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LITERATURA

Valencia, la ciudad inexistente

CARLOS AIMEUR. 02/07/2014 Una tesis doctoral pone de manifiesto la escasa proyección de las novelas ambientadas en Valencia, independientemente de su calidad o sus autores

VALENCIA. Durante más de una década Francisco López Porcal ha leído novelas ambientadas en toda época, publicadas por editoriales nacionales o locales, descatalogadas o primeras ediciones, con premios y distinciones de todo tipo o prácticamente ignoradas. Durante más de una década ha estado analizando su contenido, su prosa, su retrato de la época en la que se ambientaban.

Todas ellas sólo tenían en común una cosa: su escenario era la ciudad de Valencia. De todas las obras leídas y releídas, anotadas y estudiadas, que han pasado por sus manos, López Porcal se ha centrado en medio centenar que se publicaron entre 1989 y 2009, más de cincuenta títulos diferentes que evidencian que Valencia sí tiene quien le escriba.

El resultado de esas miles de horas de estudio y análisis se presentó este martes en la sede del CEU en Alfara del Patriarca como tesis doctoral con el título de Valencia en el imaginario del discurso ficcional. El espacio narrativo: Novela y ciudad. La tesis obtuvo el sobresaliente cum laudem, tras una deliberación de apenas quince minutos por parte del tribunal, y antes de su publicación se convierte en un texto de referencia para comprender la visión de la ciudad en el tránsito del siglo por su minuciosidad y por su hondura.

En su trabajo, concebido con un ánimo aglutinador, no ha hecho distinciones entre novela en castellano o valenciano y ha incluido también los trabajos de autores como el diputado de ERC, historiador y novelista Alfred Bosch, autor de la más que apreciable Inquisitio que primero se editó en catalán y después en castellano.

Su intención ha sido abarcar todo cuanto fuera posible y lo que ha hallado, dice, es una gran variedad tanto de temas como de enfoques, "una visión poliédrica", comenta, que va más allá del tópico de la Valencia luminosa para abarcar desde la Valencia gris del tardofranquismo retratada por Miguel Herráez hasta la Valencia histórica reflejada por autores como Vicent Josep Escartí, pasando por el inevitable Ferran Torrent, Esperança Camps, Joan Francesc Mira, Francesc Bayarri, Manuel Vicent, César Gavela...

La principal conclusión que ha obtenido López Porcal en su tesis es que Valencia es un espacio "poco conocido pero sí muy ficcionado", una ilustre desconocida. Algo que no cabe atribuir a los autores que se han dedicado a retratarla, comenta, sino "a la poca proyección que tienen las novelas ambientadas en Valencia". Premios de la Crítica, premios Ciudad de Valencia, premios Joanot Martorell, las obras que transcurren en esta ciudad parten con un handicap de reconocimiento que han minimizado sus virtudes. Ni siquiera los galardones contribuyen a moverlas más allá de unos determinados ámbitos. Valencia no cuenta. No existe.

En este contexto, cree López Porcal que la obsesión por la proyección internacional que ha movido durante los últimos años a los políticos locales a apostar por los grandes eventos tampoco ha contribuido precisamente a favorecer la difusión de la ciudad. Así, frente a la Valencia efímera de las visitas del Papa, de la Fórmula 1 y de los grandes eventos deportivos, él antepone la Valencia eterna, la histórica, la valorada por los historiadores, la que fue cuna del Renacimiento. "Con menos dinero se podría haber puesto a Valencia en el mapa y no cómo ahora que se le ha puesto negativamente", dice.

LA NOVELA, ESE ESPEJO EN EL CAMINO

López Porcal, que ya analizó en su día la construcción de Lisboa como escenario narrativo a través de nueve novelas, cree firmemente que la ciudad tiene uno de sus autorretratos más exactos en la Literatura, ya que ésta se construye a través de los sentimientos de los autores, quienes plasman en sus narraciones las inquietudes de su tiempo, las obsesiones, los problemas y conflictos de su época, aunque en ocasiones lo hagan a través de novelas supuestamente históricas. Hace suyas pues las palabras de Norman Mailer, quien sostenía hace unos años en una entrevista que pensaba que "las grandes novelas están más cerca de la existencia que los propios hechos". "Al menos tal y como nos llegan, filtrados en los libros de Historia", añadía el autor de La canción del verdugo.

Uno de los aspectos que destaca López Porcal en su estudio es que ha comprobado como la miríada de autores que han tratado Valencia como escenario de ficción han abarcado prácticamente todas las épocas y todas las clases sociales, siempre según su sensibilidad personal. De ahí que se pueda decir que existe en la narrativa sobre Valencia una ruta completa que recorre todo el devenir histórico de la ciudad, desde la época romana hasta la contemporánea, un viaje a través del tiempo tan atractivo como desconocido para el gran público.

Igualmente resalta el hecho de que se ha ofrecido una imagen de la ciudad no siempre idílica, es decir, que los autores no han tratado a Valencia como una Arcadia feliz, que no hay complacencia, sino que más bien al contrario, que resulta difícil hallar y a veces es hasta excepcional descubrir un retrato de la Valencia festiva y lúdica, ese famoso Levante feliz que para la narrativa es una rara avis.

En ocasiones por el género literario (la novela negra nunca debe ser obsequiosa con la ciudad, tiene que ser crítica, ácida, dura), en ocasiones por el período relatado (tardofranquismo), el caso es que el retrato de la ciudad que se percibe en las novelas de estas dos últimas décadas es cualquier cosa menos edulcorado. En esa línea ha comprobado como los novelistas "han optado casi siempre por mostrar el lado oscuro de la ciudad", reflejo quizás inconsciente de la propia desazón ante la situación económica, política y social.

Como conclusión considera que el paisaje literario que se perfila tras este aluvión de narraciones está lleno de "contrastes" y en ocasiones resulta hasta contradictorio. Pero esto, precisamente, redundaría en la riqueza de propuestas que hacen de la narrativa sobre Valencia un espacio literario lleno de interés.

EL COMPLICADO FUTURO DE VALENCIA COMO ESCENARIO LITERARIO

Durante la defensa de su tesis, desde el tribunal se le preguntó a López Porcal por cuál sería el futuro de la narrativa ambientada en Valencia y el doctorando no fue precisamente optimista. No tanto por la ciudad en sí, sino por la realidad social y económica en la que se encuentra el negocio editorial. Con unas empresas que apuestan cada vez más sobre seguro, el tipo de libros que se promocionan son cualquier cosa menos elaborados. En ellos el dibujo que se ofrece sobre los escenarios narrativos es escueto, cuando no superficial.

"Hay una pérdida progresiva del espacio en la novela actual", comentó ante el tribunal. "No parece que tengamos mucho tiempo para disfrutar de una descripción de un espacio; el que tenemos entre parada y parada de Metro. El gran público suele obviar este tipo de descripciones y no presta atención a lo bonito o no que es un lugar", dijo. Por eso concluía que "va a ser muy difícil encontrar a partir de ahora una novela que retrate la ciudad [con detenimiento]".

Valencia como espacio literario es pues una entelequia, un imposible, un reto, pero nunca una baza a favor. A diferencia de otras ciudades, su utilización como decorado resultaría poco menos que exótica, un lastre, cualquier cosa menos una promesa de relevancia. De ahí que López Porcal no tenga reparos en desear en voz alta que "ojalá" todos los autores que en sus novelas han retratado la ciudad tuvieran una difusión en el ámbito nacional e internacional acorde a sus virtudes.

Aunque quizás, al igual que sucede con las novelas, que de manera indirecta reflejan su tiempo, la escasa relevancia que tienen las novelas ambientadas en Valencia sea a su vez el reflejo de un hecho, sea más un síntoma que la enfermedad en sí, sea la constatación del fracaso colectivo de una sociedad que no ha sabido articular los mecanismos para ocupar el lugar que merece; ni más, ni menos, el que merece. Algo que a día de hoy parece una quimera.

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5 comentarios

Pedro escribió
07/07/2014 16:09

Hojear: La pornografía, Valencia, Lenny, Polanski y otros entusiasmos, de Kenneth Tynan Define a Valencia como «la capital mundial del antiturismo

Pau escribió
07/07/2014 09:55

Crec que sí que és incomplatible un model de ciutat de grans esdeveniments amb un model de ciutat que destaque pel seu grau cultural i de qualitat de vida. Simplement és una qüestió de saber on s'inveretix i ací tenim una materia primera excel·lent per ser una ciutat referent culturalment i de vida amable, però ens gastem els diners en "Calatraves"

Miguel escribió
04/07/2014 00:30

Muchos son los problemas de Valencia, pero el mayor de todos, nuestro adversario más grande somos nosotros mismos, los valencianos. Parece que estemos siempre esforzándonos en ser mejores que los demás. ¿Porqué esta necesidad de compararnos con otros? ¿Porqué esa necesidad de ser importantes? En el fondo es el complejo de todos los hijos segundones, ser más que su hermano mayor. Valencia es la que es y tiene su historia concreta que no es mejor ni peor que otra, es diferente. Tendríamos que esforzarnos por ser quienes somos, valencianos. Y estar felices de vivir donde vivimos, con todas nuestras peculiaridades y dejar de querer ser qué?, mejores?, más famosos? Sólo digo una cosa todo el que necesita ser más, en el fondo es que siente que es menos. El que necesita destacar es porque tiene complejo de inferioridad. Yo y mis amigos valencianos estamos orgullosos y felices de ser como somos y vivir donde vivimos. Que nos dejen en paz y si nos llaman levante es porque se mueren de envidia. Somos únicos.

Juan escribió
02/07/2014 21:53

Caramba, la verdad es que cincuenta novelas en veinte años será que los escritores no valoran esta ciudad como ambiente novelesco. Sin embargo, me gustaría saber en ese periodo, cuántas han escrito sobre Zaragoza, Sevilla o Bilbao, ciudades similares en tamaño o importancia regional (capitales autonómicas).

sin palabras escribió
02/07/2014 08:44

No dudo que la tesis doctoral fuera merecedora de un sobresaliente cum laudem, mis felicitaciones, pero afirmar categóricamente que los Grandes Eventos, como la F-1 o la visita del Papa, (obsesión de los políticos locales), son responsables de que Valencia no tenga mayor difusión como escenario de ficción literaria me parece un poco raro. Sería tanto como afirmar que todas las ciudades del resto del mundo que visita el Papa o celebran F.1, JJ.OO, ect. también están “castigadas” por tan obsesiva manía y aparecen poco en la ficción literaria. Eso sí dejemos fuera el Futbol, que aunque no deja de ser también un gran evento es sagrado y da prestigio a las ciudades en la ficción literaria. La cosa es que Valencia aparezca como especial siendo la única ciudad del mundo donde la celebración de grandes eventos causa traumas amnésicos en los escritores. También llama la atención en la tesis cum laudem la incompatibilidad entre los Grandes eventos y la “Valencia eterna, la histórica, la valorada por los historiadores, la que fue cuna del Renacimiento”. Incompatibilidad naturalmente que solo se da para esta ciudad. ¡¡¡¡Señor, Señor, como esta Valencia¡¡¡¡¡

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