X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA

El Muvim como Museo de la Globalización

CARLOS GONZÁLEZ TRIVIÑO. 28/10/2014

"Si durante años el MuVIM se ha orientado con éxito a explicar la Ilustración y la Modernidad ¿por qué no habría de evolucionar para explicar la Globalización?..."

VALENCIA. Por sorprendente que pueda parecer, no existe en el mundo ningún museo mínimamente relevante dedicado a la Globalización. Existe una gran cantidad de iniciativas científicas y culturales que abordan este fenómeno de una u otra manera, pero ninguna institución hasta ahora se ha propuesto construir un relato museístico de la Globalización que pueda transmitir a grandes cantidades de público, en visitas limitadas a un lapso de tiempo, una mejor comprensión del mundo global en que vivimos.

La Diputación Provincial de Valencia ha publicado las bases del concurso público para el replanteamiento y la actualización tecnológica de partes significativas de la Exposición Permanente del MuVIM y ha establecido precisamente como nuevo marco de referencia para esa renovación el discurso de un nuevo concepto de museo de sociedad orientado a explicar la Globalización.

Cuando se habla de un Museo de la Globalización se habla de construir una experiencia cultural que recurre a todos los medios de investigación, documentación, exposición, crítica, didáctica y divulgación que son característicos de un museo, poniéndolos al servicio de la mejor comprensión social de una idea.

Una visita a un Museo de la Globalización debería mejorar nuestra comprensión de ésta del mismo modo en que una visita al Centre Pompidou puede mejorar nuestra visión del arte del siglo XX, o en que nuestro paso por el Museo de la Evolución Humana puede ilustrarnos respecto a este fenómeno.

A día de hoy, esta oferta museística sobre la Globalización no existe como producto cultural en el panorama internacional y el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad hace bien, por muchas razones, en apostar el proyecto de su necesaria concreción museológica a posicionarse en este segmento de actividad. Las razones de esta oportunidad son poderosas hacia dentro y hacia fuera.

El concepto de Globalización tiene hoy un magnetismo científico y una capacidad de explicación cultural mucho mayor que los de Ilustración o Modernidad, muy instalados en la literatura especializada, pero que aparecen abstractos y distantes frente al gran público. Además, en un sentido museístico, la Globalización es un espacio virgen y en blanco.

Si durante casi 13 años la exposición permanente del MuVIM se ha orientado con éxito a intentar explicar la Ilustración y la Modernidad ¿por qué no habría ahora de evolucionar para explicar la Globalización? Y aún más ¿por qué no podría el inmenso yacimiento de actividad y cooperación cultural que representa la Globalización, convertirse en la nueva seña de identidad de un Museo que -más allá de sus grandes logros particulares- tanto necesita una Identidad?

La Globalización es en cierto sentido un concepto privilegiado. Es capaz de inspirar el interés de las minorías especializadas en sus esfuerzos intelectuales por generar explicaciones científicas, pero al mismo tiempo conecta con las grandes audiencias, que lo reconocen y lo identifican con facilidad como un objeto de interés. Esta intersección

entre las preocupaciones del gran público y los especialistas es el campo abonado del museo contemporáneo, porque permite abordar la complejidad sin ejercicios de populismo cultural y transmitir conocimiento desde el rigor, pero sin incurrir en planteamientos inaccesibles o elitistas.

Los museos deben hacer su propia introspección en el contexto sociológico de una realidad que está cambiando tanto y en la que los ciudadanos exigen, con toda la razón, que las instituciones (no solo las económicas y políticas, también las culturales) se pongan claramente a su servicio. Esto es lo que se exige a un Museo de Sociedad. Hacer un permanente ejercicio de actualización, de participación, de transparencia, de servicio público, de democracia cultural. Las mismas preocupaciones que están presentes en la sociedad deben hacerse presentes en el interior de los museos y puede decirse que hoy pocos fenómenos condicionan tanto nuestro presente y nuestro futuro como la Globalización.

Hoy en día es inevitable la fusión en una única dimensión de gestión museística del espacio público museo, el espacio público urbano, el espacio para el uso público de la razón y el espacio público de la participación digital.

Ya se hable del permanente contagio cultural, financiero y político, del alcance global de la tecnología y las redes sociales, de la movilidad laboral a escala planetaria, de  la internacionalización económica y empresarial, de la logística mundial, del auge global de las ciudades, de los intercambios científicos y universitarios, de la cooperación al desarrollo, del arte global, del cambio climático, de los flujos migratorios, o del simple trasiego humano cada vez más masivo entre países, territorios y gentes dentro de un mismo tablero de juego global, un Museo de la Globalización podría representar para los valencianos una oportunidad panóramica de instalarse con más claridad en las dinámicas que dan su identidad al mundo en que vivimos.

Antes de que la fundación del IVAM proporcionase al público valenciano un acceso generalizado al arte moderno, la visión cultural que en nuestra ciudad se tenía del arte (sin contar los círculos minoritarios) permanecía aún muy instalada en el siglo XIX. Ya bien entrado el siglo XXI, la vida cultural de nuestra ciudad todavía parece estar anclada en muchos aspectos del extinto siglo XX. La sociedad valenciana necesita grandes ventanas culturales que le den la perspectiva real que ha adquirido nuestro mundo en esta época de alcance global.

Como en el ejemplo del IVAM, no se trata de facilitar el acceso de unas minorías a visiones críticas que éstas pueden proporcionarse a sí mismas por sus propios medios. Se trata de utilizar la enorme capacidad científica y divulgativa de los museos para familiarizar al conjunto de una sociedad con una realidad que ya esta ahí, con sus riesgos y con sus oportunidades. Realidad que en ningún caso disminuirá su influencia por nuestra ignorancia de la misma.

Si esa experiencia cultural se diseña con calidad, con imaginación y con rigor, el público objetivo de la oferta de un Museo de la Globalización podría llegar a ser tan amplio como para interesar a cualquier ciudadano del mundo con inquietudes por conocer el significado de la misma. Lo cual podría implicar objetivos turísticos de proporciones considerables para la ciudad de Valencia y la Comunidad Valenciana.

Comprender la Globalización es la mejor manera de comprendernos a nosotros mismos.  En lo general y en lo particular. En lo global y en lo local. Los perfiles propios de nuestra lengua, nuestra cultura y nuestra historia deben hacerse objeto del mejor aprecio mediante un diálogo constructivo, a través de una imagen capaz de hacer brillar aquello que nos diferencia por contraste a lo que también nos une a los demás pueblos de España, de Europa y del resto del mundo.

Por esta razón la Globalización es el mejor interlocutor con el que podemos construir un discurso de la identidad moderna, positiva e integradora de lo que representa la singularidad del pueblo valenciano.
________________________________________________________
*Carlos González Triviño es abogado, filósofo y autor del informe '¿Un Museo de la Globalización? Una hipótesis para el futuro del MuVIM'

Comparte esta noticia

1 comentario

quevienequeviene escribió
28/10/2014 11:21

¡Muy buena idea! Esta sociedad tiene que despertar, abandonar el localismo castrador de los nacionalistas ochenteros y abrazar nuevos paradigmas. Hay que trasladar a la sociedad lo que está pasando y las oportunidades (y riesgos) que la globalización nos ofrece.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad