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VALENCIA. En las últimas semanas hemos hablado mucho de producto, tecnología, equipo...y sobre todo de dar cada día nuevos pasos para que tu idea se materialice a bajo coste y de manera rápida. Quiero hablaros de otro aspecto totalmente distinto a todo ello. Quizá sea el invierno o este temporal siberiano que me hace estar más reflexivo, pero hablando de nuevo de parar y respirar, creo que es muy importante hablar de la parte emocional que supone emprender.

Antes de nada, quiero volver a la parte educativa de todo esto. Howard Gardner, creador de la teoría de las Inteligencias Múltiples, defiende entre otra cosas que todas las personas podemos alcanzar nuestros objetivos, pero que cada uno de nosotros destacamos por encima de otros en alguna de estas inteligencias. Una de estas inteligencias, para mí la más importante desde que comencé está aventura, es la Inteligencia Emocional.

De repente tu vida se convierte en una montaña rusa he dicho en otras ocasiones o de repente la vida te golpea y te muestra que no te regalarán nada y que al final conseguir tus objetivos dependerá mucho del esfuerzo y de seguir la premisa el mundo es de los valientes. Un día estarás muy contento porque publicarán en medios de comunicación sobre tu proyecto, otro menos porque no consigues clientes o porque se complica todo de la noche a la mañana. Estarás noches sin dormir preparando documentación para inversores que luego te dirán que no, o que hablaréis más adelante...por eso al final, todo dependerá de cómo gestiones tu inteligencia emocional.

Creo que para ello no existe ninguna recomendación al respecto, pero si tuviera que dar alguna sería que aprendieras de tus errores y que sobre todo al final, la toma de decisiones es tuya y de tu equipo. Se abrirán muchas puertas y será muy importante que seas capaz de cerrar muchas y mantener abiertas las que de verdad importan. Y además, el nivel de exigencia del ecosistema será muy alto desde el minuto uno y muchas veces te preguntarás ¿todo el mundo tiene derecho a exigir cosas y yo no?

Con SchoolMars hemos aprendido mucho a base de seguir el camino y ser "aprendices de todo y maestros de nada". A veces nos hemos equivocado y a veces no pero lo importante es que hemos seguido avanzando (no todo lo rápido que nos hubiera gustado). De todo este aprendizaje, lo que más nos ha sorprendido es que de repente, un día te exigen dejarlo todo (sin nada a cambio). Es decir, dejas tu trabajo, tu dinero, tu tiempo, tu vida, tu familia o chica...y te das cuenta que esto de emprender no es ni tan bonito ni tan fácil como lo pintan.

Por eso, de tu toma de decisiones y de manejar tu inteligencia emocional dependerán muchas cosas. Mi consejo es que solo escuches y atiendas aquello que realmente entiende tu situación, tanto personal como profesional. Y a partir de entonces, emprende feliz, márcate objetivos e intenta cumpliros pero sobre todo disfruta mucho de todo lo que vas aprender por el camino.

Quizá sería mucho más fácil si tu familia o tu tuviérais mucho dinero, o si hubieras hecho un MBA en los EE.UU o vendido previamente otra idea o proyecto, o trabajado en una gran empresa,...pero creerme, no sería tan divertido. Tampoco todos los artículos de esta colección nos enseñarían herramientas de guerrilla para avanzar cada día y tampoco entonces, estaríamos hablando de "emprendizaje extremo".

En las próximas semanas quiero hablaros de muchas más cosas, a veces de reflexiones como esta y otras de nuevas herramientas como las que hemos ido viendo. Tengo preparado "cómo crear un video para tu Startup" o por ejemplo "cómo empezar con tu business plan y todo lo demás".