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9 D'OCTUBRE - DÍA DE LA COMUNITAT VALENCIANA

Poco que celebrar, mucho que reivindicar

XIMO AGUAR. 08/10/2013 El 9 d'Octubre llega en uno de los peores momentos para el autogobierno valenciano: aprisionamiento financiero, absoluta dependencia económica y política de Madrid y un alarmante regreso a las consignas valencianistas enfrentadas con Cataluña

VALENCIA. "Animo a los valencianos a que cojan la senyera y salgan a la calle el próximo 9 d'Octubre". Estas palabras fueron pronunciadas por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, durante su discurso en el Debate de Política General el día 24 de septiembre, en lo que pretendía ser una arenga dirigida a la defensa de las señas de identidad valencianas.

En los últimos meses, merced a la influencia del número dos del PPCV, Serafín Castellano, se ha relanzado entre los ‘populares' la estrategia de encender la valencianía de los ciudadanos frente a un hipotético gobierno tripartito que conformarían PSPV-PSOE, Compromís y Esquerra Unida.

Este mismo lunes, el PPCV organizó un acto en su sede en la que presentó un manifiesto en defensa de las señas de identidad valencianas. ¿Ante el ataque de quien? Al parecer de Ximo Puig, líder del PSPV, al que "no sorprende ver rodeado de cuatribarradas", señalaba Castellano en un comunicado.

Alberto Fabra, en la procesión cívica del año pasado

Esta táctica, vieja conocida en la política valenciana y que ha ofrecido históricamente interesantes frutos para el PPCV, centra su discurso en dirigir la mirada al norte demonizando a Cataluña y sus ansias imperialistas. Una línea argumental que ha funcionado durante años y de la que se ha extraído un excelente rendimiento en las urnas.

Sin embargo, si en la Comunitat Valenciana se debe mirar hacia algún sitio para encontrar los problemas y limitaciones a su autogobierno es, en primer lugar, a Les Corts Valencianes y al Palau de la Generalitat y, en segundo, a la capital de España.

Esta legislatura se ha convertido en la de la absoluta dependencia del Gobierno central: ha sido la consecuencia de un sistema de financiación orquestado desde 2002 por los grandes partidos nacionales (PP y PSOE) en el que la Comunitat Valenciana ha salido mal parada, dejando de percibir en torno a 11.000 millones de euros en ese espacio de tiempo. Sin duda un hecho relevante, fundamental para entender la situación de crisis que viven las arcas de la Generalitat, pero no definitivo. La gestión de los recursos por parte de los gobernantes valencianos también ha tenido la culpa.

Así pues, y con la posibilidad de volver a los mercados todavía muy alejada, los préstamos (necesarios) del Gobierno mediante el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y el plan de pago a proveedores han contribuido de forma definitiva a una recentralización económica y política por la cual el jefe del Consell tiene que mirar al ministro Cristóbal Montoro a la hora de pagar facturas. Curiosa autonomía.

LA REFORMA ESTATUTARIA: UN FRACASO POLÍTICO DEL PPCV

Conviene no pasar de puntillas por el hecho político más relevante de los últimos meses, que evidenció la incapacidad que existe en el PP de la Comunitat Valenciana para hacerse oír en Madrid: el aplazamiento de la reforma estatutaria que se había acordado en Les Corts con la que se pretendía que las inversiones del Estado se equipararan a la población.

Una iniciativa que buscaba, por ejemplo, que no pudiera ocurrir lo acontecido estos dos últimos años cuando la Comunitat ha recibido el 6% del total en inversiones cuando representa casi el 11% de la población española.

González Pons, Montoro y Fabra

Esta reforma, que se aprobó en Les Corts cuando el socialista José Luis Rodríguez Zapatero era presidente, no era del agrado del PP nacional, por lo que ya se había retrasado su debate en un par de ocasiones. Finalmente, apareció en el orden del día del Congreso de los Diputados y, ante el mensaje recibido desde Madrid de que el PP la rechazaría, los populares valencianos idearon un aplazamiento proponiendo que el estatuto se reformara conjuntamente con otra de sus propuestas: la reducción de 99 a 79 diputados.

Es decir, pudiendo activar una iniciativa que blindara las inversiones del Estado en la Comunitat (aunque luego el Gobierno podría cumplirlo o no), el PPCV optó por retrasar esta reforma pactada en Les Corts para proponer su integración con otra iniciativa que incluye una rebaja de parlamentarios que no está pactada y con un ahorro que no alcanza el millón de euros. Todo ello ante la imposibilidad de conseguir luz verde por parte del PP nacional.

Un batacazo político de Fabra, mal asesorado por su entorno, que le llevó a negociar a última hora sin éxito con Montoro, Soraya Sáenz de Santamaría o Alfonso Alonso para salvar la situación en la que había quedado el Consell y el PP valenciano.

Este ejemplo, unido al retraso en la revisión del sistema de financiación, pone de manifiesto la falta de peso o la poca capacidad de influencia real que tiene el PP valenciano ante Madrid. Con este escenario, la invitación del presidente Fabra a que los ciudadanos salgan a la calle a ondear la senyera parece un llamamiento a conmemorar de forma colorista y folclórica el día de la Comunitat, mientras lo que parecen necesitar los valencianos es una reivindicación real y efectiva que les ponga, ya no en el mapa del mundo, sino de España.

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1 comentario

Boro Inot de las Marismas escribió
08/10/2013 08:00

Animo a D. Alberto a que coja La Senyera y vaya a Madrid, no solo el próximo 9 d´Octubre sino todos los días hasta conseguir una financiación tan buena como la mejor. Desfilar con banderas por dentro de casa no sirve de nada.

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