VALENCIA (VP). "Pido a los españoles que nos juzguen por nuestro trabajo, no por si somos más o menos simpáticos", manifestó Rosa Díez en declaraciones recientes. Y es que a la todavía líder de UPyD le llueven las críticas por sus formas de gestión, y sus detractores le achacan parecer un ama de llaves mandona, regañona y con poca simpatía.
El economista Kenneth Boulding distinguió tres categorías principales de poder: el amenazador, el económico y el integrador -el palo, la zanahoria, y el abrazo-. Su tesis principal era que el poder integrador constituye la forma de poder más influyente, en el sentido de que ni el poder amenazador ni el económico pueden conseguir nada sin legitimidad. De modo que el gran error del pensamiento político consiste en llevar el poder amenazador a la categoría de poder más influyente. Es más, resulta muy relevadora la forma en que se usan las palabras fuerte y débil, duro y blando, para referirse al poder y a quienes lo encarnan.
Así, ser "fuerte" significa capacidad de resistencia ante los cambios no deseados, solidez mental o física, mientras que ser "blando" implica incapacidad para controlar la situación, para imponer los propios criterios, de modo que en el imaginario colectivo todos queremos aparecer como fuertes, y nadie quiere ser un blando. Lo curioso, sin embargo, es que el poder blando con frecuencia es mucho más poderoso y obtiene mejores resultados, de modo que los blandos son los que se adaptan y tienen un amplio repertorio de alternativas, en tanto que los duros generan reacciones, resistencias, y movilizaciones orientadas a su eliminación. O dicho de forma más literaria, en palabras de Herman Hesse: "Lo blando es más fuerte que lo duro; el agua es más fuerte que la roca, el amor es más fuerte que la violencia".
Llevado a un ámbito fisiológico, el psiquiatra Baron-Cohen distingue dos tipos de cerebro, "femenino" o "masculino", independientemente del sexo de la persona. El cerebro femenino presenta capacidad para la empatía, la compasión y la comunicación no verbal, mientras que el cerebro masculino la tiene para la sistematización, el funcionamiento de las cosas y la decodificación, hasta el punto de que considera el autismo como una forma extrema del cerebro masculino.
En relación con esto, la psicóloga Alice Eagly, desarrolladora de la teoría del rol social, concluyó que las mujeres son peor evaluadas cuando demuestran una capacidad de liderazgo de una manera típicamente masculina, es decir, menos empática y más agresiva. Quizá esto explique la caída de Rosa Díez en el ranking de valoración de los políticos españoles (realizada por NC Report en abril), pues después de ocupar durante mucho tiempo la primera o segunda posición en las preferencias, ya solo se encuentra por delante del presidente del gobierno, Mariano Rajoy.
De hecho antropológicamente nuestra supervivencia descansa en la capacidad para no afrontar cualquier amenaza, sino para analizarla y huir si es necesario, y no caer en las trampas de los enemigos. Por eso generalmente los blandos son los que sobreviven y tienen más poder, en tanto que los duros suelen confiar excesivamente en el poder destructivo y amenazador y acaban no llegando muy lejos. Tal vez esto pueda estar detrás también de la mejor valoración obtenida por Pedro Sánchez y Albert Rivera, que ocupan la primera y segunda posición, desplazando al hasta ahora primer clasificado, Pablo Iglesias.
En conclusión, igual que el turrón que más dura tras las fiestas navideñas suele ser el blando, en las organizaciones los blandos son los que sobreviven y tienen más poder. De hecho seguramente los humanos que poblamos la tierra actualmente somos descendientes de antecesores que decidieron huir en más de una ocasión, mientras que los héroes muertos tienen pocos descendientes. Porque como decía Scott Fitzgerald: "Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia".
Buenas tardes, Cristóbal: Acabo de leer tu artículo con con la avidez de siempre y me quedo con la placentera satisfacción de haberlo entendido, aprendido y elevado mi nivel de conocimiento sobre la materia. Me ha gustado además ver que gracias a él he recordado la frase de Eduardo Surdo en alguno de sus cursos: Hay que ser duros con los problemas y blandos con la gente. Admirado artículo. Ehorabuena, Cristóbal¡¡¡
Un artículo impresionante. Puede ser que ese "lider blando" sea lo que ahora llaman "Liderazgo Emocional". Muchas gracias por recordarnos esa certera cita de Herman Hesse.
Magnífica y aparente paradoja (en sentido filosósico-lógico) u oxímoron (en faceta retórico-lingüística), pero que, en la mayoría de los casos, responde a la realidad, más bien, mixta o, mejor dicho, polifacético o multifocal de las valoraciones humanas. Sí sería interesante responder al porqué de la pujanza político-electoral de Dña. Angela Merkel o, en su día, de Dña. Margareth Thatcher, con esos sendos visos masculinoides (en el sentido del psiquiatra que menciona) en su manera de gestionar la política en sus países (y extramuros). Parece que dama de hierro o damas de hierro a veces sí se compadecen con el aplauso o, al menos, el consentimiento social... En todo caso, magnífico artículo, como siempre, en la línea, sin dogmatismos, y, como señalaría Karl Raimund Popper, abierto a la crítica, desde el razonamiento kantiano y la duda cartesiana, ..., sin duda. Enhorabuena, D. Cristóbal.
Interesante, oportuno, acertado y reflexivo... Gracias Sr. Paus Moscardó.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.