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VALENCIA. La reestructuración del sistema financiero español y valenciano ha dejado muchas cicatrices en la Comunitat Valenciana, pero una de las más cotidianas ha sido el cierre de 1.730 oficinas, más de un tercio de las que había antes de la crisis. Aunque es en la periferia de las ciudades donde más difícil es su arrendamiento, en el centro se ha empezado a producir una ocupación paulatina de estos locales para otros fines.

Desde 2008, la caída en el número de sucursales ha sido de un 35% en Valencia, una cifra que se sitúa casi en la media autonómica, que es del 34%; frente al 32% de Alicante y el 38% de Castellón, según el último boletín del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF).

En el caso de la zona centro de la capital, calles como Pintor Sorolla, Colón o Gran Vía Marqués del Turia han sido zona cero de este desplome. Sin embargo, pasados más de cinco años desde el inicio de la crisis, las cadenas de moda, restauración y las franquicias nacionales e internacionales están empezando a tomar el relevo en las últimas fechas.

Aunque no se puede hablar de una reacción fulgurante, distintas fuentes inmobiliarias advierten que ya se puede hablar de un cambio de tendencia, por lo menos en los mejores emplazamientos en zonas asentadas en actividades vinculadas al retail o nuevas apertura de firmas que buscan abrirse camino en Valencia.

CAMBIO DE INQUILINO

Éste ha sido el caso de la sede del Banco Gallego en la esquina de la calle Pintor Sorolla y la plaza Alfons el Magnànim, comercializado por Olivares & Gallo. La cadena de clínicas dentales Dentix abrirá allí su segundo centro en la ciudad, tras su desembarco hace unos meses en el bajo de la antigua Mantequerías Castillo, en la esquina de la calle Ruzafa y la Gran Vía Marqués de Turia.

En el caso de la calle Colón, la antigua oficina de Banco de Valencia del número 20 es ahora una tienda de moda de la cadena Punto Roma, mientras que la histórica sede del Banco Zaragozano (adquirido por Barclays Bank) de la plaza del Ayuntamiento acogerá la primera tienda experiencial y restaurante del Valencia Club de Fútbol.

Fugaz fue el paso Caja España por el número 22 de la plaza del Ayuntamiento. Abierta en la cúspide de la burbuja, la evolución de los acontecimientos llevó al cierre a los pocos meses. Actualmente ocupa el local un centro auditivo, después de pasar por distintas manos.

ESPACIOS DISPONIBLES

Sin embargo, queda por encontrar ocupante para puntos destacados como la sede de Sa Nostra en la plaza Alfons el Magnànim, la antigua dirección territorial de la CAM en Valencia de la calle Pascual y Genís o la antigua sede de Caja Madrid, todo un edificio en la calle Pintor Sorolla para que el que se le está buscando alternativas.

Sin embargo, fuentes inmobiliarias reconocen que la abundancia de oficinas en los tiempos de la bonanza y la rapidez del redimensionamiento, unido a la situación general de la economía no está facilitando el reciclaje de estos espacios.

Aunque se rige por otros parámetros, también las aseguradoras están moviendo sus piezas en las vías principales. Si hace un tiempo que Santa Lucía decidió racionalizar sus costes y dejar la esquina de la calle Barcas con Don Juan de Austria para mudarse a Gran Vía Germanías, otras han preferido mudarse a una acera con más tránsito.

Éste ha sido el caso de Mutua Madrileña, que ha abierto sus puertas los bajos dle Edificio Lucini de Enrique Ballester en la peatonal Doctor Romagosa, tras dejar el edificio que tenía en la Pintor Sorolla, frente a las paradas de autobús de El Corte Inglés.

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