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Menos campaña, más participación

VICENTA TASA FUSTER. 28/05/2011 "Vistos en perspectiva, los resultados electorales han sido normales: las campañas electorales no se improvisan ni se hacen al final, empiezan el día después de las últimas elecciones. Y si no se trabaja bien, se pierde..."

VALENCIA. Parece paradójico que con una campaña electoral tan poco motivadora haya aumentado la participación. Esto, de ser así, echaría por tierra la afirmación de que una buena campaña electoral moviliza a los votantes y nos obligaría a asumir el principio de que, también en las campañas electorales, menos es más.

La campaña a las elecciones autonómicas ha sido descafeinada. Austera, decían los populares, aunque lo cierto es que el PP se esforzaba en que tuviera un perfil bajo, quizás por un miedo difuso a provocar a los votantes de izquierdas. La crisis les vino como anillo al dedo para justificar su propósito. El lema ha sido el general del partido, Centrados en ti, sin ninguna adaptación valenciana, la cartelería escueta, los actos públicos han estado muy lejos de aquellos a los que nos tenía acostumbrados la organización del PP. Ni siquiera el central en la plaza de toros de Valencia, a pesar del lleno, tenía la fuerza de otras veces.

El hecho de que Camps fuera operado poco antes de empezar la campaña ayudó a justificar sus medidas apariciones, y el temor al boicot de algunos actos les dio un aura de nerviosismo, interinidad y escasa entidad pública. Ahora bien, aunque la campaña estricta haya sido de perfil bajo, el Partido Popular está permanentemente movilizado, la organización de sus bases es potente y su gran cantidad de militantes le permite ocupar mucho espacio político a pie de calle. Con todo, ha perdido votos, quizás por el desgaste tras 16 años en el gobierno y por el caso Gürtel.

Los socialistas, por el contrario, intentaron echar el resto, gastaron el dinero que tenían y el que no también, en una campaña poco afortunada y no exenta de despropósitos, a menudo voluntarista, pero vacía de contenido y de propuestas. Alarte quiso emular a Obama, o más bien intentar exportar su modelo; pero ni Alarte es Obama, por mucho que el Photoshop le oscurezca la tez y pose como él en la publicidad que durante meses circuló en los autobuses de la EMT en la ciudad de Valencia, ni sus asesores son como los del presidente norteamericano. Todos los estudios insisten en que la mejor campaña es la que hace la gente directamente y no la que hacen sólo los candidatos y sus equipos. Cuando el candidato y el partido motiva a los electores y estos hacen suya la función de proselitistas, el éxito está garantizado. En caso contrario, todo lo invertido en marketing es tirar el dinero.

Los socialistas de Alarte no entendieron nunca lo que se debía hacer: no se motivó a los militantes, no se supo trascender las paredes del partido y Alarte continuó siendo un desconocido para la mayoría del electorado. La idea de proyectar un video en las salas de cine a pocos meses de las elecciones no sirvió de nada, la puesta en marcha de un canal de televisión en Internet tuvo el recorrido limitado a su presentación ante los medios y después sólo sirvió para consumo interno de unos pocos: mucho esfuerzo y dinero para tan pobre resultado.

La gran apuesta para atraer a simpatizantes y votantes, los Amics del Canvi, fracasó estrepitosamente: no se puede lanzar una idea como ésta a dos meses de las elecciones y esperar que en un período de tiempo tan corto la gente te conozca, confíe en ti y te haga campaña. Creerlo indica un absoluto desconocimiento del funcionamiento de las redes sociales, otro talón de Aquiles del PSPV.

Algo que distinguió a las primarias del Partido Demócrata y a la campaña presidencial de Obama fue el uso de las nuevas tecnologías. Si damos una vuelta por internet, y sobre todo por la red social facebook (donde residen la mayoría de los militantes socialistas), apreciamos claramente que muchos no saben utilizarla como herramienta electoral o de acción política: es, solo, un divertimento entre amigos en clave frecuentemente interna a la que el resto de observadores asiste como espectador, a veces atónito ante la naturaleza y el nivel de los comentarios.

Alarte y sus asesores también han intentado dar un sentido abstracto y emotivo a sus lemas de campaña, como hizo Obama con su Yes, we can o su 'Confianza en el cambio'. Aquí se optó por 'Otro camino es posible' y por usar conceptos como dignidad o ilusión, dirigiéndose a las esferas morales del votante, lo que a mi juicio no era lo adecuado en estos momentos. Otro de los aciertos de Obama fue mantener su lema central durante los cinco meses de campaña, Alarte ha simultaneado al menos tres o cuatro. Es sabido que el lema ha de ser uno y que debe ser repetido constantemente hasta la saciedad; pero parece ser que los socialistas no dieron con él.

La campaña de Compromís ha sido la más eficaz y con mejores resultados. Ha sido una buena campaña tanto a nivel de calle como a través de las redes sociales. Y esto es así porqué su trabajo no se ha limitado simplemente a los 15 días de campaña electoral en sentido estricto ni al mes de precampaña. Ha sido un trabajo a largo plazo, se inició hace meses en las Cortes con Mònica Oltra, y se ha mantenido en toda la geografía valenciana y en las redes de forma constante. No se han improvisado perfiles o páginas web para las elecciones, ni se han buscado "amigos" a marchas forzadas. Se han ido haciendo visibles poco a poco y eso les ha permitido consolidar a buena parte de sus votantes tradicionales y ser refugio de miles de votos perdidos por el PSPV.

Respecto a Esquerra Unida hay poco que decir. Su campaña ha sido discreta al máximo y esperando que sus siglas tiraran del carro y generaran votos. Sin grandes mítines, sin presencia territorial estable, sin demasiado dinamismo en las redes sociales y sin ninguna innovación ni líderes destacables han conseguido unos resultados igualmente discretos y decrecientes sin que, en esta ocasión, se pueda echar la culpa al voto útil al PSOE.

Pero, si las campañas no han sido intensas, ¿por qué ha votado más gente? La respuesta no es sencilla. Las encuestas preveían un aumento de la abstención. La ecuación era clara: el voto descontento con el PSPV y el PP valenciano se iría mayoritariamente a la abstención. No ha sido así. El electorado ha querido expresar su malestar y lo ha hecho estratégicamente. Ha recompensado a partidos pequeños que han hecho campaña electoral permanente y honesta, como es el caso de Compromís y también de UPyD. Ha castigado moderadamente a quienes han confiado todo a la fuerza de la marca y de su militancia, como EU y PP. Y ha castigado con una sangría de más de 150.000 votos a los socialistas por su gestión de la crisis en España y por su incapacidad para convertirse en alternativa en la Comunidad Valenciana, limitándose a denunciar la corrupción, mientras perdían casi el 30% de sus afiliados, que deberían ser sus primeros agentes electorales.

Vistos en perspectiva, los resultados son normales, las campañas electorales no se improvisan ni se hacen al final, empiezan el día después de las últimas elecciones y si no se trabaja bien, se pierde.
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Vicenta Tasa Fuster es analista política

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1 comentario

alvar escribió
30/05/2011 12:37

Estic d'acord amb el que dius de Compromis, ha fet una magnífica campanya durant més d'un any, el pspsv, en canvi creu que simplement per ser socialista ja tenen els vots guanyats i no s'esforcen per arribar a a gent ni explicar el seu projecte, així els van les coses. Ara cal seguir així i anar guanyant terreny, fa molta falta que Compromis agafe força en aquesta comunitat o ens enfonsare'm del tot.

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