VALENCIA. En las últimas semanas han aparecido en diversos medios de comunicación algunos bien fundados comentarios emitidos por profesores de facultades de medicina públicas de nuestra Comunidad clamando por el alarmante aumento del número de facultades privadas de Medicina en la Comunidad Valenciana.
La realidad es que con la ley en la mano este incremento de facultades no tiene, en principio, ningún cuestionamiento legal pues las comunidades autónomas tienen potestad para autorizar la creación de universidades tanto públicas como privadas y tras la aprobación de su plan de estudios por la Aneca (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), organismo en principio independiente pero regido por un patronato presidido por el ministro Wert, la titulación puede ponerse en marcha.
Es decir, con una moderada inversión económica, con un par de documentos formalmente bien elaborados y... con buenos amigos, uno puede poner un negociete de lo mas rentable. ¿Quién no quiere que su hijo o hija sea médico? ¿Qué ayuntamiento puede no querer tener una facultad de medicina en su término municipal? Se les regala el terreno y lo que haga falta. Otra cosa es, de dónde saco el personal cualificado para dar las clases y, lo mas importante de todo, dónde hacen los futuros médicos las prácticas clínicas. ¿En qué hospital?
Hasta hace unos años la única facultad de medicina privada que existía en España era la de Navarra. Tener un hospital universitario no se hace de la noche a la mañana, es difícil y caro. La de Navarra es una institución que se ha ganado año a año el respeto social y profesional a fuerza de contratar profesionales acreditados y, sobre todo, por tener una clínica universitaria que es centro de referencia. Por tanto, calidad y seriedad. Esto no es nada fácil de conseguir y durante muchos años fue la única facultad de medicina privada en España.
En nuestra tierra, una vez más, se ha optado por un modelo muy peculiar. Se crea una universidad privada, donde sea, en unos localitos, en una vieja discoteca, en una antigua iglesia restaurada, en un seminario, pero ¿y el hospital?... pues que lo ponga la Administración Pública. Como negocio es redondo. Inversión mínima, beneficio máximo. El contribuyente paga el hospital, o su mantenimiento, o su plantilla, o todo. La facultad privada cobra por formar a los estudiantes. Así que los papás de los alumnos pagan la matrícula y con sus impuestos (y los de todos nosotros) vuelven a pagar por el uso de los hospitales. Negocio privado con caudales públicos.
Las administraciones públicas han renunciado a regular la implantación de nuevas facultades de Medicina. ¿Para qué meterse en ese lío? Que se autorregule el sistema y así, a lo tonto a lo tonto, hemos pasado de 28 facultades de Medicina a mediados de la década del 2000 a más de 40 este año.
Somos el tercer país del mundo en número de facultades ¡toda una potencia! Para redondear el problema, el Ministerio de Sanidad ha convalidado en los últimos años miles de títulos de Medicina de todas partes del mundo. Vamos a tener paro médico en un próximo futuro, mucho paro médico. Y formar un médico son muchos años y mucho dinero, sea en el sector público o en el privado. Pero las administraciones no se dan por enteradas.
En España sobran entre 13 y 17 facultades de Medicina. Según los criterios demográficos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se aconseja una proporción entre 0,5 y 0,6 facultades por millón de habitantes. Es decir, entre 24 y 28 facultades para España. En nuestro país la proporción es de 0,87, muy por encima de lo aconsejado por la OMS.
En Alicante autorizarán posiblemente dos facultades privadas de Medicina más, que junto con la pública ya existente, harán un total de tres. A esto se suman las dos públicas de Valencia y Castellón más las dos privadas ya existentes. Total siete para una población (empobrecida) de cinco millones de personas. Es decir, una proporción de 1,4 facultades por millón de habitantes, ¿verdad que somos originales?
Además, la proporción entre públicas y privadas será de las mas elevadas de España, tres públicas por cuatro privadas. Eso si, la Conselleria de Sanitat se compromete a ofrecer sus instalaciones (públicas) para que todas las universidades puedan formar a sus estudiantes.
Las facultades de medicina privadas deben, deberían, pagar por el uso de instalaciones públicas que han sido pagadas con el dinero de todos los valencianos. Están diciendo que Canal 9 se tenía que cerrar porque es la única forma de mantener el funcionamiento de los hospitales. ¿Por qué no pagan las facultades privadas por el coste real (no testimonial) de uso de los hospitales públicos y de la labor de su personal?
Algún medio de comunicación y algún rector de universidades privadas se ha atrevido a decir que las universidades privadas le suponen un ahorro al Estado y al contribuyente, mientras que la universidad pública es un "gasto" para el Estado. Las universidades privadas se están aprovechando, no ya de un trato favorable por parte de la administración, directamente se les está regalando el uso de sus instalaciones para un negocio particular.
Las universidades públicas valencianas generan más del 85% de la investigación sociosanitaria de nuestra comunidad. Sin embargo, tanto la Conselleria d'Educació como la de Sanitat hablan genéricamente de la investigación de las "universidades valencianas" cuando la investigación en las universidades privadas valencianas es prácticamente inexistente y la que se produce suele realizarse en colaboración con otros organismos públicos de investigación, incluidas las propias universidades públicas. Seguimos con el "café para todos", todos somos iguales...
Es evidente que no existe ningún interés en acometer el problema por parte de la Administración nacional o autonómica. Pero me consta que hasta los decanos de las facultades de medicina privadas ya existentes en la Comunidad Valenciana están preocupados por la proliferación sin control de más centros privados.
La formación de nuestros futuros profesionales está en peligro y no podemos seguir mirando hacia otro lado.
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Federico Pallardó Calatayud es decano de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universitat de Valencia
Entrar en medicina siempre ha sido difícil.Antes te insribias y de mil y pico en primero doscientos en segundo.cinco convocatorias para aprobarlo tod y sino a otra facultad a volver a empezar.conozco casos.Al acabar a buscarse un hospital para hacer la especialidad y si te pagaban algo te habias de dar por contento.Por lo menos eso ha cacabado con la mano de obra gratuita.
Saber hacer comentario de texto, analizar oraciones, conocer a Platón y conocer autores también es útil para ser un buen médico, como para ser un mejor ciudadano. La medicina siempre ha tenido una vertiente humanista. El que tenga una vocación que luche por ella como todos los que hemos tenido que ganarnos una plaza en una universidad privada. Las universidades privadas son un negocio donde la calidad de la enseñanza es lo de menos mientras los alumnos paguen sus matrículas. Pasará como en otros estudios donde en las privadas entran alumnos con el curso empezado o donde se aceptan más alumnos de los permitidos mientras la administración se hace la loca y donde las prácticas clínicas brillan por su ausencia y/o calidad. Siempre hay alguien que las firma para hacerlo todo muy legal, ya se sabe como funciona esta España. El argumento de la vocación que se lo expliquen al estudiante que pese a tenerla y no haber superado la nota de corte tampoco tiene un papá que le pague los estudios en la privada.
Algo pasa con medicina. ¿Una nota de corte tan sumamente alta asegura la excelencia? Desde luego, los estudiantes que logran entrar tienen bien aprendido el temario de segundo de bachillerato: saben hacer comentarios de texto, analizar oraciones, resolver integrales, comentar textos de Platón y conocen multitud de autores valencianos. Pero lo más importante es: ¿aquellos alumnos con vocación médica están logrando estudiar en las facultades de medicina? ¿Las facultades de medicina están formando médicos que desde bien pequeñitos sabían que querían ayudar a las personas? Veo ataques a las facultades privadas. Veo comentarios sobre el futuro laboral. Pero no veo preocupación por la calidad de los futuros médicos. Un saludo.
No puedo estar más de acuerdo con el artículo. No se trata tanto de la proliferación descontrolada de facultades privadas, sino de formar a los estudiantes universitarios más caros para el Estado (y para sus familias=matrícula más cara) sin que el sistema MIR y laboral pueda absorberlos. Ridículo y costoso. Fdo. un MIR del HUGCS
La estrategia es clara. Saturar el mercado de profesionales para de esta forma abaratar la mano de obra y por el camino, donde hay unos perjudicados, siempre hay unos beneficiados, en este caso, hoy, los que hacen negocio de la educación y, en un futuro, los que harán negocio con la sanidad.
"que superan el 12 sobre 14, obligando en muchos casos a los alumnos a largas peregrinaciones por toda España para obtener su plaza en algún lugar alejado de sus familias, cuando lo logran... Quizás ese sea el motivo de la proliferación de las facultades de Medicina privadas y sí, debido a ello, son un servicio público." Claro y en botella : el niño quiere ser médico y los padres pagan lo que haga falta para que se cuele entre - o por encima- de los mejores. Luego los contactos familiares hacen el resto. País
Excelente artículo. Enhorabuena
El Sr. Decano está empeñado en lo suyo. ¿Cuántas facultades hay? Parece olvidar que el dato verdaderamente relevante es ¿Cuántos alumnos tenemos por curso?. Se lo diré, poco más de 500 en universidades públicas de la Comunidad Valenciana con notas de corte en el acceso que superan el 12 sobre 14, obligando en muchos casos a los alumnos a largas peregrinaciones por toda España para obtener su plaza en algún lugar alejado de sus familias, cuando lo logran... Quizás ese sea el motivo de la proliferación de las facultades de Medicina privadas y sí, debido a ello, son un servicio público. Lo del paro futuro, seguramente tiene más que ver con la homologación de titulaciones extranjeras que, en muchos casos, no tienen los estandares de calidad que nosotros exigimos. Por otra parte, está el coste por alumno de las universidades públicas. Habra que tener en cuenta que, como bien dice el Decano, en ellas se financia la investigación y ese coste nunca debió contabilizarse para evaluar los costes por alumno en dichas universidades. Las privadas no investigan porque no reciben financiación pública para ello y no pueden incrementar, aún más, los costes que soportan sus alumnos. Pese a todo, se puede compartir el diagnóstico sobre la saturación de titulados pero no la terapia.
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