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Blesa y los suyos se lo llevan crudo

CARLOS DÍAZ GÜELL (*). 15/02/2011 "En pleno proceso de reforma de las cajas, poco favor ha hecho Blesa a los defensores de estas entidades, a la vez que viene a demostrar con qué desparpajo se juega con el dinero ajeno, sin transparencia alguna y sin necesidad de dar cuartos al pregonero..."

MADRID. Hace pocos días, un medio de comunicación se hacia eco de una filtración controlada según la cual Rodrigo Rato propondrá al Consejo de BanCaja Madrid la eliminación del plan de incentivos implantado por su antecesor en Caja Madrid, Miguel Blesa, por el cual diez ejecutivos con él a la cabeza, han recibido 25 millones de euros cuando abandonaron sus respectivos cargos, tras recibir la entidad el dinero del FROB. Todo un escándalo.

La retribución a los directivos es un asunto complejo porque constituye un punto clave del gobierno corporativo. Establecer una retribución lógica de los ejecutivos es una difícil combinación donde intervienen factores culturales, históricos y, obviamente, de gestión, en la medida en que se premia la búsqueda del éxito de la empresa. Tradicionalmente, la creación de valor económico para el accionista ha sido el factor crucial en la fijación de salarios para ejecutivos, aunque este no es, desde luego, el caso de Caja Madrid, que carece de accionistas.

Con ser una práctica habitual sobre todo en las empresas cotizadas y siempre ligada a resultados, no deja de resultar especialmente hiriente el caso de Caja Madrid en la medida en que no solo se desconoce que condiciones son las fijadas para tener acceso a ese complemento, sino que Miguel Blesa y su equipo dejaron Caja Madrid como un erial como lo viene a demostrar el nivel de mora que ha heredado Rato, así como las principales capítulos de la cuenta de resultados.

En pleno proceso de reforma de las cajas, poco favor ha hecho Blesa a los defensores de estas entidades, a la vez que viene a demostrar con qué desparpajo se juega con el dinero ajeno, sin transparencia alguna y sin necesidad de dar cuartos al pregonero. ¡Qué no pasará en el resto de las cajas! Hace poco, el BBVA daba ejemplo de cómo se hacen estas cosas y dejaba sin efecto su plan de incentivos en la medida en que no se habían cumplido los objetivos fijados para el ejercicio.

Tanto el BBVA como el Santander y el resto de las sociedades cotizadas, se ajustan al código de buen gobierno emanadas de la CNMV publicando en sus memorias y dando a conocer a sus accionistas las condiciones necesarias para que se cumplan sus respectivos planes de incentivos. No es el caso del CajaMadrid de Blesa y de sus más allegados ejecutivos, que como diría un castizo, se lo han llevado crudo tras dejar a la caja al borde del precipicio y sustrayendo 25 millones de euros a sus impositores y a su obra social.

Rato ha estado rápido de reflejos, aunque son muchos los que recuerdan el caso de Mutua Madrileña –tampoco tiene accionistas- cuando llego su actual presidente y se encontró con un multimillonario plan de pensiones con el que su antecesor se había premiado. Garralda sometió al Consejo el no hacer frente a tan escandaloso plan de jubilación del anterior presidente y los Tribunales, posteriormente, le han dado la razón.
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Carlos Díaz Güell es director de la revista 'Tendencias del Dinero'

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