En estas fechas, la tradicional guerra por las listas sería el principal asunto sobre la mesa en los dos grandes partidos, que en esta ocasión tienen asuntos más complejos sobre la mesa
VALENCIA. La confección de las listas autonómicas es una de las batallas internas por antonomasia en todos los partidos políticos cuando se acercan unos comicios. La pugna, que suele comenzar meses antes de las elecciones, se antoja en esta ocasión más ardua que nunca en los dos grandes partidos -PPCV y PSPV- de la Comunitat Valenciana. Los sondeos apuntan a un peor resultado para ambos que en 2011, lo que supone menos escaños a repartir y, en este caso, la amarga incertidumbre de no saber si se podrá compensar a los fieles con puestos de mando en la Generalitat.
Sin embargo, apenas a 100 días de las elecciones y, por ejemplo, a un solo mes de que los socialistas diriman las candidaturas, este debate todavía no ha llegado a prender debido a la situación convulsa que viven las dos formaciones más poderosas de la Comunitat Valenciana por asuntos de mayor empaque como el futuro del propio Alberto Fabra o la crisis nacional del PSOE. Un estado de nerviosismo al que tampoco son ajenos los otros partidos favoritos para entrar en Les Corts, aunque algunos de ellos ya tengan decididas sus candidaturas.
Estos días, es un hecho que las direcciones estatales de PP y PSOE están manteniendo la tensión -por ser suaves- en las ramas territoriales de sus partidos. La formación 'popular' seguirá, según apuntaron este jueves fuentes oficiales, prolongando la incertidumbre sobre las candidaturas de Madrid y la Comunitat Valenciana al menos una semana más. Pese a que en el PPCV la gran mayoría da por seguro de que Alberto Fabra será el cabeza de cartel, parece que el líder valenciano deberá seguir soportando el desfile de candidatos ya confirmados por Génova sin escuchar su nombre.
La pasada semana fue José Antonio Monago, uno de los barones rivales de Fabra, el que fue confirmado como número uno en Extremadura. Este viernes, el comité electoral podría anunciar otros candidatos de dos o tres regiones entre las que no estará la valenciana. El argumento utilizado por el jefe del Consell las últimas semanas de que no había sido confirmado como cabeza de cartel "al igual que ningún otro presidente" se cae a pedazos. Y por gentileza de Mariano Rajoy, todo apunta a que seguirá recogiéndolos algunos días más.
Así pues, los días de sufrimiento para el jefe del Consell parecen llegar a su fin: una vez sea designado, si es que es así finalmente, tendrá que ponerse a lidiar con candidaturas de grandes ciudades todavía pendientes (Alicante, por ejemplo) y remangarse con las dichosas listas. Una composición, la de Les Corts, sobre la que algunos creen no tendrá un control ni mucho menos absoluto. Más días agitados para el líder del PPCV.
Al menos Alberto Fabra pudo ayer permitirse un respiro al ser preguntado por su candidatura: "El partido tiene sus plazos, tiene su proceso y tenemos que ser respetuosos. Es curioso, ayer (por el miércoles) comprobamos que otros partidos que tienen otras formas de elegir a sus candidatos resulta que no son respetadas y a la mínima resulta que cesan (en referencia al socialista Tomás Gómez) a los que en su día ganaron unas primarias". Gracias por la munición, le faltó decir al presidente del PPCV, que además de la parsimonia de Madrid se enfrenta a la fría relación con los barones de su partido.
No hay más tranquilidad en el PSPV-PSOE. La fiesta orgánica organizada este miércoles por Pedro Sánchez no apunta a ser beneficiosa -pese a lo que digan algunos sondeos- para la imagen de marca de los socialistas. Una decisión que, por cierto, el máximo responsable del PSPV, Ximo Puig, evitó respaldar de forma directa anoche en la entrevista concedida a Hora 25 en la Cadena Ser.
En cualquier caso, no es el único problema al que se enfrenta el candidato a la Generalitat, Ximo Puig, que en los sondeos públicos no termina de asegurar el puesto para su partido como segunda fuerza política en la Comunitat. Las encuestas internas, que existen pero no se han hecho públicas, son un misterio aunque no deben ser halagüeñas.
Con este panorama, y cruzando los dedos para que Pedro Sánchez, a ser posible, no tome otra decisión que ponga patas arriba el PSOE en al menos una semana o dos, Ximo Puig tendrá que enfrentarse a la difícil tarea de componer unas listas a Les Corts Valencianes en las que el número de puestos de salida van a ser más reducidos. Los 33 diputados que ostentan actualmente en la cámara serían firmados con los ojos cerrados a día de hoy en Blanquerías.
PODEMOS, EN EL CENTRO DE LAS MIRADAS
La rama valenciana del partido que lidera Pablo Iglesias también anda movida. Este sábado se conocerá el resultado de las elecciones a la secretaría general con dos candidatos en la lucha final: Antonio Montiel, el favorito de Iglesias y Claro que Podemos, y José María Copete, de Entre tots Podem y más cercano a los postulados de Pablo Echenique. La campaña se ha lidiado entre el tirón mediático de Montiel favorecido por la presencia y respaldo de responsables nacionales como Íñigo Errejón y las críticas por parte del equipo de Copete por el favoritismo explícito de la dirección estatal. Habrá que esperar a la resaca del proceso interno para ver si las aguas vuelven a su cauce.
También hay tensión en el proceso de Valencia de conformación definitiva de Guanyem de cara a las elecciones, donde podrían confluir Podemos y Esquerra Unida además de otros colectivos de diferentes ámbitos. Los documentos internos de Podemos revelados esta semana por el diario Levante-EMV apuntan a una estrategia -que lleva varias semanas trazándose- para dejar la plataforma -y echar la culpa a Esquerra Unida- si el resultado de la forma jurídica que se votará en la asamblea del domingo no resulta satisfactoria. Una evidencia de que el talante 'regenerador' de Podemos no está ni mucho menos reñido con el tacticismo propio de los viejos partidos.
En cuanto a Compromís, su proceso de confección de candidaturas ya sazonó la actualidad política valenciana semanas atrás, por lo que en este aspecto pueden respirar tranquilos. Esto no significa que no haya una calma tensa instalada ante el auge de Podemos, una circunstancia que empieza a generar cierto malestar en ciertos sectores de la coalición al ver cómo la formación de Iglesias acorta la progresión prevista. Algunos ya se plantean la necesidad de sacar los dientes para defender el espacio que ha logrado Compromís. Más nervios hay todavía en Esquerra Unida, que aparte de la tensión municipal en Valencia ciudad con la conformación de Guaynem, se enfrenta a sondeos que le sitúan al borde de no entrar en Les Corts. Ahora bien, EU acertó en cerrar su proceso de candidatos previamente evitando así escenificar una batalla interna a tres meses del 24M.
Por otro lado, a lo largo de los 100 días restantes el pulso entre UPyD y Ciudadanos (C's) apunta a seguir intensificándose. Una lucha cainita por un electorado similar, al que acompaña la emigración de dirigentes y afiliados de una formación a otra. El partido que lidera Albert Rivera, tiene por delante todavía varias preguntas que responder y los tiempos son ajustados: su candidatura a Les Corts no está perfilada todavía (solo la cabeza de lista, Carolina Punset) y tampoco tienen cabeza de cartel para Valencia ciudad. Algunos sondeos, especialmente los últimos nacionales, sitúan a C's por delante de la formación que lidera Rosa Díez. En la Comunitat, también algunos estudios apuntan como más probable la entrada de Ciudadanos en Les Corts que la de UPyD. A juicio de distintos dirigentes de otros partidos, también podría ocurrir que ambos quedaran por debajo del 5%. Nadie puede respirar tranquilo.
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