JOAQUÍN MAUDOS (*). 11/02/2011 Con el anuncio de la ministra de que exigirá el 10% de 'core capital' a las no cotizadas, sólo unas pocas cajas pueden sobrevivir siendo cajas de ahorros tradicionales. La gran mayoría están forzadas a crear bancos y a salir a bolsa para cotizar. De lo contrario, tendrán que aceptar obligatoriamente la ayuda del FROB y, por tanto, ser nacionalizadas temporalmente

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VALENCIA. Muchas cajas ya han creados bancos (como todas las involucradas en SIP) y otras (como la Caixa) ya han creado bancos que cotizan. Las cajas que no lleguen a tiempo a crear bancos y a salir a bolsa no tienen más remedio que aceptar la capitalización pública del FROB. Y estas pueden ser las que en estos momentos tienen más dificultades, algunas de las cuales han optado por fusiones intraregionales.

El problema es que no es fácil salir a bolsa (la CNMV exigue sacar al menos el 25% del capital) y, sobre todo, conseguir atraer inversores para cumplir a tiempo (este mismo año) las exigencias de la ministra.

En síntesis, la medida anunciada del 10% para las no cotizadas supone una fuerte presión para que todas las cajas (y las cooperativas de crédito) creen bancos y salgan a bolsa. Las que no lo consigan, están obligadas a aceptar la ayuda del FROB en una especie de nacionalización.

El único "balón" de oxigeno que se les da es en la definición del capital, que es más amplia que el core capital al incluir más cosas. Pero a pesar de esto, la presión a la capitalización es muy fuerte. Y la presión para que las cajas creen bancos que se sometan a la disciplina del mercado es total.

Con este anuncio, vamos a ver una carrera por crear bancos y por salir a bolsa. Dudo que todas lleguen a tiempo. Otro elemento preocupante es que es muy dificil que consigan captar el capital necesario en los mercados dada la desconfianza internacional hacia la banca española. No hay más que ver The Economist de jueves.

Y el ejercicio de transparencia que ha exigido el Banco de España contiene muchos claroscuros. La cifra de créditos al ladrillo declarada por las entidades a la CNMV está muy por debajo de la que aparece en la web del Banco de España. Y la diferencia se acerca a los 200.000 euros.

Finalmente, el RD invoca al segundo pilar de Basilea II que permite al supervisor a exigir aun más capital (coeficiente de solvencia) a entidades puntuales si cree que pueden tener problemas. Por esta vía, siempre se dejala potestad de intervenir a las entidades menos solventes exiguiéndosles que acepten la ayuda del FROB.

Se me olvidaba. La presión también está en las cooperativas de crédito. Deben de crear bancos y salir a bolsa. Y aquí el problema es que por su escaso tamaño, lo tienen más difícil.

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(*) Joaquin Maudos es catedrático de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE