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VALENCIA. Aunque todavía son muchos los riesgos que sobrevuelan en el horizonte y aconsejan cierta cautela, todo apunta a que 2014 marcará un punto de inflexión hacia una nueva etapa de prosperidad, dejando atrás un lustro de crisis en el que empresas y familias se han visto golpeadas con especial virulencia.

Desde el pasado verano, ha mejorado el clima general de confianza fruto de una serie de factores, dentro y fuera de nuestras fronteras, que hacen pensar que hemos dejado atrás lo peor de la crisis: aumentan las exportaciones, se ha recuperado la competitividad perdida en los años del boom, la balanza comercial arroja superávit, el PIB de los últimos trimestres avanza, los inversores extranjeros vuelven a invertir en España...

Este cambio de tendencia ha contribuido a que la prima de riesgo se reduzca por debajo de los 200 puntos básicos y que mejore notablemente el clima de confianza en los mercados de renta variable.

Este nuevo escenario afecta a la estrategia de inversión de los inversores, que en los años venideros tendrán que asumir más riesgos si quieren obtener rentabilidades razonables. Los depósitos u otros productos de riesgo limitado, que en los últimos años pagaron intereses elevados, han dejado de resultar interesantes para los clientes. En cambio, los fondos de inversión, la inversión directa en bolsa o las sicavs emergen como los vehículos más atractivos para invertir. Esta tendencia se mantendrá en los próximos ejercicios.

El inversor se ve obligado a asumir más riesgos en un entorno todavía complejo, marcado por una alta volatilidad y cambios regulatorios, lo que hace especialmente compleja la toma individual de decisiones de inversión. Por este motivo, hoy más que nunca para los clientes de banca privada resulta crucial contar con un buen asesoramiento patrimonial y saber en manos de qué entidad delegan la gestión de un patrimonio que, en muchos casos, es fruto de un gran esfuerzo empresarial o profesional. Es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos las entidades financieras especializadas en Banca Privada.

El otro gran reto del sector pasa por recuperar la confianza de los clientes. La banca es un negocio basado en la confianza, pero determinados errores del pasado y la reestructuración del mercado financiero español, en general, y valenciano, en particular, no ayudan precisamente a que el cliente confíe ciegamente en su banco. Adicionalmente, la desaparición de algunas de las principales entidades valencianas y los procesos de ajuste en los que están inmersas el resto de firmas han dejado "huérfanos" de bancos y gestores a muchos de los clientes valencianos de banca privada.

Y hay que tener en cuenta que, cada vez más, este cliente presta atención a cuestiones como la solvencia. Quiere estar en una entidad que le ofrezca seguridad y garantía de continuidad en el servicio, lo que exige vocación de ser su Banco en el largo plazo, es más, incluso en la próxima generación.

Todos estos cambios brindan una oportunidad única de crecimiento para las entidades sanas, entre las que Bankinter es un jugador destacado. El banco puede presumir de ser uno de los líderes en banca privada, con una cuota de mercado y un patrimonio gestionado (18.300 millones de euros en activos y 22.281 clientes) muy superior al que ostentan otros bancos de mayor tamaño. El mejor botón de muestra es la gestión de sicavs, donde Bankinter es la tercera mayor firma del sector, con 293 sicavs y una cuota superior al 10%, y la que más creció y obtuvo mayor rentabilidad en 2013.

Este éxito es fruto de muchos años en los que Bankinter ha sido prudente en la gestión del riesgo, ha preservado la solvencia, ha primado la transparencia en la relación con el cliente y ha apostado por el asesoramiento personalizado a cada uno de ellos. Además, hemos reforzado los equipos de gestores y ampliado nuestra cartera de productos y servicios especializados, buscando siempre proporcionar el mayor nivel de asesoramiento en lo que es la gestión integral del patrimonio.
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Mauro Herrera es director comercial de la red de Oficinas de Bankinter en Valencia y Castellón