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DE LA HERENCIA DE CAMPS AL FUTURO DE FABRA

El poder de la minoría y
la guerra segura en el PPCV

X. AGUAR. 26/12/2013

La dirección y estrategia de Fabra conducen a la formación popular a una batalla final donde la única duda que existe es de si la contienda se producirá a corto o largo plazo 

VALENCIA. Desde hace años, se suele augurar en el PP de la Comunitat Valenciana una gran guerra que, finalmente, nunca llega a producirse. Las escaramuzas personales o las pequeñas batallas territoriales sirven como válvula de escape para liberar una olla presión que lleva en los fogones casi una década, desde que Francisco Camps se convirtiera en presidente y sus afines se enfrentaban a los llamados zaplanistas. Aunque los enfrentamientos en aquella etapa fueron muy duros, estos se llevaban a cabo desde posiciones de gobierno, una circunstancia que en el última instancia permitía regresar a unos cuarteles protegidos por las responsabilidades públicas.

Sin embargo, y diversos cargos del PP coinciden, esta batalla postergada durante años, y que tiene como trasfondo la carencia de democracia interna dentro de la formación, apunta a dirimirse en un futuro no muy lejano. Y tal vez, según han apuntado varios sondeos, fuera del paraguas de las instituciones públicas.

La llegada de Alberto Fabra al poder, fruto de una decisión adoptada desde Madrid por la dirección nacional del partido, implicó un giro radical en los focos de poder del PP valenciano. Ahora, casi dos años y medio después, el líder ha tomado un camino que, gane o no las elecciones, no será pacífico y sosegado: habrá conflicto más tarde (tras los comicios autonómicos) o más temprano (después de las europeas).

Serafín Castellano y José Císcar

El líder del PPCV ha dado galones de forma definitiva, con los últimos cambios en Presidencia, al secretario general del partido, Serafín Castellano. El presidente ha fiado así su estrategia global política al de Benisanó, un dirigente duro, trabajador y con experiencia, aunque con el hándicap de tener rivales potentes enfrente como Alfonso Rus o José Císcar y que poseen, sobre todo en el primer caso, mucha más tropa que él. Es decir, Fabra ha dado poder a la minoría.

La consecuencia de ello, y así lo apuntan diversas fuentes populares, será un conflicto a gran escala en un momento todavía por determinar. Si las elecciones europeas se resuelven con un resultado aceptable para los populares valencianos, Fabra ganará tiempo y oxígeno para afrontar con cierta estabilidad la gran cita en las urnas de 2015. Si los comicios señalan unas cifras especialmente malas en la Comunitat Valenciana, las conspiraciones que han venido fraguándose en las últimos meses podrían recobrar vida. 

Ahora bien, todo apunta a que tanto si el presidente Fabra consigue mantener el mando tras las eleccione autonómicas como si no, en el seno del PPCV se producirán, fruto del nuevo orden diseñado por el líder, las luchas de poder aplazadas durante los últimos años.

Betoret, Rus, Fabra, Margallo y Barberá

Así, si Fabra vence en las urnas y repite como presidente de la Generalitat, Castellano no desaprovechará la ocasión -ya lo ha intentado esta legislatura- de aglutinar mayor poder territorial en detrimento del presidente provincial de Valencia, Alfonso Rus, y de su homólogo en Alicante, José Císcar. Esto, indudablemente, llevaría a una guerra interna en el partido en la que, curiosamente, los que ostentan los puestos altos en el organigrama regional no poseen -a día de hoy- la mayoría. Aunque en el PP el peso de la jerarquía suele prevalecer, conviene no olvidar casos como el de José Joaquín Ripoll, próximo a Eduardo Zaplana, que aguantó como líder provincial de Alicante las acometidas de Camps durante años.

En caso de que Fabra no consiga la victoria en las urnas y el PP salga de la Generalitat, se activarían los críticos con su gestión. Ahora bien, se produciría la situación de que, previsiblemente, el grupo parlamentario popular estaría controlado aparte de por Fabra, por el propio Serafín Castellano, que tratará de aumentar su influencia incluyendo a más dirigentes de su cuerda en la próxima candidatura autonómica. Con lo cual, la pelea entre los que quieren mantenerse pese a la derrota y los que buscan una renovación en el partido estaría servida. Unas perspectivas que, dentro del partido, han incrementado la sensación de que la gran batalla interna en el partido todavía está por venir.

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1 comentario

Jesusa marita escribió
26/12/2013 16:12

Pues sí todo lo que aportan los del PP es "hacerle la cama" al presidente y al secretario de su partido, no hace falta destinar sueldos públicos a eso. Que se dediquen a trabajar de una vez, y, no a cerrar teles, avalar clubs de fútbol, o, no resolver licencias de radio....

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