VALENCIA. Los socialistas valencianos sufrieron el pasado 25 de mayo una nueva decepción electoral. Aunque las expectativas del PSPV-PSOE en cuanto a diferencia con el PPCV (fueron 7,5 puntos) sí entraban dentro de sus previsiones, esperaban una distancia más estrecha y, sobre todo, un porcentaje de voto superior al 21,6% logrado.
Mientras el presidente de la Generalitat y líder del PPCV, Alberto Fabra, ha realizado un par de cambios relevantes en Consell y partido, esto último tras recibir la orden de la dirección nacional, desde la formación socialista liderada por Ximo Puig no se ha afrontado ninguna decisión de calado hasta el momento.
El mal resultado del PSOE en España (un 23% de los votos) ha precipitado una crisis en el partido de la que saldrá un nuevo secretario general elegido por todos los militantes y una Ejecutiva nacida de un congreso extraordinario que se celebrará el último fin de semana de julio. Ahora bien, este movimiento en la formación socialista no ha tenido una respuesta en la federación valenciana, donde en diversos cuadros del partido se critica la falta de reacción por parte de Ximo Puig.
El caso más sangrante, y al que hacen mención los dirigentes críticos con el secretario general del PSPV, es el de las grandes ciudades y, en especial, Valencia capital. El 16% logrado en las urnas es un pobre balance, muy por debajo de la media autonómica, y dejó patente las dificultades de movilización y respaldo que tienen los socialistas en la ciudad. No fue el único gran municipio donde el PSPV tuvo un resultado flojo: tampoco en las otras capitales de provincia se cosecharon buenas cifras, así como en general en los municipios de más de 50.000 habitantes. Los socialistas valencianos sí consiguieron, en cambio, datos aceptables en localidades medianas pero no así en los pueblos más pequeños.
El resultado en Valencia y la impresión en las filas socialistas de que Puig no moverá ficha, ha elevado la presión de los críticos en la capital. El concejal Pedro Sánchez, alineado en las primarias abiertas con Toni Gaspar, ya ha mostrado su interés por pelearle la candidatura al actual portavoz local, Joan Calabuig, y a él podría unírsele como aspirante el diputado Juan Soto, perteneciente a la corriente Izquierda Socialista y crítico con la actual dirección. Ante esta situación, las fuentes socialistas consultadas opinan que Puig va a mantenerse firme en su respaldo a Calabuig, aunque la situación es delicada y nadie se atreve a asegurar que termine siendo el candidato.
En este sentido, la alarmante crisis en las grandes ciudades, que el propio Ximo Puig reconoció esta misma semana en rueda de prensa, no se ha traducido hasta ahora en ninguna decisión global. El secretario general de los socialistas valencianos subrayó el pasado martes en rueda de prensa que internamente se había encargado un análisis profundo de los resultados, además de reunirse junto a responsables provinciales y comarcales para buscar fórmulas para fortalecer el partido. Por el momento, ningún movimiento en lo que se refiere a 'caras' excepto la dimisión de José Manuel Orengo (vicesecretario del PSPV) como líder de los socialistas de Gandía, animando a la concejal Diana Morant a presentarse como sucesora.
LES CORTS VALENCIANES: SIN SACAR PARTIDO ANTE LA DEBILIDAD DEL PP
También preocupa en diversos sectores del partido la falta de 'punch' del grupo parlamentario socialista en Les Corts. La ausencia de Ximo Puig en la cámara, dado que es diputado nacional y no autonómico, carga el peso del discurso socialista en la espalda del síndic, Antonio Torres. Pese a la debilidad que evidencia el PPCV en el hemiciclo, con diputados elegidos por Camps que no reciben juego, incorporaciones recientes tras la salida de parlamentarios procesados, imputados, falta de fortaleza en la dirección y un discurso poco sostenible, los socialistas no terminan de sacar rédito y se ven superados a menudo por los aguerridos diputados de Compromís y Esquerra Unida.
Ante esta situación, no son pocos los que opinan que, aprovechando el mal resultado electoral, Ximo Puig debería apostar por hacer algún cambio en el grupo parlamentario. Uno de los nombres que más se repite si se pregunta sobre los mejores oradores en la bancada socialista es el del exportavoz municipal Rafael Rubio. Sin embargo, una vez más, las diversas fuentes consultadas creen que Puig no hará cambios.
EJECUTIVA DEL PSPV: GRANDE PERO DISPERSA
Tampoco la dirección socialista termina de carburar. La macroejecutiva diseñada por Puig, con cerca de 70 miembros, cumplió, a través del reparto simbólico de cargos, el objetivo de legitimar su victoria en el congreso de 2012 frente a Jorge Alarte. Sin embargo, según apuntan fuentes socialistas, el empaque numérico del organigrama no se ha traducido en un bloque compacto y efectivo, sino que más bien se ha caracterizado por una dispersión de sus miembros hasta el punto de que aparte del núcleo del secretariado, pocos son los responsables de área que se mueven por iniciativa propia. Lo más probable, en cualquier caso, es que tampoco haya cambios.
PROBLEMAS DE DISCURSO: ENCAMINADOS A UN CONGRESO Y CON EL DEBATE MONÁRQUICO DE FONDO
El escenario tampoco está ayudando a Ximo Puig. La debilidad de la marca PSOE está lastrando a la federación valenciana. El congreso extraordinario convocado por Alfredo Pérez Rubalcaba volverá a sumergir a los socialistas de toda España en un proceso orgánico en el que, en una formación como esta, conlleva desgaste y consumo de energías. El propio paso al frente del líder del PSPV, revelando su apoyo a Susana Díaz, ya ha levantado ampollas entre ciertos dirigentes y militantes.
Por otro lado, arrecia el debate tras la abicación del rey en las filas socialistas. Puig trató de atajarlo proponiendo una reforma constitucional sin poner el foco en la continuidad de la monarquía. Sin embargo, las corrientes críticas u organizaciones como Joves Socialistes, vienen promoviendo un discurso de corte republicano que va en la línea de la reivindicación de un referéndum como ha solicitado Izquierda Unida.
En definitiva, Alberto Fabra no es el único responsable político que tiene problemas en la Comunitat Valenciana. Su rival directo, el socialista Ximo Puig, tiene ante sí la oportunidad única tras casi 20 años de recuperar el gobierno de la Generalitat para el PSPV-PSOE, pero incluso en su propio partido dudan de las condiciones en las que se puede alcanzar ese objetivo si no se aplica algún tipo de impulso y, al mismo tiempo, desde las corrientes más críticas con su gestión y trayectoria quieren aprovechar este momento para reivindicar sus aspiraciones.
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