VALENCIA. El diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung también ha caído seducido por Valencia y su cocina. El prestigioso periodista Jakob Strobel y Serra publicó hace apenas diez días un largo artículo de dos páginas que, al igual que The Guardian el año pasado, ensalza las virtudes de la ciudad como destino turístico. En él diserta sobre la cocina valenciana bajo una premisa que constituye toda una invitación al turismo low cost al que parece haberse abonado la ciudad: "Se puede comer fabuloso por poco dinero".
Escrito con elegancia y precisión, recorre los templos gastronómicos más obvios, desde El Canyar hasta Casa Montaña, con parada incluida, cómo no, en Ricard Camarena, que es descrito por el periodista como un "modesto muchacho" y "el mejor chef de la ciudad" y una visita al restaurante Vertical. Elogios a la Catedral de Valencia, alusión a los Goyas de la misma o sus gárgolas obscenas, al Mercado Central que califica como quizás "el mercado cubierto más hermoso de España", todo el recorrido por la ciudad es un catálogo de lugares tan imprescindibles como tópicos. Y con una descripción para enmarcar: Para el periodista Valencia "es un grandioso compendio de pathos y ligereza, pretenciosa elegancia y arquitectónica megalomanía que ignora todo lo que está a su alrededor con un orgullo que roza la soberbia".
El reportaje se inicia con una brillante y atinada descripción del muro de la fama del restaurante El Canyar. El periodista resalta como las paredes están llenas con retratos de personajes como "los Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, Octavio Paz y Dario Fo, el James Bond Daniel Craig, Zubin Mehta, Plácido Domingo, Yoko Ono, Rudolf Nureyev, Jeremy Irons, Michael Schumacher", así como "hordas de jugadores de fútbol, legiones de toreros y algún que otro director de Hollywood". "Todos comieron en el tradicional restaurante El Canyar (...) y ahora cuelgan en simples marcos en las paredes, no como trofeos de vanidad, sino como una especie de álbum familiar", escribe Strobel.
El gastrónomo alemán, además de realizar una preciosa descripción del local, destaca también el hecho de que en este restaurante las comidas siguen "el canon de las tradiciones gastronómicas locales", algo que como apunta tampoco es malo porque sería "un sacrilegio" hacer cocina experimental con la "sensacional" gamba de Dénia.
CASA MONTAÑA, LA CUEVA DE LA 'VINOFILIA'
Junto a este local, otros espacios reseñados son Casa Montaña, "en el antiguo barrio de pescadores con sus casas bajas y veredas angostas", y el puesto de Ricard Camarena en el Mercado Central. Del primero incide en que está en funcionamiento desde 1836 así como la variedad de su bodega, que "no se trata de una bodega de vinos", sino que "es una cueva de Ali Babá de vinofilia, un tesoro con ochocientos artículos" que incluye hasta vinos Pétrus de 5.500 euros por botella. Lo describe como "un Bar del barrio (en castellano) con tapas de nivel de alta cocina, un bar de la esquina con las ventas de vino en barrica y una carta de vinos como en un hotel".
La visita al puesto en el Mercado Central de Camarena comienza con una descripción del edificio, al que califica de "brillante catedral del santo espíritu del buen gusto", "magnífico edificio del art nouveau valenciano con una rotonda que como es un panteón y pasillos como en una basílica". La descripción de los productos que se venden en el Mercado Central ("los tesoros que se guardan aquí") antecede al encuentro con Camarena, "el mejor chef de la ciudad", que "se ha inspirado en la cocina popular de su tierra natal".
A la hora de elegir la paella el periodista apuesta por Casa Carmela "un sencillo restaurante familiar en la playa", al que describe como "guardián de la verdadera paella". Una descripción de cómo se hace una que pasaría el examen de los expertos de la Wikipaella, con sus ingredientes correctos, antecede a su inmersión en el centro histórico donde, curiosamente, hace especial hincapié en el Grial de la Catedral de Valencia.
En una inevitable comparación para sus compatriotas, el reportero califica a Valencia como una "Barcelona de bolsillo, pero sin plaga de turistas". Asimismo, resalta los "300 días al año" que "el cielo está despejado", que hacen que Valencia sea "la ciudad más soleada de Europa".
SOL E HISTORIA
Sol e historia constituyen dos de los puntos más relevantes de la ciudad para el periodista que se recrea en descripciones llenas de lujo de detalles de las puertas de los palacios valencianos, "lo suficientemente anchas para un carro y lo suficientemente altas para un caballero con casco y alabarda", o de "los orgullosos monumentos del Renacimiento del siglo XV, cuando Valencia vivió su apogeo".
Tras apuntar que es la ciudad natalicia de los papa Borja ("que cosecharon fama sanguinaria más tarde bajo su nombre italiano, Borgia"), destaca que esta familia "trajo el Renacimiento hasta Valencia", y que los comerciantes culminaron "la edad de oro" con la Lonja de la Seda, "el más grande de todos los monumentos".
Y recuerda que la ciudad perdió su condición de puntera con el descubrimiento de América. "La suerte de Valencia terminó a las dos de la mañana del 12 de octubre 1492 como un rayo: En esa hora, el marinero Rodrigo de Triana gritó: ‘Tierra a la vista'. América fue descubierta. El Mediterráneo perdió su condición como Mare nostrum de los tres grandes océanos. Valencia se convirtió en una ciudad de provincias", apostilla.
El reportaje se realizó durante la celebración de la última edición del proyecto Cuina Oberta, del cual el editor de viajes del periódico alemán destaca que participan cuatro restaurantes con una estrella Michelín a precios muy baratos. Esta presencia forma parte de los viajes patrocinados por la Fundación Turismo Valencia, que esta institución organizó en junio en colaboración con Lufthansa. Frankfurter Allgemeine Zeitung vende más de 370.000 ejemplares diarios y es leído por más de un millón de personas.
Sería genial que alguien pudiera traducir el artículo...
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