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VALENCIA. Las primarias abiertas celebradas por los socialistas valencianos han resultado un éxito de participación que pocos preveían. Más de 54.000 personas, un 83% de los inscritos, acudieron a las urnas para decidir el candidato a la Generalitat del PSPV. El proceso, al margen de los beneficios que ha reportado en cuanto a aumento de simpatizantes para los socialistas, ha supuesto una operación de marketing político para los aspirantes y, en especial, para el vencedor: Ximo Puig.

Desde hace meses, el secretario general del PSPV fue el principal interesado en, no solo adelantar el proceso, sino en que se consiguiera que las primarias fueran abiertas, algo que generaba dudas incluso miembros de su entorno. Un objetivo que consiguió pese a las reticencias de otras federaciones autonomicas y de la propia dirección federal del partido. Culminado el proceso, la sensación en el PSPV es que los riesgos asumidos y la búsqueda de nuevas fórmulas de participación han merecido la pena.

Las primarias de los socialistas valencianos, al margen de ofrecer un pequeño respiro al PPCV al apartar mínimamente el foco sobre esta formación, no han implicado el suministro de munición esperado en el partido que lidera Alberto Fabra. El proceso, deficiencias aparte, no se ha convertido en una guerra 'sucia' entre los candidatos, algo que a los populares valencianos les habría permitido socavar la credibilidad de su principal rival.

Ante esta eventualidad, el secretario general del PPCV, Serafín Castellano, dejó entrever este lunes la estrategia a seguir desde su partido ante el ya candidato socialista. "Puig ya no tiene excusas para sentarse a hablar con el partido de Gobierno porque hay propuestas muy importantes que preocupan a la sociedad", subrayó, en referencia a la reforma de la Ley electoral propuesta por Fabra, la creación de empleo o la Ley de transparencia, entre oros asuntos.

PROPUESTAS IDEADAS PARA LOGRAR VENTAJA EN EL DEBATE 

Desde hace meses, el PP valenciano viene insistiendo con medidas como la reducción de diputados o ahora la reforma de la ley electoral para implantar la elección directa de diputados, iniciativas que necesitan para ser aprobadas de la colaboración del principal partido de la oposición. 

Así, la estrategia elaborada por el número dos de Fabra va encaminada a que especialmente el PSPV se 'retrate' en propuestas que, a su juicio, denotan austeridad y fomentan la participación. Si los socialistas se avinieran, el PP ganaría la fotografía de un pacto impulsado por ellos mismos. De lo contrario, y esto es lo esperado, el rechazo a estas medidas por parte del PSPV servirá como argumento ofensivo en el discurso de los populares.

En cuanto al proceso desarrollado por los socialistas y la participación en el mismo, Castellano puntualizó que 55.000 personas -el número de participantes en las primarias del PSPV- viene a ser "una tercera parte de los militantes que tiene el PP, con 150.000 personas que participan en todos los congresos". "Aún les queda camino que recorrer, pero si están satisfechos pues está bien", apostilló.

Un discurso de superioridad que no entierra el debate interno sobre el camino que debe tomar esta formación. Y es que en el PPCV ha habido voces, como la del alcalde de Calpe y vicesecretario general del PPCV, César Sánchez, que han hablado de mayor participación y aperturismo en los procesos listas de su formación, duración de mandatos y también cambios en el ámbito interno de la formación popular, caracterizada por un férreo control y donde predominan las designaciones directas. 

Con Compromís también inmerso en un proceso similar aunque en este caso de cara al candidato a las elecciones europeas, el buen resultado cosechado por los socialistas valencianos en sus primarias abiertas, eleva las dudas en el eterno rival, cuya férrea jerarquía interna amenaza con quedar anticuada a corto plazo como ya apuntaron los expertos consultados por ValenciaPlaza.com.