MADRID. Ya conocemos los resultados de la esperada subasta eléctrica, y digo esperada porque el escaso margen de maniobra del Gobierno para asumir la parte a la que se había comprometido ha dejado encorsetados tanto a compañías eléctricas como a los consumidores. Tuvo que elegir el Ejecutivo entre el déficit de tarifa eléctrico o el déficit general del Estado y finalmente venció su compromiso con Europa y los datos macro.
La retirada de 3.600 millones de euros de ayuda para solventar este déficit ha causado que en la subasta de este jueves, las compañías tuvieran que elevar el precio un 26% para poder cubrir ese hueco.
Pero los problemas no se solucionan con lamentos sobre el pasado sino con pasos hacia el futuro, así púes la pregunta ahora debería ser ¿Qué podemos hacer para solucionar este problema?
La variedad y cantidad de las posibles respuestas serían suficientes para escribir un libro, podríamos directamente asumir ese déficit vía impuestos indirectos o incluir un porcentaje del beneficio de estas compañías al sobreentender que ese beneficio lo que provoca es una elevación excesiva del precio óptimo. Sin embargo, creo que estas medidas únicamente serían sostenibles en el muy corto plazo y no solucionaría realmente el problema.
Los avances en la mejora económica han venido, generalmente, de la mano de dos fuertes pilares; por un lado la competencia y por otro la innovación. Sin estos dos componentes no podríamos haber disfrutado de las condiciones económicas actuales y seguiríamos anclados en el feudalismo.
La manera de conseguir mejorar la competencia es atraer más competidores al mercado, esto será posible si conseguimos liberalizar el sector y garantizar una estabilidad normativa para todos los participantes. Es muy importante construir las condiciones necesarias para que no sean únicamente grandes empresas quienes puedan acudir a este mercado, si conseguimos que empresas de menor tamaño compitan, aunque fuera de manera local, habremos dado un paso adelante en este aspecto. La competencia obliga a todos los agentes a mejorar sus procesos internos para poder liderar el sector, es una mejora global que se transmitiría en mejores resultados en todos los aspectos.
La segunda clave, muy importante en el mercado energético, es la innovación. Con innovación no me refiero a subvencionar energías no rentables, sino a conseguir desarrollar tecnológicamente esos métodos haciéndolos rentables y que finalmente sean los elegidos para proporcionar la energía.
Innovación y competitividad son siempre las claves para el progreso, y en el caso que nos ocupa los ingredientes suficientes para armar este rompecabezas.
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*Gustavo Martínez es analista de XTB Online Trading
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