MADRID. Mi madre me enseñó a ahorrar desde pequeñito, con la paga de los domingos. Pero España no ha sido, tradicionalmente, un país ahorrador. En parte, porque no podíamos y sobre todo porque los ahorros se iban en comprar piso: somos el país con más viviendas en propiedad de Europa. Y en las dos últimas décadas, cuando crecíamos más que nadie, lo hemos hecho a base de endeudarnos, no ahorrando.
Con la crisis, nos hemos asustado y España se convirtió en el país más ahorrador de Europa. Ahora, el Gobierno nos pide que ahorremos menos y gastemos más, para que la economía crezca. Pero las familias no hacen caso, porque ingresan menos y tienen que tirar de la hucha para llegar a fin de mes, con lo que el ahorro está bajando. Pero volver a ahorrar es clave para crecer sano.
En los últimos veinte años, el ahorro ha caído en los países desarrollados (del 22,9% de la renta en 1989 al 18,9% en 2009), mientras subía en los países emergentes (del 22 al 24,8%). Los países ricos se han dedicado a gastar y a endeudarse, con menos ahorro por el mayor envejecimiento de la población. Y los países en desarrollo, más jóvenes y con fuerte crecimiento, se han dedicado a ahorrar y a financiar a Occidente. Es el contraste entre Estados Unidos (14% de ahorro) y China (54% de ahorro). Con la crisis, el ahorro ha subido en todo el mundo y la previsión es que crezca hasta 2020, para bajar a partir de 2025, por el mayor consumo de los países emergentes y el envejecimiento de los países desarrollados.
Hasta la crisis de 2007, España era el país que menos ahorraba de la zona euro: un 11,3 % de la renta disponible, por debajo de Alemania (16%), Francia (15,4%) o Italia (15,6%). Y si no ahorrábamos, en la década de los ochenta y los noventa, era porque nos endeudábamos, sobre todo para invertir en una vivienda. Así, España es el país europeo con más viviendas en propiedad (83%), muy por encima de Italia (72,5%), Francia (63%), Reino Unido (70%), Alemania (57%) o la media de la UE (73,5%). T
ras la crisis, los españoles ven las orejas al lobo y el ahorro crece en España, entre 2007 y 2009, más que en ningún otro país europeo (del 11,3 al 18% de la renta), salvo Irlanda. Pero en 2010, tras tres años de crisis, el ahorro ha vuelto a caer (13,1%), porque las familias han tenido que tirar de la hucha para sobrevivir.
En este contexto, el Gobierno nos pide ahorrar menos y consumir más: "Si la tasa de ahorro bajase en dos puntos, la economía crecería un 1% más", señaló el 1 de marzo el secretario de Estado de Economía. Y es cierto: el consumo de las familias aporta la mitad del crecimiento del país. Pero a pesar de estas llamadas de atención, los españoles siguen sin consumir. Y ahorrando menos, porque tienen menos ingresos y muchas deudas que pagar. De hecho, hay más de 15 millones de españoles que lo están pasando mal: 4,7 millones de parados, 3 millones de funcionarios a los que les han bajado el sueldo y 8 millones de jubilados con la pensión congelada. Y un tercio de los hogares tiene problemas para llegar a fin de mes. Muchos porque tienen que pagar la hipoteca, que se ha encarecido en la última revisión.
En consecuencia, la renta disponible de las familias ha caído y va a seguir cayendo: entre un 1 y un 1,7% en 2011, tras haber caído entre un 3,9% y un 5% en 2010. Con menos renta, las familias no pueden ahorrar e incluso tiran de la hucha, con lo que la previsión es que el ahorro vuelva a caer en 2011 (al 12,1%) y 2012 (11,7%), a niveles de antes de la crisis. Pero ese ahorro no irá a consumir más, sino a sobrevivir y tapar agujeros, sobre todo deudas (el endeudamiento de las familias asciende a 1,78 billones, con b, de euros). Además, la subida de precios y de los tipos de interés dificulta más el ahorro. Y cara al futuro, el envejecimiento de la población española: entre 2010 y 2050, los mayores de 65 años se van a duplicar (de 7,7 a 15,3 millones de personas). Y a más viejos, menos ahorro.
Sin embargo, España necesita que ahorremos, para no estar tan endeudados (4,2 billones, con b, de euros) y no tener que financiarnos con el ahorro externo y los mercados. Pero para eso hace falta volver a crecer, recuperar el nivel de ingresos y ayudar al ahorro, no penalizarlo fiscalmente como se hace desde los años ochenta. Diga lo que diga el Gobierno, obsesionado sólo con el corto plazo, yo voy a seguir ahorrando y estoy enseñando a mis hijos a ahorrar. Y todos deberíamos hacerlo, al menos por tres razones: nos va a hacer falta dinero para la jubilación, nos están recortando el Estado del bienestar (habrá que dedicar más dinero a sanidad privada y a educación) y cuando seamos viejos, habrá que seguir ayudando a nuestros hijos, con empleos e ingresos precarios. Así que habrá que pensar en el futuro y ahorrar más (el que pueda).
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(*) Javier Gilsanz es periodista y autor del blog 'Economía a lo claro'
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