VALENCIA. De esta manera, con esta dedicatoria, sincera y estimulante, inician Koldo Saratxaga y Jabi Salcedo su último libro titulado: "El éxito fue la confianza, una historia real ocurrida en el Pais Vasco en plena crisis del 2008".
Pocos serán los que no hayan oído hablar de Koldo, responsable de haber convertido a Irizar S. Coop en una de las organizaciones más eficientes de Europa, según The Economist, precursor de un estilo de liderazgo, basado en una manera de de establecer relaciones con todos los implicados en la organización empresarial, maneras tan eficientes que continúan siendo estudiados en las aulas de la Harvard Business School como innovación en el estilo de liderazgo empresarial.
Koldo Saratxaga propone un estilo que el mismo denomina NER, un Nuevo Estilo de Relaciones con las personas, un estilo de relaciones que busca, y logra, que las personas que de una forma u otra, están implicadas en las actividades de la empresa, se sientan confiadas en la seguridad de ser bien tratadas, tratadas con lealtad.
Clientes, empleados, proveedores y, porque no, competidores, son objeto del buen hacer relacional que nos propone este vigoroso y estimulante personaje que ve en la incertidumbre oportunidad, en cada nuevo día, una nueva experiencia, y que advierte del grave peligro de lo rutinario, que reivindica la creación compartida como un tesoro, que decididamente pone de manifiesto la orientación al cliente como el enfoque de todos para la Competitividad.
Me sugiere, este flacucho visionario en todas sus robustas manifestaciones, la cultura Marketing, la cultura empresarial conformada por las relaciones entre personas, por las relaciones duraderas en el tiempo, relaciones asentadas en el cumplimiento de lo que se promete, relaciones conformadoras de Confianza.
Cumplir con todo aquello que se promete, esa es la base de la Confianza y de la lealtad, así de sencillo, nada nuevo, aunque olvidado.
Ya desde el siglo XV, en La Lonja de la Seda de Valencia o Lonja de los Mercaderes, uno de los monumentos más representativos de nuestro siglo de oro valenciano, existen en la denominada sala de contrataciones, unas inscripciones en latín realizadas en oro sobre un fondo oscuro, en forma de cenefa, que recuerda a los comerciantes sus deberes como mercaderes y su recompensa: "Inclita domus sum annis aedificata quindecim. Gustate et videte concives quoniam bona est negotiatio, quae non agit dolum in lingua, quae jurat proximo et non deficit, quae pecuniam non dedit ad usuram eius. Mercator sic agens divitiis redundabit, et tandem vita fructur aeterna".
(Casa famosa soy en quince años edificada. Probad y ved cuan bueno es el comercio que no usa fraude en la palabra, que jura al prójimo y no falta, que no da su dinero con usura. El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas y gozará, por último, de la vida eterna).
Faltar a la palabra dada, no responder a las expectativas generadas, no cumplir con lo esperado, provoca, naturalmente, des-confianza.
Des-confianza de los clientes en los productos, de los empleados en la empresa, de los proveedores, de los ciudadanos en sus políticos, ese parece que es el síntoma de nuestro tiempo, tiempos por decirlo al estilo de Bauman, tiempos líquidos, tan carentes de compromiso como de esperanza. Y esto en si mismo es una magnífica oportunidad para quienes realmente creen en la calidad de sus productos, de quienes están en condiciones de construir fuertes compromisos con las personas relacionadas de mantener relaciones a lo largo del tiempo, de crear una atmósfera de cooperación y de creatividad entre todos los componentes de la empresa, propietarios, directivos, empleados, clientes y proveedores. De generar un clima de Confiaza pues... El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas...
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Enrique Belenguer es director de Inmerco ([email protected])
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