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VALENCIA. Cuando este lunes, primer día de septiembre y, por tanto, final oficial de las vacaciones de verano, los empresarios más influyentes de este país regresen a sus despachos regresarán a una rutina que han cambiado durante una semanas. Sin embargo, el veraneo de las grandes familias valencianas -lo que se podría denominar la burguesía valenciana en caso de que ésta hubiera existido- va más allá de unas semanas de sol y playa. 

Concentrados fundamentalmente en dos puntos concretos de la costa de la Comunitat Valenciana, Benicàssim en el norte, Dénia y Xàbia (y alrededores) en el sur, los veranos de estos dirigentes empresariales o de los políticos que comparten con ellos urbanización o villa anexa, se han convertido en dos polos de poder donde las conversaciones más o menos informales que se establecen cuando coinciden en alguno de los lugares habituales, devienen en un juego de relaciones personales y estrategias que se traducirán a lo largo del año en las altas esferas del poder autonómico.

ValenciaPlaza.com se ha acercado a Benicàssim y a Xàbia, centros neurálgicos del verano del poder, con permiso de otros emplazamientos como la Virgen de la Vega (el gran y discreto retiro en el interior, uno de los favoritos de los miembros de lo que fuera sector financiero valenciano), visitado este verano por los González Pons, Grau, Quesada... o Dénia, capital del veraneo de dirigentes socialistas y 'progres' en general, y Calp, en cuyo club marítimo 'aparcan´alguno de los yates mas deslumbrantes de la costa.

Lugares en los que los políticos y la parte más influyente de la sociedad valenciana se encuentran en pantalón corto y chanclas. Una vestimenta informal que no debe llegar a engaño. Grandes acuerdos que han marcado el futuro de esta Comunitat se cerraron a bordo de un yate en la costa de La Marina o en uno de los exclusivos chalés de la urbanización de Les Platgetes.

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