Deporte, gastronomía y otros planes para disfrutar de la playa de la Malvarrosa de Valencia durante el verano
VALENCIA. La ciudad recibe un débil pero constante latido de mar en la playa de la Malvarrosa. Una cadencia de Mediterráneo suave que adormece un poblado marítimo acostumbrado a madrugarse con la pesca hasta hace tan solo unas décadas, pero en cuya extensión pintó mucho el francés Felix Robillard Closier. Este botánico compró en 1857 buena parte de una marjal a la que pocos pronosticaban un rédito tan beneficioso como el de las plantas aromáticas. Y así, con el know how de la producción de jabones y perfumes, el margen desecado que ocupaba unas imponentes vistas desde la orilla, a kilómetros de la bulliciosa ciudad, dejó paso a plantaciones de vivos colores, como el de la popular geranium odoratissimun, cuyos pétalos eran efectivamente de color malva rosa.
Las plantas se marcharon y el nombre se quedó. Mucho antes de que la ciudad comenzase a estirarse a través de lo que ahora es la Avinguda de Vicente Blasco Ibañéz, cuya Casa Museo permanece por cierto en el extremo del Paseo Marítimo que linda con la alborayense Patacona, las mujeres de negro, los hombres de domingo y los niños en calzón corto italiano iniciaron la costumbre de dedicar el tiempo libre al mar. Y llegaron los merenderos, imagen de 'la Malva' durante décadas de distinto régimen político, frecuentes inundaciones y algún que otro velero recreativo navegando no muy al fondo. Pese a que el poso humilde y trabajador sobrevivió a las plantaciones de Robillard, Valencia se volcó sin clase finalmente para refrescarse en El Cabanyal.
La luz y los personajes de la zona, entre la contención católica, la maldición de clase y la bohemia inevitable de combinar tantos ingredientes poéticos, hizo de los merenderos restaurantes y de la Malvarrosa el jardín de arena y verano ya no solo para la ciudad, sino para sus cada vez más visitantes. Ahora su ocio se aleja de los paseos con palmeras de base ancha, bañadores de rallas y clóchinas al vapor humeantes y ruidosas al contacto con la boca. Los nuevos tiempos han multiplicado sus posibilidades y los deportes, la gastronomía con enjundia y algunos experimentos son algunos de los sorprendentes reclamos de la Malvarrosa actual -a la que se llega con facilidad en Metro o en autobús- y de su entorno más próximo.
1. EL ARROZ MALVARROSA
Tan solo tiene unos meses, pero ha servido para unificar a los restaurantes de la playa en torno a una de sus figuras sobre los fogones más relevantes de las últimas dos décadas: Raúl Aleixandre. En su restaurante Vinícolas, sobre el Mediterráneo como no podía ser de otra forma, el que un día era travieso correteador de las calles que no eran calles junto al mar, ahora ha creado una receta (el 'Arroz Malvarrosa') que se puede comer en prácticamente cualquier restaurante del Paseo Marítimo.
Bacalao, coliflor, "un caldo importante y nuestro arroz", aseguraba recientemente él mismo a ValenciaPlaza.com: "el caldo se elabora a partir de calamares y gambas de la zona, pero la receta no busca hacer grandes aspavientos con la cocina. Las posibilidades con el arroz son infinitas, pero era el momento de hacer algo honesto". Sabe a Malvarrosa.
2.FOSFORESCER CORRIENDO
Sucede también con la clóchina valenciana que su fórmula más deseada (en el caso del 'cultivo marino', al vapor con un chorrito de limón) es la más sencilla. Porque la Malvarrosa a menudo tiene todo su sentido paseándola, sencillamente, por su Paseo Marítimo. Un orden que, todo sea dicho, a Aleixandre no le hace mucha gracia, como a muchos de sus vecinos que la recuerdan caóticamente salvaje con entradas de agua, pozos traicioneros y montículos de anárquica arena.
Pero si algo sucede a menudo por la ordenada Malvarrosa es un corredor superándose a sí mismo. Runners y gente que corre. La última de las inagotables formas de carrera parece llamada a llegar esta semana: el viernes 10 de julio se celebra, a partir de las 22 horas, la primera Flash Run de Valencia. 5 kilómetros en semioscuridad y en la que los runners llevan gafas, gorras, pulseras y pinturas que brillan en la oscuridad, todo ello en torno a la Marina Real Juan Carlos I y con música en directo a lo largo del recorrido.
3. HOMENAJES RESERVADOS
Es difícil encontrar un elemento de la cultura de los valencianos tan distintivo, plagado de aspectos positivos y más denostado que el almuerzo. No se vincula a la alta gastronomía, tiene mucho que ver con las jornadas de sol a sol y, recientemente, se ha ido empoderando de su valor incluso para las marcas.
Aunque afortunadamente quedan muchos bares de almuerzo, el que se sirve en La Pascuala tiene la difícil posibilidad de reservar una mesa libre para el mismo día que surge el antojo de l'esmorzaret. Y, de hecho, lo más probable es que podamos reservar una mesa para la próxima semana, aunque en verano sus concurridos sábados ya son casi un imposible para propios y visitantes.
Aun así, lo cierto es que buena parte de la clientela sigue siendo fija y trabajadora y es precisamente en este mes de julio cuando se puede dejar entrever algún hueco en la agenda de José Vicente, mujer y equipo. Buen momento sin duda para atravesarse una barra (o media) de sustancia, cacaos, olivas i un cremaet. El sobrecoste de la visita es calórico y tiene solución.
4. DEPORTES DE ARENA
Y aquí la solución: Beach Bol Valencia llegó el pasado año para regenear el quehacer de la arena de la Malvarrosa (y también en La Patacona). Su oferta integra campeonatos profesionales y semiprofesionales de algunos de los deportes cada vez más de moda sobre la playa: Futvoley, Voley Playa o Tenis Playa. Una oferta en crecimiento, aunque vinculada a los meses de primavera y verano, y para la que Beach Bol Valencia dispone de unas campus para niños, escuelas de formación y jornadas para empresas. Durante estas semanas la actividad es frenética.
5. ZUMOS Y BATIDOS ECO-FRIENDLY
La bola extra de Beach Bol Valencia es su Beach Bar. La idiosincrasia de los restaurantes de la Malvarrosa apenas da lugar a que la oferta se diversifique con opciones más ligeras, dinámicas y actuales como las de esta pequeña sorpresa dentro de la propuesta deportiva de la FDM. Lo más significativo, además de menús ligeros y ensaladas frescas, son los zumos naturales y los batidos eco-friendly del Beach Bol Valencia.
Y no es nada extraño reconocer a aquellos que se acercan a este Beach Bar con el ánimo de informarse acerca de las actividades deportivas (Hockey Playa o Balonmano Playa también incurriendo) para, finalmente, probar sus granizados, zumos y batidos de fruta fresca. Una oferta muy ligada a las necesidades de una jornada de sol en la Malvarrosa.
6. MASAJES CON EL MAR DE FONDO
No pocas películas han contado con el guiño económico de las zonas de playa ofreciendo sus masajes a pie de arena como reclamo de descanso. La Malvarrosa ya tiene su propio servicio, ofrecido por Mar y Sombra, en el que de 11 a 19 horas se pueden destensar y recuperar músculos con el mar de fondo. El hilo musical se incluye en los 25 (20 minutos) o 35 (30 minutos) euros del trabajo en el que se puede elegir entre los aromas de eucalipto, naranja y romero según el objetivo que se desee conseguir.
7. ARRECIFES QUE BUCEAR. UN PROYECTO EXPERIMENTAL
Hace un año se lanzaron muy cerca de la playa de la Malvarrosa, pegado al puerto deportivo de la ciudad, 12 piezas de hormigón con un claro objetivo: demostrar las posibilidades de regeneación de biodiversidad con la creación del primer arrecife artifical de España. Y en tan solo un año, ya se ha conseguido. Algas, peces, estrellas de mar y otros animales del mar que han empezado a generar un espacio cada vez más atractivo para el buceo.
El proyecto tiene mucho de experimental. Científicos de la Universitat Politècnica de València, la Catòlica de València, la concejalía de playas, la FDM, el equipo de buzos del Centro Valenciano de Formación Náutica y Subacuática Politsub y otros organismos están detrás de esta propuesta, analizando si su impacto es positivo y negativo en el entorno, a 200 metros de la orilla de la Malvarrosa y con una oferta guiada por los clubs especializados de la ciudad.
8. PADDLE SURF, WINDSURF, KITESURF... ¡SURF!
Valencia vivió el pasado año una explosión de interés por el paddle surf, aunque ésta es solo una más de las posibildiades derivadas del surf. Con unos aficionados acostumbrados a batirse las olas en 'tablas' más hostiles, especialmente en las aguas de Vinarós, Oliva o las más próxima de Gandia o Cullera, en la Malvarrosa hay escuelas especializadas en la iniciación y especialización de estos y otros deportes más surferos, como el Windsurf o el Kitesurf.
Desde los cursos de iniciación a las escuelas de verano, Ocean Republik se asienta en las proximidades de 'la Malva' para abrir una posibilidad más a los visitantes y vecinos de la playa de Valencia.
9. TAICHÍ DOMINICAL
Una de las propuestas más recientes de la Fundación Deportiva Municipal es la de ofrecer actividades deportivas diferentes durante el verano. La playa de la Malvarrosa es un escenario abierto e idílico para la suma de vecinos y visitantes al deporte, pero en este caso la FDM ha querido poner en marcha otras experiencias (Zumba, Crossfit...) entre las que se encuentra el taichí.
Este arte marcial tiene tanto esfuerzo mental como físico. De hecho, sus maestros lo consideran más próximo a un ejercicio espiritual. Propio de China, se practica durante la mañana y trata de equilibrar el cuerpo con movimientos fluidos, en los que la concentración y el entorno son claves. Por ejemplo, los domingos de 9:30 a 10:30 de la mañana, la Malvarrosa acoge esta actividad diriga. Gratuita y accesbible, también está disponible el jueves a la misma hora.
10. LEER LA MALVARROSA
Cuenta Fernando Arrabal, imprescindible, imposible, que vio a la Virgen en la Playa de la Malvarrosa, cuando tenía 17 años. Lo compartió con Luis Buñuel primero, que también dijo haber tenido una aparición similar, y más tarde en una de sus novelas ajedrecistas, La torre herida por el rayo. El más conocido intérprete de la Malvarrosa fue Blasco Ibáñez, autor al que sus vecinos -y comerciantes- recurren habitualmente. Sin embargo, siendo Valencia una ciudad huérfana de novelas que destripen sus calles, pocas tienen la suerte de contar con un libro tan redondo como Tranvía a la Malvarrosa.
La pérdida de la inocencia o la indecencia desatándose en el despertar a la vida adulta se concentran en esta ágil obra de Manuel Vicent, en el ecuador de una de las carreras literarias más brillantes nacidas del 'cap i casal'. Las horas pueden ser muchas al sol, aunque mejor acompañado, y si es de un libro mejor sentirse en el centro de toda la historia (el trampolín de la portada es reconocible).
11. NORIA DE AGUA
Es posible que los 7 euros de la entrada desalienten antes de subir a la noria instalada entre la Marina Real y la Malvarrosa. Es la noria portátil más grande de Europa, capaz de ofrecer una visión única de toda la ciudad de Valencia y del mar, a 70 metros de altura.
Algunos de sus alicientes son su accesibilidad, ya que, además de tener climatizadas sus 42 cabinas, pueden acceder personas en sillas de ruedas. En sus vueltas se puede contemplar la actividad del puerto deportivo, la concurrida playa, la tensión del termómetro sobre la ciudad, sus monumentos monumentales y los detalles que cada visitante estime más interesantes. A vista de pájaro, salvo que se pueda pilotar un dron, el momento visual es de lo más agradable.
Lo de los bañadores son rayas y no rallas
Con el debido respeto, un pequeño gran tirón de orejas para el redactor. En esta lista hay más puntos del Cabanyal y de El Grao que de la Malvarrosa. La playa de la Malvarrosa acaba en cierto punto, a continuación está la playa del Cabanyal, como así lo indica en en el paseo marítimo y después viene la playa de las Arenas. No queramos confundir, cada cosa en su sitio. O habrá que informarse más antes de hacer un artículo así.
Y degustar una de las mejores horchatas de Valencia en Orxateria Sol i Mar, en la Calle Mendizábal!
Yo vivo en la Malvarrosa todo el año y es un lujo,no solo en verano.
¿La Pascuala en la Malvarrosa?¿Desde cuando?
Y piragüismo entre las olas!
Hay más cosas que hacer,... tambien está la Escola Municipal de Vela, por la que cada año pasan más de 10.000 valencianos y turistas... www.escolamunicipalvelavalencia.es
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