración. Esa es su voluntad, y, como en otras ocasiones, las noticias serán analizadas bajo ese prisma.
Con todo esto, poco dañina resultó la bajada de la perspectiva de deuda de Japón por parte de Moody's (el viernes pasado, la misma rebaja de Fitch provocó una fuerte oleada de ventas). Como tampoco afectó demasiado el hecho de que Bank of Ireland quiera llegar a un acuerdo con sus acreedores de deuda subordinada para impagar el 90% de la misma.
En EE UU, los datos macroeconómicos conocidos fueron muy decepcionantes. El índice Case Shiller del sector inmobiliario registró un nuevo retroceso en el mes de marzo del 0,8% respecto al mes anterior, mientras que el PMI de Chicago y la Confianza del Consumidor de la Conference Board durante el mes de mayo quedó muy por debajo de lo esperado.
Desde hace semanas, la mayoría de los datos macroeconómicos americanos que se publican no cumplen las expectativas. Este hecho resulta novedoso, pues desde 2009 la tendencia de los mismos era positiva (a excepción de los datos inmobiliarios y de empleo). A este cambio en la dirección de los datos macroeconómicos no se están ajustando las bolsas, que se niegan a abandonar la tendencia alcista de fondo, por muchas nubes que aparezcan en el horizonte.
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* Daniel Pingarrón es estratega de mercados de IG Markets
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