VALENCIA. Parece que todo colaborador de este blog que se precie tiene que escribir alguna entrada quejándose del sistema educativo español y enarbolando datos de PISA, así que esta es la mía. Durante las últimas semanas, por primera vez he estado trasteando con los datos del último informe PISA (los resultados de España los resumíamos aquí). La razón es que este curso me encuentro de visita en Estados Unidos, y tengo un hijo en primaria, con lo que me interesaba comparar los resultados educativos de España y EEUU.
No pretendo contarles mi vida, pero antes de explicar las cosas que más me han llamado la atención del colegio de mi hijo en Boston, merece la pena mencionar que en España asiste a un colegio concertado en Barcelona con el que estamos contentos, y aquí a uno público de un distrito conocido por sus buenos colegios (Brookline). Seguramente, ninguno de los dos son el colegio "medio" en España o EEUU.
Mi primera impresión al llegar aquí fue que el nivel era bastante parecido al de Barcelona en lectura y escritura. En matemáticas parecía haber cierto desfase: en España los compañeros de mi hijo ya están estudiándose las tablas de multiplicar (en 2º de primaria), mientras que aquí multiplicar sólo se empieza a estudiar en 3º. A cambio, sí me ha dado la impresión de que aquí parecen poner más énfasis en temas de ciencia.
Pero la diferencia que más me ha chocado no es estrictamente de material o de nivel, sino de enfoque. En España, en el colegio estamos acostumbrados a tareas bien definidas, que primero se aprenden y luego se practican, y que puedes hacer bien o mal. Sin embargo, aquí apenas parecen existir este tipo de tareas. El enfoque es menos estructurado, más abierto, y muchas actividades no tienen una respuesta correcta o incorrecta. Tampoco hay "notas" propiamente dichas. Esto requiere una adaptación importante, viniendo de nuestro sistema.
Al final pondré algún ejemplo más concreto, pero ahora me voy a los datos. ¿Cómo se comparan los resultados escolares de los niños en EEUU y España? Acudo al informe PISA de 2012. Como ya se ha documentado en numerosas entradas anteriores (pongan "PISA" en el buscador del blog), España obtiene resultados por debajo de la media de la OCDE en todas las áreas, incluyendo competencias matemáticas, de comprensión lectora, y de ciencia. Los siguientes gráficos comparan la "nota media" de los alumnos en España con el conjunto de la OCDE, EEUU, y cuatro países europeos.
En matemáticas, la "nota media" en EEUU está por debajo de la española, aunque la diferencia no es significativa estadísticamente. Alemania, Reino Unido y Francia puntúan en la media o por encima.
En lectura, EEUU está en la media, con Alemania y Francia claramente por encima y España e Italia claramente por debajo.
En ciencia, EEUU y España puntúan casi exactamente igual, muy por debajo de Alemania y Reino Unido.
Los pobres resultados españoles en el ranking internacional son aún más pronunciados si en lugar de mirar la nota media, nos fijamos en el porcentaje de estudiantes que obtiene resultados excelentes ("notable" o "sobresaliente"), como ya comentábamos aquí.
En conjunto, los resultados en estas materias "tradicionales" parecen sugerir que los sistemas educativos en España y EEUU generan resultados similares. Sin embargo, el informe PISA 2012 también midió un conjunto de competencias al que llamaron "resolución creativa de problemas: habilidades de los alumnos para gestionar problemas de la vida real". Vean la comparación de resultados en el gráfico siguiente.
Aquí, España parece un claro "outlier", muy alejado de la media y del resto de países incluidos. Además, no es sólo la media: el informe revela que en España, casi un 30% de los estudiantes examinados "suspendieron" en esta área, comparado con el 21% de la OCDE o el 18% en EEUU, y sólo un 8% sacaron "notable" o "sobresaliente" (11% en toda la OCDE).
Los pobres resultados españoles en esta área ya los comentábamos aquí. ¿Qué mide este examen de "resolución creativa de problemas"? Según el informe, los chicos de "notable" y "sobresaliente" "pueden estudiar sistemáticamente las circunstancias complejas que rodean un problema, idear soluciones en varios pasos que tengan en cuenta todos los impedimentos, y adaptar sus planes en función de los resultados obtenidos", mientras que los suspensos "a lo sumo, son capaces de solucionar problemas muy sencillos, que no exigen pensar por adelantado, y que se desarrollan en entornos familiares".
El informe destaca que EEUU se encuentra en el grupo de países con resultados "sensiblemente superiores" en esta área comparados con alumnos de otros países con rendimiento similar en lectura, matemáticas y ciencia. Además, los alumnos en EEUU "destacan en problemas interactivos (aquellos en lo que los alumnos deben desvelar parte de la información necesaria para resolver el problema), en comparación con los problemas estáticos (en los que se presenta toda la información desde el principio)." España está por debajo de la media en todos los tipos de problemas evaluados.
Volviendo a mi ejemplo personal. Hace un par de semanas, en la clase de mi hijo estaban trabajando la "Rube Goldberg machine" (el equivalente americano de los "inventos del TBO"). Como actividad final, a los niños se les ofrecía una gama variada de materiales para que diseñaran y construyeran su propia máquina compleja para realizar una tarea sencilla (hacer sonar una campana). Las instrucciones eran simplemente esas, los niños podían probar lo que se les ocurriera (en grupos), con total libertad para usar su imaginación.
El primer día, mi hijo volvió a casa estresadísimo. Después de todo un día de trabajo, nada les había funcionado. Tenían que volver a empezar de cero. Sin embargo, después de mucha prueba y error, al final consiguieron montar una máquina muy divertida. Pero más importante aún, aprendió que equivocarse no sólo no era malo, sino que así era cómo averiguaban qué funcionaba y qué no, y eso era lo que les permitía avanzar.
Quizá sea sólo mi percepción, y desde luego es sólo un caso particular, pero me da la impresión de que este cambio de enfoque le está resultando muy positivo. Ha mejorado sensiblemente su tolerancia a la frustración, a cometer errores, y parece cada vez más inclinado a probar cosas nuevas, aunque sean difíciles y no esté seguro del éxito antes de empezar. Cuando volvamos a España, no se sabrá las tablas de multiplicar, pero habrá aprendido a pensar "outside the box".
Termino citando una entrada anterior de Antonio sobre este mismo tema: "Claramente el sistema educativo español hace un trabajo mediano en los procesos rutinarios, pero en cuanto se requiere algo que precisa de iniciativa y creatividad, fracasa (...). Sin iniciativa y creatividad no hay innovación; sin innovación no hay crecimiento posible; y sin crecimiento, el futuro solamente ofrece más devaluación interna y menos progreso social."
Modestamente, desde mi perspectiva y experiencia en un fabricante de automóviles americano, podría ratificar las conclusiones de la autora del artículo. Todos los enfoques son válidos pero, naturalmente, es mejor aquel que se enfoca a los fines que se pretenden. En la industria, en la validación de las piezas fabricadas por un proveedor del fabricante de automóviles, no basta que dichas piezas se ajusten a las especificaciones que se le facilitaron para su manufactura, sino que hace falta que pasen la “prueba funcional”….. y, por tanto, funcionen. – En la cuestión de sistemas educativos tratada por el artículo, no basta con que los estudios aseguren que los estudiantes estén cualificados según ciertas “especificaciones” sino que deben pasar la “prueba funcional” de la "resolución creativa de problemas" para enfrentarse a la vida real….. Pero aquí, en España, seguimos sin atender la realidad de las cosas, preferimos los tópicos.
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