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VALENCIA. El Cabañal se ha convertido en poco mas de un mes en la nueva "joya de la corona" de la ciudad de Valencia, todos los partidos políticos que forman parte de las coaliciones tanto del Ayuntamiento de Valencia como de la Generalitat Valenciana, han puesto sus ojos en un proyecto que tiene todos los ingredientes para convertirse en un referente de esta nueva época. Incluso el Presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios de la Construcción (FEVEC), antes tan defensores de políticas de expansión urbana, ha declarado que la rehabilitación de este barrio puede ser "un gran escaparate para Valencia". Las circunstancias lo propician.

Se trata de un barrio tradicional, consolidado, multicultural, ubicado estratégicamente entre el núcleo central de la ciudad y el mar, y con un valor urbanístico propio ampliamente reconocido. Por si esto no fuera suficiente, el anterior equipo de gobierno de la ciudad hizo de las políticas urbanas en esta área una bandera de un modo de entender la planificación urbana ahora ya obsoleta, despertando así una actividad y movimientos asociativos ciudadanos que se consolidaron con el paso de los años y que están ahora más vivos que nunca.

Una de las primeras medidas del nuevo Ayuntamiento de Valencia ha sido derogar el anterior Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Cabañal-Cañamelar, solicitando a la Generalitat Valenciana el archivo del mismo y que en su lugar apruebe unas normas urbanísticas transitorias mientras se elabora un nuevo plan urbanístico. Además los tres partidos en el gobierno de la ciudad acordaron la petición de fondos europeos para la rehabilitación de este barrio. Hasta ahí todo normal, un proyecto ilusionante, en el que se pueden comenzar a poner en practica verdaderas políticas de participación ciudadana y que esté en consonancia con las nuevas tendencias urbanísticas.

Pero algo empieza a chirriar en los primeros pasos de desarrollo de los acuerdos adoptados. La definición de un proyecto de tal envergadura no debería iniciarse con la licitación de un concurso, por parte de una Fundación dependiente del Ayuntamiento de Valencia, convocado en pleno mes de agosto, en el que el aspirante a adjudicatario debe de presentar en un periodo de 10 días (ahora ampliados hasta el 14 de agosto) la estrategia integrada del desarrollo sostenible del plan. Así se deberá entregar un "proyecto técnico pormenorizado y calendarizado", que por supuesto deberá de haber preparado en 14 días, analizando la compleja problemática del barrio del Cabanyal, y planteando un análisis de los mismos y un calendario de actuaciones. No es plausible que este trabajo pueda realizarse de manera seria y responsable en un plazo de 14 días, salvo que se trate de proyectos cuya preparación ya se encuentre en curso.

Además, es relevante el hecho de que este contrato tan importante no haya sido licitado por el Ayuntamiento de Valencia, sino por la Fundación InnDEA cuya finalidad es impulsar en la ciudad las aplicaciones de las nuevas tecnologías, en el tejido empresarial y la ciudadanía valenciana, así como fomentar el trabajo en red, la transferencia de la tecnología y la innovación urbana, promoviendo la internacionalización de nuestras empresas y atrayendo talento. ¿Cuál puede ser la razón? Quizás, el hecho de que la tramitación no hubiera sido la misma si el órgano contratante hubiese sido el Ayuntamiento, ni el corto plazo otorgado para la presentación, ni la escasa publicidad y transparencia, ni la posibilidad de adelantar el 50% del importe hubiesen sido posibles.

Pero lo mas grave no es que el nuevo equipo de gobierno que se ha caracterizado durante su etapa en la oposición por su lucha contra la corrupción y las malas practicas, así como la defensa de la transparencia, actue exactamente de manera contraria en sus primeras decisiones, sino que esta precipitación puede tener consecuencias nefastas para el "proyecto estrella" de la ciudad, y ello por dos razones fundamentales, una de ellas relativa al nivel de toma de decisiones y la otra relacionada con los peligros de presentar proyectos que no sean lo suficientemente solidos para la obtención de fondos europeos.

En primer lugar, que la fundación InnDEA decida cual es la mejor estrategia de desarrollo del Cabañal no parece lo más adecuado desde el punto de vista de proceso de toma de decisiones políticas. Es cierto que el impulso del desarrollo económico local es una de las vertientes del urbanismo, en su carácter de materia horizontal. Pero definir urbanísticamente un área de una ciudad, ya consolidada, no es eso, es mucho más. 

DIRECTRICES DE NACIONES UNIDAS 

Recientemente Naciones Unidas-Hábitat ha publicado las directrices internacionales para la planificación urbana y territorial, como complemento y soporte a sus dos directrices previamente aprobadas: las relativas a la descentralización y refuerzo de las autoridades locales de 2007, y las que se refieren al acceso universal a los servicios básicos de 2009.

A través de éstas se pretende proveer un marco de trabajo para la mejora de las políticas globales, planes diseños y procesos de implementación de los mismos que consigan ciudades mas compactas, inclusivas y mejor integradas y conectadas, así como territorios que fomenten el desarrollo urbano sostenible y sean resilientes al cambio climático.

Naciones Unidas establece dos principios fundamentales, el primero de ellos, el reconocimiento de que la planificación urbana y territorial es mucho mas que un simple instrumento técnico, ha de ser un proceso de toma de decisiones integrador y participativo, que esta vinculada a una visión compartida y a una estrategia de desarrollo nacional, regional y local. El segundo de ellos señala como el planeamiento urbanístico representa un núcleo central del nuevo paradigma de gobernanza urbana, que promueve la democracia local, la participación, la inclusión, la transparencia y la rendición de cuentas.

Las directrices de UN Hábitat parten del principio de subsidiaridad (que implica que las decisiones sean tomadas por el nivel de decisión mas cercando al ciudadano). Y en este sentido, se recomienda que las directrices sean usadas a todos los niveles, tanto supranacionales, como nacionales, regionales y locales. Es en nivel en el que se destaca como las estrategias de desarrollo local son capaces de priorizar decisiones de inversión y fomentar sinergias e interacciones entres diferentes áreas urbanas. El planeamiento urbano puede contribuir a la protección de áreas medioambientalmente sensibles y a la regulación del mercado del suelo, y planeas de regeneración y rehabilitación urbana pueden incrementar densidades residenciales y comerciales y promover comunidades más integradas.

UN MARCO NORMATIVO SEGURO 

Pero Naciones Unidas no se queda en estas directrices simplemente a nivel local, sino que llevando el principio de subsidiariedad a su máxima expresión, señala como a nivel de barrio, los desarrollos de calles y el planeamiento puntual de espacios públicos y zonas verdes puede contribuir a la mejora de la calidad urbana, cohesión social y la protección de los recursos locales. El urbanismo y gestión del gasto publico participativos, implicando a las comunidades en la gestión de los bienes públicos se reconoce como un instrumento importante para la integración espacial, resiliencia de la comunidad y responsabilidad social.

Las Directrices destacan la relevancia de los procesos de implementación de las decisiones de planeamiento que se adopten. Consideran que una implementación exitosa requiere una fuerte voluntad política, adecuadas asociaciones que integren a todas las partes con intereses y tres componentes clave:

1) Un marco normativo seguro y ejecutable. En este elemento el énfasis debe de situarse en el establecimiento de unas normas urbanistas que provean un marco legal solido a largo plazo. Especial atención debe de ponerse en la transparencia, implementabilidad y la capacidad de los poderes públicos de controlar su correcta aplicación.

2) Un planeamiento y diseño urbano flexibles. Singularmente debe de atenderse al espacio público ya que es una de las contribuciones más importantes para la generación de valor del área. Igual de importante es la claridad en la disposición de las manzanas edificables, incluyendo una adecuada compactación y mezcla de usos, con la finalidad de reducir las necesidades de desplazamientos y los costes de prestación de servicios per cápita. Finalmente, el diseño ha de facilitar el impulso de la mezcla social y su interacción, así como los aspectos culturales de la ciudad.

3) Un plan económico-financiero. Naciones Unidas destaca como el éxito de la implementación de un instrumento de planeamiento depende de su solida base financiera, incluyendo el análisis de la capacidad de una inicial inversión pública para generar beneficios económicos y cubrir unos mínimos costes iniciales de puesta en marcha de las políticas. Estos planes económico-financieros deben contener una previsión realista de ingresos derivados de la actuación urbanística, incluyendo el reparto de los beneficios generados entre todas las partes interesadas, y una previsión de gastos para cubrir las necesidades de inversión.

PROYECTO PREPARADO EN 15 DÍAS

La segunda razón es todavía más relevante. Preparar un proyecto de desarrollo estratégico de un área de una ciudad en 15 días y presentarlo para la obtención de fondos europeos puede tener dos consecuencias: Que el proyecto no sea suficientemente sólido y no aprueben el otorgamiento de ayudas, en cuyo caso se quema una oportunidad única (puesto que tal y como están las arcas municipales, huelga decir que el Ayuntamiento no puede ejecutarlo solo) o bien que el proyecto cumpla formalmente con los requisitos de la normativa reguladora de los fondos y estos sean otorgados. Los nuevos gobiernos no deberían olvidar como se las gastan en Bruselas.

Cuando se presenta un proyecto con medidas concretas no lo suficientemente meditadas, cuya implementación no ha sido analizada en profundidad y en consecuencia surgen problemas a lo largo del proceso que obligan a realizar determinadas modificaciones, no sirve con maquillar resultados, sino que en caso de modificación del uso del dinero se toman las medidas correspondientes. Tenemos recientes ejemplos sangrantes en nuestra comunidad, como la devolución del dinero al Banco Europeo de Infraestructuras por el proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (172 millones €) o la devolución de 265 millones de € por ayudas ilegales vinculadas a la ciudad de la Luz, entre otros.

En consecuencia, para la adecuada preparación de una estrategia de desarrollo urbano sostenible, que cumpla los mínimos principios internacionalmente reconocidos, no parece que sea lo más adecuado que se prevea su realización en un plazo de 15 días, ni que ésta sea evaluada por una fundación cuyo objeto sea fundamentalmente el desarrollo tecnológico de la ciudad, licitándose el contrato a través de un mecanismo que rebaja las exigencias de publicidad y transparencia del propio proceso de contratación publica.

El urbanismo es mucho más que todo eso, es la verdadera política horizontal que afecta a todos los ciudadanos y en todos los aspectos de su vida, por eso mismo es tan importante la participación, no solo de todos los ciudadanos, sino de todos los estamentos de decisión política tanto del Ayuntamiento como de la Generalitat.

El Cabañal puede constituir la gran oportunidad para estos nuevos gobiernos de coalición de demostrar que los intereses generales están por encima de los intereses particulares de cada partido o departamento, y sobre todo, de que son capaces de trabajar coordina mente en aras del beneficio público. Esperemos que lo veamos con el desarrollo del Cabañal.

*Abogado especialista en Derecho Público